La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) ha publicado la encuesta ENHOGAR 2021 con datos muy reveladores en torno a la autopercepción racial en los encuestados. Veamos: 47.9% de los encuestados dijeron que se percibían como mestizos o indios; el 27.5% como morenos o mulatos; solo el 11.6% se considera blanco mientras que el 6.6 dice explícitamente que es negro afrodescendiente y el 5.8% se identifica como asiático o amarillo. El 0.3% o no respondió o no sabe a qué tipo racial pertenece. Por último, el 0.2% indicó “otro” en su autopercepción racial.

La población encuestada es mayor de 15 años y se tomaron muestras de todas las provincias del país. Al final, según la definición de afrodescendiente adoptada por el organismo, afirma que el 82% de los encuestados se considera afrodescendiente. La definición asumida es la de la Declaración y el Programa de Acción de Durban (DPAD). Ella nos dice que un «Afrodescendiente es aquella persona de origen africano que vive en las Américas y en todas las zonas de la diáspora africana por consecuencia de la esclavitud, habiéndoseles denegado históricamente el ejercicio de sus derechos fundamentales». A partir de lo definido, ¿cómo un mestizo o un indio es de origen africano?

Según los expertos, el vocablo mestizo en América designó predominantemente al sujeto descendiente de blanco e india. Es cierto que el uso anterior designaba a cualquier mezcla o híbrido; pero ya para el siglo XVIII se hizo notable la diferencia entre el nacido por el cruce, la mayoría de las veces violento, entre blanco e india y blanco y negra. Al primer cruce se le conoció como mestizo mientras que el producto del segundo como mulato. Si revisamos la historia colonial de La Hispaniola, el mestizaje (blanco-india) ocurrió muy temprano; pero ya para el siglo XVII se había diluido al desaparecer «la gente indiana»; por lo que es un lugar común suponer que la mulatización es la nota distintiva de la población dominicana.

También recordemos el uso ideológico y patriotero que le dio el trujillato al término «indio»; algo que está presente en la colectividad a fuerza de repetición. Este término permitió darle un contenido positivo a la negrofobia de la élite conservadora dominicana. Así se nos vendió la idea de que nuestra identidad era predominantemente hispánica, pero también tenía un nostálgico contenido del desaparecido indígena. Se quiso con ello justificar las interminables variaciones de los matices en el color de piel de los dominicanos lo que, en definitiva, muestra una realidad: el deseo de blanqueamiento.

Lo preocupante en la encuesta es, primero, el error conceptual de los que interpretaron los datos ya que la condición de mestizo o indio no aplica bajo el término «afrodescendiente». El otro error es de quienes han leído superficialmente los datos y la «conclusión» del organismo sobre la supuesta autopercepción de la afrodescendencia en los encuestados.

El dato que debe llamarnos la atención es que se utiliza en nuestro contexto dominicano el vocablo mestizo o indio; yo lo entendería en Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil; pero en el Caribe español este término no es adecuado y, mucho menos, en la mayor comunidad mulata del mundo como mostró Pedro Andrés Pérez Cabral en 1967.

Mirando críticamente los resultados de la encuesta, lo que debe llamarnos la atención es el alto índice de aquellos que se consideran mestizos o indio que, prácticamente, alcanzó casi el 50% de los encuestados. Lo oculto detrás del dato es el temor para considerarse una persona mulata o negra, por lo que se prefiere la autopercepción más cercana al baremo de lo blanco. Todavía estamos más en un régimen de blanquitud que de asunción de la condición mulata.

Sé que hay mucha gente e instituciones que prefieren no hablar del tema racial en el país o que lo centran en el antihaitianismo, con el que está muy relacionado. Pero es necesario hablar de un racismo interno cuya presencia está evidenciada por estos datos de la ENHOGAR 2021. La autopercepción de los encuestados como mestizos o indios, en contraste con el 27.5% que se considera moreno o mulato, solo indica el afán de blanqueamiento de una comunidad que no asume su realidad racial: predominantemente mulata.