Después de la crónica más personal de la entrega anterior, como anunciaba, en esta parte les comentaré un poco sobre la importancia histórica, cultural y artística de Burdeos.
Bourdeaux nació como puerto comercial en los márgenes del río Garonne, que desemboca en el Atlántico, después de alimentar el “terroir” en que se cultiva uno de los jugos de vid más apreciados del planeta por siglos.
El negocio del vino se encuentra trenzado en la historia de Burdeos y le viene de la mezcla de sus habitantes, ingleses, holandeses, y franceses. La misma honra su historia diversa, destacando, por ejemplo, que los holandeses haciendo uso la más alta tecnología de la época, fueron los responsables de secar el pantano que rodeaba el rio, misma empleada en Amsterdam y tantas otras ciudades de los Países Bajos.
El puerto fluvial, bulle con el entrar y salir de barcos. El trajín del mismo fue inspiración para una estupenda obra del impresionista Edouard Manet “el Puerto de Burdeos”, actualmente en manos de un coleccionista privado.
El Puerto de Burdeos Foto: https://arte.laguia2000.com/pintura/el-puerto-de-burdeos-de-manet
El recorrido del Garonne hasta alcanzar el Atlántico tiene una peculiar forma de luna en cuarto creciente, y por esa razón en la edad media se llegó a llamar con el poético nombre del Puerto de la Luna a Burdeos.
Vista aérea de Bordeaux y el río Garonne. Foto de https://en.wikipedia.org/wiki/Port_de_la_Lune
La historia del puerto y la ciudad más allá de su conocido vínculo a la comercialización de los vinos de Burdeos, se encuentra vinculado al pasado colonial francés, habiéndose registrado como el comercio triangular, entre África, Europa y América, de esclavos de origen africano.
¿Quién diría que en este viaje descubriría el vínculo entre la historia dominicana y la de Burdeos? Los historiadores franceses han reconocido que la trata negrera permitió “desarrollar el comercio azucarero de las Antillas y principalmente el de Santo Domingo”.
Resulta que la gran prosperidad del Siglo XVIII, que contribuyó a convertir a Burdeos y por ende a Francia en potencia colonial tienen sus cimientos en la esclavitud, sea directamente en la trata de esclavos, sea como propietarios de plantaciones en las Antillas trabajadas por esclavos.
Según el historiador Eric Saugera, entre 1685 y 1826, 186 armadores bordeleses participaron directamente en la trata de esclavos negros con más de 508 expediciones, que causaron la deportación de al menos 130 mil esclavos negros hacia las posesiones francesas. (Fuente información https://memoire-esclavage.org/quais-de-la-garonne#:~:text=La%20traite%20n%C3%A9gri%C3%A8re%20bordelaise%20permet,propri%C3%A9taires%20de%20plantations%20aux%20%C3%AEles).
Contrario a lo que ocurre en otras naciones que participaron durante siglos en la trata de personas de áfrica, Burdeos asume con cierta responsabilidad su participación histórica en la trata de esclavos negros, y han colocado en 2006 en el barrio Chartron una placa conmemorativa a la memoria de los esclavos africanos, con objetivos pedagógicos, para hacer conocer este importante aspecto de la historia de la ciudad y su compromiso de recordar a las víctimas de la esclavitud en esa época.
El Museo de la Aquitania desde 2009 consagró varias salas a relatar el pasado de la ciudad en torno a la trata de esclavos y su participación en el comercio triangular. También hay un busto dedicado a Toussain Louverture en la ciudad, por su condición de líder de la independencia haitiana. (Fuente información: https://www.memoire-esclavage-bordeaux.fr/.
Place de la Bourse. Foto de: https://www.churchillbordeaux.com/places/place-de-bourse/
En el tranvía uno llega con facilidad a la hermosa Place de la Bourse diseñada por el arquitecto real Ange-Jacques Gabriel, y fue la primera apertura de las murallas medievales, como una manera de dar la bienvenida a la entonces próspera ciudad.
La Place de la Bourse fue la primera brecha que se abrió en las murallas medievales del Puerto de la Luna, y pertenece al conjunto monumental del siglo XVIII.
La reseña de la UNESCO sobre la ciudad indica que la arquitectura predominante en los edificios del Siglo XVIII corresponde estilo neoclásico y que “el urbanismo de Bordeaux refleja el triunfo de los ideales de los filósofos del Siglo de las Luces, que aspiraban a hacer de las ciudades verdaderos crisoles del humanismo, la universalidad y la cultura” https://whc.unesco.org/es/list/1256
Para la UNESCO el florecimiento de Burdeos se enlaza con el movimiento filosófico-político de “La Ilustración” y “los Enciclopedistas”. Lástima que para la UNESCO no es significativo el enriquecimiento de la ciudad gracias a la trata y trabajo de esclavos africanos.
Ese admirable conjunto arquitectónico sí lo declara, es testigo de excepción de la terrible contradicción humana. En la Place de la Bourse las máscaras talladas en los edificios de la Place de la Bourse incluyen rostros africanos.
La plaza se encuentra separada del río por una obra de arte urbano más contemporáneo llamada el Espejo de Agua, que añadió tremendo valor a la estética de la plaza y que en el verano se convierte en el equivalente al Malecón de Santo Domingo, donde el esparcimiento es libre y el ambiente familiar bordolais predomina.
Antes de la caída del sol, la luz se refleja sobre el Espejo de Agua, el cielo aún gris con aspecto meteorológicamente indeciso; mientras los niños, jóvenes y adultos bordoleses, que incluye una interesante mezcla migratoria, chapotean en el Espejo de Agua, y el Garonne sigue su curso, inexorable, testigo de una historia tan rica y contradictoria, en suma tan humana.
En la próxima entrega algo más de cultura y mucho más vino.