Los políticos se hacen los locos,
debido a que la gente pensante,
siempre teme a los locos.
Iniciando un año precedido de grandes expectativas, muy a pesar de no haber hechos que sustenten tal cosa, deberíamos comenzar por cuestionarnos sobre qué mal habrá causado la democracia en determinado momento a este país, donde, la mayoría de sus hijos, han salido con un espíritu tan mal agradecido, tan ácido y árido, donde se hace imposible cultivar sentimientos de bonhomía o decencia, donde la estratagema clientelista de desbancar al Estado ha sido la norma. Son, más bien, espíritus anodinos, secos de sentimientos puros e incapaces de manifestar algún gesto de real bondad, donde solo miran la forma de atracar el erario.
Su accionar se ha centrado en crear organismos que en su interior están eternamente disfrazados con un falso sacrificio por ayudar al pueblo, pero que, solo responden a los intereses del jefe, más bien, del padrino, tal y como ocurre en los más bajos fondos de las mafias o asociaciones del crimen organizado. Todo esto, con una clara tendencia a engordar sus asociaciones políticas, que, en muchas ocasiones, más bien parecen de malhechores, que se presentan como “onorables” en unos casos y en otros, -a la clara-, como afortunados organizadores de empresas que solo incentivan el juego de azar, dentro de las clases más humildes.
Y es que, esta peligrosa situación, parece que está llegando a su clímax, donde se juntan colmados, escuelas, farmacias y centros artesanales de los pueblos y, no llegan siquiera a la mitad de las bancas de apuestas. Pero, ante esta situación e iniciando el año, nadie piensa que existen infinidad de personas en esta dividida isla -en todos los sentidos-, que se pasan la vida tratando de evitar la ira ante las cosas indolentes e indebidas que vienen produciéndose y, lo hacen, a sabiendas de que, la misma, enturbia el buen pensar, el entendimiento, el perder la claridad de los hechos y la lógica de las cosas y, es ahí, precisamente, donde se han perdido las vidas de tanta gente joven y valiosa, donde quizás uno solo, valga más que todos estos “políticos” juntos.
En tanto, el tiempo pasa entre desvaríos de grandezas, engaños con acciones corruptas que intentan burlarse de la inteligencia de los demás -como ocurre con determinadas compras, construcciones y contratas-, charlas triviales y convenios intranscendentes, donde algunos de estos popis o “popas”, peluches, jevitas, wa-wa-wa, hijos de papi y mami o los herederos hijos de héroes mal fabricados, se nos presentan cual si sufriesen la enfermedad o síndrome de Asperger, cuando en la realidad, son todo lo contrario, en ideas y comportamientos.
Estas actitudes de forma y fondo, que han llevado a cabo la mayoría de estos políticos en tiempos de campaña, con ideas y proposiciones artificiosamente elaboradas y presentadas, en su interior , nos hacen recordar aquel episodio de la clásica Eneida de Virgilio, el ardid de los griegos con su emblemático caballo de madera, que en su interior era algo muy diferente, es decir, un engaño fenomenal, que en este caso, son las mentiras y manipulaciones burdas que salen a flote una vez conseguida la posición que deseaban.
Es así como han estado mandando la democracia para el carajo, conformando gobiernos sustentados en alianzas mafiosas, con gente que en apariencia son de altas cumbres, pero solo por su dinero, ya que, en realidad, pertenecen a los bajos fondos, donde el narco, lavadores y los juegos de azar, constituyen su esencia y su existir.
Y, reitero, esto no es cuestión de pesimismo, no queriendo ver las cosas buenas, no, más bien, es pragmatismo, con el suficiente valor para darle el frente a los problemas y afrontarlos, aun y parezca una acción cantinflesca, ya que, peor es asumir la posición de Z y contentarnos con una tímida sonrisa o un escurridizo comportamiento. La cuestión no es que parezca, si no, que sea. ¡Sí señor”