En estos tiempos estamos utilizando términos nuevos e interesantes aún aquellos que chocan cuando se leen titulares sobre temas del diario vivir que le llamamos por ejemplo “Economía naranja” y algunos usan el término de “Economía creativa”, pero quienes fueran que crearan e impulsan los conceptos que estos significan, todos coinciden que la educación es la clave.
Aquellos que como nosotros que consideramos la naranja como una de las mejores frutas en muchos sentidos y que a la vez hemos escogido la educación y muy específicamente la relacionada a la educación agropecuaria, y dentro de esta, la superior con las carreras tradicionales que tenemos o las innovadoras a fomentar, pero muy marcadamente en la formación piramidal que descansa en la base de una educación vocacional y técnica.
Nuestras academias todas, desde las universidades o las especializadas en su fomento como la diversidad que oferta nuestro INFOTEP y otras, deben aplicar más el “concepto naranja” que entre otros fines y objetivos básicos de la educación cual sea tiene conceptualmente o por lo menos que hemos leído como el impulsar la creatividad. Vital para el desarrollo incluso el personal.
Creemos como educador, que si enfatizamos los valores formativos de nuestros estudiantes desde que cursan los primeros años de escolaridad y mejor aún vía sus estudios intermedios (secundarios) e incluso los superiores técnicos y universitarios, podremos sembrar en ellos estímulos y estaremos impulsando la “economía creativa” o el desarrollo socioeconómico.
Cuando una persona, desde sus primeros años, siente la vibra de la creatividad eso la estimula a ser mejor ciudadano en muchos sentidos y valores, pues al final de cualquier objetivo de vida todos deseamos ser mejores ciudadanos.
Estamos muy ligado a un proyecto formativo que iniciamos en el país en el año 2001, el Futuro Agricultor dominicano, Inc. (FADI) y que conceptualmente es una “formación naranja”. Seguiremos sobre el tema.