La composición del gabinete de Donald Trump para su mandato que inicia en enero de 2025 ha suscitado críticas y preocupaciones en diversos sectores. Algunos analistas y medios han calificado su selección de colaboradores como una “Caquistocracia”, término que se refiere al gobierno de los peores o menos capacitados.
Designaciones Controversiales
Entre los nombramientos más debatidos se encuentran:
Scott Bessent: Designado como Secretario del Tesoro, Bessent es un destacado gestor de fondos de cobertura. Su selección ha sido cuestionada por su estrecha relación con Wall Street, lo que contrasta con las promesas de Trump de combatir a las elites financieras.
Howard Lutnick: Nombrado Secretario de Comercio, es muy conocido por su liderazgo en Cantor Fitzgerald, una firma financiera de alto perfil. Su designación ha generado inquietudes sobre posibles conflictos de intereses y la influencia desproporcionada del sector financiero en las políticas comerciales.
Peter Hegseth: Propuesto para Secretario de Defensa, es un presentador de Fox News y veterano militar. Su falta de experiencia en gestión de defensa a gran escala ha sido motivo de preocupación entre expertos en seguridad nacional.
Vinculación con el Proyecto 2025
Varios de los nominados a ocupar puestos de primacía en el Gobierno de Trump están asociados con el “Proyecto 2025”, una iniciativa promovida por grupos conservadores que buscan reformar profundamente el gobierno federal, otorgándole mayor poder al ejecutivo y reduciendo controles y equilibrios institucionales. Esta agenda ha sido criticada por su potencial para debilitar lo que algunos sectores llaman “la democracia” y así consolidar un poder autoritario.
Percepción Pública y Criticas
La concentración de individuos con grandes fortunas y vínculos estrechos con el sector financiero en el gabinete ha llevado a algunos medios a describir la administración de Trump como una “plutocracia disfrazada de democracia”. Esta caracterización sugiere que, pese a promesas de representar al ciudadano común, las políticas podrían favorecer a las elites económicas.
La configuración del gabinete de Donald Trump para su próximo mandato ha generado un debate intenso sobre la idoneidad de sus miembros y las implicaciones para la gobernanza en los Estados Unidos. Las críticas que lo califican de “caquistocracia” reflejan preocupaciones sobre la dirección que podría tomar el país bajo esta nueva administración.
Para el investigador, profesor universitario y Premio Nobel de Ciencias Económicas 2008, Paul Krugman, dice que si no nos enfrentamos a la caquistocracia- “el gobierno de los peores”-que está surgiendo en estos momentos, puede que no encontremos el camino de vuelta a un mundo mejor.
De acuerdo con la Real Academia, aunque la palabra se encuentra en estudio,” Caquistocracia” se reconoce con el significado “como el gobierno ejercido por los peores o menos capaces.” Otras enciclopedias la califican como un término utilizado en análisis y críticas políticas para designar a un gobierno por los más ineptos (los más incompetentes, los menos calificados y los más cínicos) de un determinado grupo social.
Este grupo de Donald Trump, por su composición de incondicionales, deudores, manipuladores y aduladores representan el neofascismo, por la tendencia ultraconservadoras, aislacionistas, racistas y guerreristas de muchos de ellos, prestos para acompañar al presidente electo para “hacer la paz por la fuerza y la coerción.
A medida que Trump nombre a sus designados para puestos clave en su administración, algunos de los cuales podrían enfrentar difíciles batallas de confirmaciones en el Senado, incluso con los Republicanos en control.
De acuerdo con una encuesta publicada la semana pasada por el Centro ap-norc para la investigación de Asuntos Públicos, la mitad de los adultos en Estados Unidos no tienen ninguna confianza en la capacidad del presidente electo Donald Trump para nombrar personas calificadas para su gabinete y otros puestos gubernamentales de alto interés.
Muchos son los cuestionamientos e incertidumbres en torno a los nombrados de Trump, la mayoría de las posiciones están siendo ocupadas por personas de la extrema derecha, antidemocrática, aislacionista y afines a los intereses de los superpoderes del imperio en sus ambiciones geoestratégicas contra China, Rusia, Irán y otros que integran los Brics, México, Venezuela, Cuba e incluso amenaza de medidas económicas-financieras coercitivas “contra aliados”, en nombre de la “América First”.
Es una versión neofascista poco disimulada de quienes para “hacer grande a Estados Unidos otra vez”, no escatimarán mentiras, conspiraciones, golpes de Estado, sanciones, campañas difamatorias, operaciones de inteligencias, chantajes, amenazas, alianzas con otros peores-como Benjamín Netanyahu en Israel, no importa lo sufrimiento de los pobres o las decenas de miles de muertos y centenares de miles de heridos.
La designación del injerencista, fascista Marco Rubio como Secretario de Estado ha generado intensas críticas y divisiones tanto a nivel nacional como internacional. Aunque algunos defensores destacan su experiencia como senador y su profundo conocimiento de la política exterior latinoamericana, sus detractores cuestionan su postura agresiva hacia Cuba y Venezuela, la cual podría tensar aún más las relaciones diplomáticas en la región.
Además, su falta de experiencia directa en diplomacia operativa y su alineación con las políticas más controversiales y conservadoras de Donald Trump han provocado preocupaciones entre expertos y aliados internacionales. Esta nominación subraya el enfoque ideológico que parece dominar el gabinete de Trump, lo que ha intensificado el debate sobre el rumbo de la política exterior estadounidense.