Cuando tiembla la tierra nos preocupamos bastante. Calman los sismos, se olvida lo ocurrido y hablamos de otras cuestiones. Se organiza un simulacro y no todas las familias, centros educativos y empresas participan.
¿Disponen los hogares dominicanos de planes de contingencia para terremotos? ¡No! Esa es una realidad pendiente y urgente de cambiar. Es una decisión de los “jefes” de hogares que tendrán que asumir con responsabilidad. La Defensa Civil puede contribuir técnicamente en la preparación de protocolos y planes.
¿Qué ha sucedido con los programas de educación y formación en primaria, secundaria y superior que no abordan temas sísmicos? No se tiene información certera sobre el avance de la enseñanza en esa materia en las aulas. Las guías con sus contenidos se trabajaron hace varios años y se ajustaron al currículo de la educación en los dos primeros niveles; del superior, universidades e institutos, no disponemos de información, pero se espera que se implemente.
¿Se han instalado sistemas de alerta temprana para sismos y tsunamis en el país? Se trabajó el diseñado de diferentes iniciativas en las zonas sur y norte (mar caribe y océano atlántico), y se está promoviendo la creación de un modelo local para ser situado en algunos puntos. Todo eso no es suficiente y existen sistemas de sismos, tsunamis, inundación por lluvias, entre otros.
¿Debe el sistema de educación importantizar la gestión del riesgo de desastres en los programas de enseñanza y formación técnico profesional? Sí, es una situación que no aguarda, estamos contra el tiempo… La enseñanza sísmica no espera.
Desde la educación formal organizada en los diferentes grados y niveles contribuyendo a generar competencias en este campo. “La educación brinda protección, salva vidas, crea conocimiento, sostiene a las comunidades y fortalece la resiliencia y la capacidad de recuperación”. La educación en gestión de riesgos sísmicos no espera.