“Jabotinsky, el ciudadano fascista”. Benito Mussolini

“Vladmir Hitler”.  David Ben Gurion

Vladimir Jabotinsky, quien era llamado por el sobrenombre de Zeev, nació en Odesa (Ucrania),  en el Imperio Ruso, en 1880. Murió en 1940 en Hunter (EE.UU) a la edad de 60 años. Fue un personaje polifacético, escritor, político, traductor, poliglota, orador, militar y periodista.

Ser periodista no era una carrera universitaria sino un oficio vocacional que se ejercía trabajando y escribiendo en los periódicos. Hasta casi mediados del siglo XX los periodistas se formaban en las redacciones, no en las aulas, y se requería para ello vocación y talento para escribir, investigar, observar y transmitir lo que sucedía en la sociedad, en todos los estratos de la misma.

Se inició como periodista muy joven, a los 18 años, como corresponsal extranjero. Sus escritos llamaron la atención y tres años después fue requerido para trabajar en un diario de Odesa como redactor editorial. Señalo estos datos biográficos para resaltar esa faceta temprana de persona curiosa, inquisitiva, crítica y con muchos dones, entre ellos el de escribir, hablar en público e  influir en la opinión pública. Vamos a seguidas a centrarnos en su faceta política e ideológica.

Jabotinsky era judío y estuvo influenciado por la lectura del libro de Theodoro Herzl  “El Estado Judío” (1897). Apasionado como era, adoptó una interpretación radical de las ideas de Herzl. Y se dedicó a preparar lo que consideraba era esencial para realizar el regreso a la “tierra prometida”, tener unas milicias que pudiesen defender a los judíos de los ataques de sus enemigos.

Cuando se inicia la primera guerra mundial se le ocurre ponerse en contacto con los británicos y poner a su disposición y de los aliados a un grupo de soldados judíos, que fueron bautizados como la “Legión Judía”. El objetivo de Jabotinsky era intentar liberar a Palestina del dominio de los turcos y que posteriormente se le concediera el derecho de establecerse en ese territorio y fundar  un “estado de los judíos”.

En 1918 se traslada con su familia a Palestina, entonces bajo el control de la Gran Bretaña. En 1920, durante los festejos por la conmemoración de la salida de los judíos de Egipto, dónde fueron esclavos, y que se le denomina la fiesta del “Pesaj”, se producen manifestaciones violentas. Jabotinsky organiza una represión contra los árabes. Es detenido por las autoridades británicas, acusado de utilizar armas de fuego y es condenado a 15 años de cárcel pero pocos meses después es indultado.

Cuando las autoridades británicas autorizan que a los palestinos de Transjordania se les conceda tierras en 1923, Jabotinsky hace un llamado a enfrentarse con los británicos. Reorganiza la “Legión Judía” y se pone como tarea lograr que entren a Palestina unos 40 mil judíos de la diáspora por año, con el fin de poblar el territorio.

En 1925 anuncia la formación de la “Alianza de sionistas revisionistas”, y forma una oficina en París. También crea en Palestina el grupo denominado “Betar” que estaba formado por jóvenes judíos, los cuales recibían un entrenamiento y disciplina militar. A la vez se dedica a promocionar la creación de negocios diversos con el fin de financiar la inmigración masiva a Palestina.

Como sabe cualquier persona que no esté obnubilada por sus prejuicios o por una ceguera motivada por intereses pecuniarios, ideológicos o raciales. La historia de la humanidad muestra de manera fehaciente que una de las formas más eficaces de anexionarse un territorio es a través de la ocupación poblacional.

El otro medio es la guerra. Se vence y se ocupa un territorio por la fuerza y se mantiene por la represión a los que se rebelan. Si este medio no es posible queda el otro: llenar masivamente el territorio mediante la migración con individuos de otro pueblo y cultura.  Al alcanzar una mayoría o un porcentaje elevado de  población, todo lo demás es pan comido o viene por añadidura. Al buen entendedor…

En 1928 regresa Jabotinsky a Palestina como gerente de una compañía de seguros y editor de un periódico. Aprovechando que en 1930 está fuera de Palestina, las autoridades inglesas decretan su prohibición de entrada. Ante esta situación de hecho se dedica a propagar sus ideas por diferentes países en reuniones con la diáspora judía.

Hay que destacar en Jabotinsky lo que se puede denominar su “flexibilidad táctica”.  En 1926 Josef Pilsudki uno de los líderes del socialismo polaco se decanta por una línea nacionalista polaca (en las antípodas de la concepción de Rosa Luxemburgo), y da un golpe de estado. Empero Jabotinsky mantiene buenas relaciones con el dirigente nacionalista y antisemita polaco. Por estas relaciones y los contactos que tuvo con Benito Mussolini, “Il Duce” de Italia y creador de los “fasci di combattimento”, fue tachado de fascista por sus opositores políticos e incluso de nazi por Ben Gurion.

Aunque esto se basa en alguna declaración comprometedora de Jabotinsky, como cuando afirmó: “Queremos un Imperio judío, al igual que Italia”. Si bien el llamado Imperio italiano era de poca monta: Libia, Túnez, y Abisinia (Etiopía). Cuando Mussolini toma el poder envía emisarios a Palestina para tener mantener contactos entre el Partido Fascista y los seguidores de Jabotinski. Incluso se le atribuye a Mussolini referirse a Jabotinsky como el “ciudadano fascista”.

Hay que decir que Mussolini no tenía una actitud antí judía por principio. En conversaciones con el rabino de Roma le dice que para triunfar el sionismo necesita tener un estado, una bandera y una lengua. Posteriormente cuando sube Hitler al poder y necesita del apoyo de Alemania esto le fuerza a trasladar a Italia el antisemitismo nazi.

Las leyes antisemitas italianas fueron promulgadas en 1938, no antes. Cinco judíos italianos habían participado en la creación de los “fasci di combattimento”. Obvio, también había judíos en el Partido Comunista, en el socialista y en los partidos liberales.

Ahora bien, se ha dicho que el fascismo no era tanto una ideología sino un pragmatismo. Mussolini se adaptaba a la coyuntura y luego teorizaba su accionar. Esto ocurría con el asunto de la raza y por tanto con los judíos. El 26 de julio de 1938 se recibió por el secretario del Partido fascista un “Manifiesto de la raza” elaborado por un grupo de intelectuales fascistas, dónde en su punto 9 se decía con total claridad que “los judíos no pertenecen a la raza italiana”. Y se exponía esta perla digna de Hitler:

“Los judíos representan la única población que nunca se ha asimilado en Italia porque está formada por elementos raciales no europeos, absolutamente diferentes de los elementos que dieron origen a los italianos”.

En el punto 10 se continuaba con el rechazo del mestizaje:

“Las características físicas y psicológicas puramente europeas de los italianos no deben ser alteradas de ninguna manera. El mestizaje sólo es admisible en el marco de las razas europeas, en cuyo caso no se trata de un verdadero hibridismo, ya que éstas razas pertenecen a un tronco común (…) El carácter puramente europeo de los italianos se ve alterado por el cruce con cualquier raza no europea portadora de una civilización diferente a la milenaria de los arios”.

Un judío puede ser fascista como puede ser comunista, un especulador, como un moralista, un pillo, un gánster, un traficante de blancas, como un intelectual puro de noble corazón. O sea, hay judíos que pueden ser de todo lo que un humano puede ser, porque aunque formen un “pueblo” que se articula en base a ser los primeros en tener una religión monoteísta. Son simplemente miembros de la raza humana, la única verdadera raza existente.

Daniel Muchnik, judío argentino, en su libro “Mundo judío” (1989), dice sobre Jabotinsky lo siguiente:

“Fue un líder sionista brillante y fanático. A nadie le fue indiferente: o lo amaban o lo odiaban. Enemigo acérrimo del socialismo. Era rabiosamente enemigo del socialismo sionista, especialmente cuando ellos alcanzaron la hegemonía del sionismo mundial. Hacia 1930 los seguidores de Vladimir Jabotinsky y su partido revisionista se asemejaba mucho a los movimientos fascistas europeos, (David) Ben Gurion lo bautizó como “Vladimir Hitler”.