La Dra. Ivelisse Prats Ramírez de Pérez nos enseñó en las aulas universitarias de nuestra UASD los postulados teóricos y filosóficos de los sistemas educativos. Ella nos ofrecía en sus clases magistrales sus puntos de vista con una brillantez formidable. Además, nos brindaba fuentes bibliográficas de actualidad para que realizáramos nuestras propias y obligadas investigaciones.
Unos de los temas centrales que impartía nuestra maestra en su docencia, llena de amor, sabiduría y patriotismo, era el referente a los fines de la educación que persigue o quiere lograr un determinado sistema educativo. Nos insistía en que en dichos fines se definía -y lo recuerdo claramente con emoción y gratitud- el tipo de ciudadano y ciudadana que el sistema quiere formar.
La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) está llena de historias grandiosas desde su origen. cuando fue fundada el 28 de octubre de 1538 por la Orden de los padres Dominicos. Esta corriente sacerdotal estuvo al lado de la justicia y luchaba contra el maltrato a nuestros aborígenes. Desde esa época hasta hoy nuestra universidad ha estado a favor del bien común y la justicia para los seres humanos.
Por lo antes dicho, a modo introductorio, tengo la firme creencia y convicción de que nuestros alumnos de nuevo ingreso requieren y necesitan conocer no solo elementos teóricos y prácticos de la ciencia y la cultura para una buena educación de calidad, sino también la lucha de la UASD por la libertad y la democracia desde su origen o fundación.
La democracia del país -aún imperfecta, pero que podemos y debemos superarla, porque es perfectible-, se debe en gran medida a la lucha y al sacrificio de la UASD.
Esta semana, como una mamá gallina anduve las calles y edificios de la universidad con todos mis alumnos detrás para enseñarles los lugares más simbólicos, históricos y patrióticos de las grandes batallas por la democracia y la libertad. Caminamos entre héroes y mártires; desde científicos a poetas; desde Amín Abel Hasbum hasta Pedro Mir; desde las Hermanas Mirabal y Manolo hasta el busto de Sagrario Ercira Díaz Santiago.
Al narrarles el abominable hecho contra Sagrario Ercira Díaz Santiago, con el dramatismo terrible del suceso sangriento, una de mis alumnas no pudo contener el llanto.
La filosofía y la historia; la misión de la UASD; el origen social de los alumnos; la crisis mundial actual de las sociedades del mundo; la necesidad y responsabilidad de producir una transformación cívica de nuestros alumnos para construir una verdadera ciudadanía, obligan moralmente a los docentes de la UASD a formar en valores a sus alumnos. Porque esa es la esencia de la UASD. Debemos reconocer el esfuerzo que hacen nuestros docentes para formar a sus alumnos, muchas veces en condiciones difíciles que debemos y tenemos que superar.