Los ciudadanos somos los verdaderos protagonistas de la construcción de un mejor mañana, los dominicanos hemos demostrado en los comicios del 2020 que despertamos y que estamos dispuestos a edificar un país lleno de esperanzas y oportunidades para todos. En este proceso, la participación ciudadana emerge como un factor clave para el desarrollo de nuestra sociedad, la ciudadanía es la clave para las grandes transformaciones que precisa el país y el gobierno es un canal conductor para cumplir las demandas y satisfacer las necesidades que el pueblo está cada vez más dispuesto a expresar por diferentes vías; fuimos testigos de marchas, de clamores, de olas de comunicación en redes sociales, y hoy disfrutamos de un gobierno responsable que escucha, que analiza y que responde.
La historia nos ha enseñado que una sociedad fuerte se construye sobre los cimientos de una ciudadanía activa y comprometida. La participación ciudadana no es un simple acto de votar en elecciones, acto que es un deber y un honor y que todos responsablemente y con consciencia debemos ejercer. El voto es un compromiso constante con el bienestar de nuestra comunidad, de nuestros hijos, de nosotros mismos, de nuestro país. Ejercer el voto es una manifestación de nuestro deseo de moldear nuestro destino, de ser parte activa en la toma de decisiones que impactan nuestras vidas y las de nuestras futuras generaciones.
Es fundamental comprender que la formación y la educación son factores críticos para el futuro. El conocimiento y la información son las herramientas que nos permiten tomar decisiones certeras y contribuir al desarrollo de nuestro país, sólo con ciudadanos educados es posible un accionar correcto.
Debemos reconocer que en ocasiones, la participación ciudadana se ha visto debilitada, sobre todo la de la clase media que se comportaba con apatía y es nuestra responsabilidad reconstruirla para garantizar las transformaciones que como país necesitamos. No debemos dejar la política solo a los políticos o únicamente en manos de unos pocos. Debemos ser ciudadanos que deciden participar en política, reflexión que quien suscribe tuvo hace unos años, porque la política es el medio a través del cual se toman decisiones que afectan, que benefician a todos. La participación activa en la política es una manifestación de nuestro compromiso con la democracia y con el bienestar común.
Para lograr un futuro prometedor, es esencial provocar un acercamiento entre el gobierno, la ciudadanía y la empresa privada; particularmente siempre felicito el ejemplo de la alcaldía del Distrito Nacional, que como gobierno local encabezado por la alcaldesa Carolina Mejía, ha logrado transformar la ciudad en un espacio integral, vivible y amigable. Trabajar juntos en áreas transversales hacia el desarrollo del país es un imperativo tripartito (sector público, sector privado y sociedad civil). No podemos permitir jamás que las barreras ideológicas o los intereses personales obstaculicen el progreso, desde cualquier espacio que ocupemos y desde el sistema político/partidario, debemos seguir impulsando el cambio. La colaboración entre estos tres pilares de nuestra sociedad es la llave para enfrentar los desafíos que se nos presentan, en tiempos donde el mundo está convulso y en el que como país se ha dado cátedra de sortear las dificultades en las que otras naciones de nuestra región hoy se ven envueltas.
En resumen, integrando las ideas, para lograr que la ciudadanía sea clave en las grandes transformaciones intervienen varias variables que son esenciales en el proceso de desarrollo. Estas variables incluyen la definición de objetivos comunes (gobierno, ciudadanía y sector privado) y una visión compartida, la promoción de una comunicación efectiva, la disponibilidad de información (transparencia) y conocimiento sobre leyes, planes y proyectos, la creación de espacios de diálogo que involucren a ciudadanos, la construcción de confianza entre ciudadanos y autoridades, la promoción de la educación cívica, el fomento de un sentido de comunidad y de identidad y pertenencia, la creación de espacios públicos que generen convivencia y la inclusión de todos los sectores involucrados con una visión sistémica.
Además, factores como la seguridad ciudadana, la promoción de una cultura de responsabilidad social/civil, liderazgos proactivos que motiven la participación continua, la continuidad en los esfuerzos tanto por parte de los ciudadanos como de las autoridades, la voluntad política, la coordinación entre distintos niveles de gobierno y en algunos casos, las crisis como elementos detonadores que impulsan la participación y el cambio. Todas estas variables son fundamentales para promover que la ciudadanía sea la clave para contribuir al desarrollo.
En resumen, el camino para que siga el cambio y tengamos un futuro cada vez mejor comienza con la participación ciudadana activa y comprometida. Sigamos construyendo el mañana que deseamos para nosotros y para las generaciones venideras. La formación y la educación son nuestras herramientas, y la política es el medio para influir en el rumbo de nuestra nación, como hoy escuché decir a don Felipe Calderón expresidente de México en la conferencia del Centro de Análisis de Políticas Públicas (CAPP) que preside el ministro Ito Bisonó: “La política es tan importante que no podemos dejársela sólo a los políticos”. Trabajemos juntos, gobierno, ciudadanía y sector privado, para lograr un desarrollo sostenible que beneficie a la gente.
Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta tarea, sea usted miembro de un partido o no, sea usted simpatizante o no, usted es un ciudadano con derechos y deberes. Asumamos nuestra responsabilidad y participemos activamente en la construcción de un futuro próspero y justo para todos. Juntos, podemos seguir el cambio y lograr grandes transformaciones.