En las últimas semanas he percibido que muchas de las personas con las que converso no asignan importancia a la crisis provocada por la amenaza de Rusia de atacar a Ucrania.
Si no contempla atacar, para qué destacar en esa frontera un poderoso ejército, con el que pretende lograr que Estados Unidos y sus aliados en Europa le entreguen el control de los antiguos países que constituyeron la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y las naciones del Este europeo que se constituyeron en su espacio de influencia y participaron en desaparecido Pacto de Varsovia, dirigido desde Moscú. Ya Rusia le quitó a Crimea a Ucrania, y mantiene y arma los grupos que aspiran independizar a dos regiones del norte de esa nación.
Más me sorprendió escuchar a personas que hablan en programas de radio y periodistas, criticando la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, pidiéndole a Rusia y Estados Unidos, resolver la crisis en el escenario diplomático y evitar una confrontación militar con graves consecuencias para la estabilidad mundial, que aún no se recupera de impacto negativo provocado por la pandemia.
Creo que muchos no han considerado lo que significaría para el turismo, por ejemplo; ni el grave impacto que tendría en la economía mundial y local, que esto derivara en una guerra que alteraría la dinámica productiva internacional.
¿Cuál sería el impacto en República Dominicana de una guerra en Europa? Dejemos el análisis en el escenario del turismo. Considerando el comportamiento de este sector en el 2019, último año antes de la pandemia, el turismo europeo representó el 24% de las llegadas de turistas internacionales. Recibimos 5.357.619 turistas internacionales que aportaron al país 6.218 millones de dólares (el total de ingresos por turismo fue de 7,471 millones de dólares). De Europa llegaron por vía aérea 1,265,277 turistas.
Tomando como referencia US$1169.76 que es el gasto promedio reportado ese año por el Banco Central para los turistas internacionales (los extranjeros no residentes), los europeos aportaron US$1,468.7 millones, el 20% del total aportado por este sector a la economía. Una suma que pesa.
Si nos quedamos en Rusia, y analizamos su presencia en el turismo dominicano, en los años 2000-2019 su participación ha crecido hasta colocarse en la lista de los principales mercados. En el 2020 ocupa la posición número 30 con la llegada de 4,302 residentes en ese país, el 0.2% de los 2.4 millones de turistas internacionales.
Esta participación creció y en el 2005 escaló a la posición 19 con 11,511 viajeros; en el 2010 ingresó al club de nuestros 10 grandes clientes ocupando el puesto número 9 con 76 mil turistas (2.2%); en el 2025 bajó al lugar 14, para repuntar en el 2019 al puesto 4, con 208,959 (4%), superando a importantes mercados tradicionales de viejo continente (Alemania, España, Italia e Inglaterra), y solo superada por Francia firmemente posicionada en el 3 lugar detrás de Estados Unidos y Canadá.
El año pasado, un período irregular, las llegadas rusas escalaron al segundo lugar con 178,955 turistas, el 5%, ligeramente por encima de Canadá (152,700). Ucrania creció enormemente con 65.413 vacacionistas (2%).
¿Si la crisis deriva a un conflicto militar, cuánto perderemos del turismo de Estados Unidos y Canadá? Por experiencias relativamente recientes (crisis económica y la guerra del medio oriente), no dudo que el turismo volvería al piso. ¡Ojala que no llegue la guerra!