Es con mucha emoción que compramos las boletas para la primera función del 14 de abril del 2023 para ver el musical “La Cenicienta” ya que nuestra nieta actuaba. La Cenicienta, como su título lo indica, es un cuento de hadas, de Charles Perrault y puesta en musical, versión dominicana, por la adaptación del guion de Frank Ceara, el director Carlos Espinal y la productora Cecilia García. Pensamos que sería tal vez un poco infantil, ya que había niños muy pequeños actuando, aunque Cecilia García y los otros actores eran actores de renombre.
Cual fue nuestra sorpresa, al igual que los demás espectadores, ver el primero magnífico escenario, buena iluminación, decoro feérico, personajes muy elegantemente vestidos. Enseguida nos dimos cuenta de que era una obra para adultos, perfectamente apta para presentarse en Broadway.
El segundo acto, representaba la alegría del nacimiento de Ceni, inmediatamente seguido por la muerte de su madre. Era una interpretación muy difícil y tan real, y pensé que tal vez esta obra era muy fuerte ya que había muchos niños en la sala. En estos momentos había mucho silencio, en la sala. Los pequeños espectadores ni se movían. Luego vino el matrimonio del noble con Morfifa.
A partir de este momento, el silencio se transformó en risa constante. Era una actuación inigualable, Cecilia García cantando y actuando con una poderosa voz, en su rol de Morfifa y las dos hijas gemelas Gertrudis y Petra. Todo era baile, alegría, en fin, una experiencia inolvidable tanto para los pequeños que para los grandes.
La interpretación de Ceni ya con el nuevo nombre Cenicienta, es espectacular. Los preparativos del baile para casar al príncipe, la transformación de la Cenicienta, bajo la barra mágica de la Hada Madrina, fue un efecto secundario increíble. Todo estaba realmente tan perfecto. Luego el baile, la zapatilla de cristal, las pruebas de la zapatilla…
Se puede escribir mucho más sobre el musical, y describir los actos y la interpretación perfecta de los actores. Insisto sobre la transformación del joven público entre el segundo acto y los otros, los niños a mi parecer captaron la gravedad de esta parte, con su silencio y los otros actos, con sus risas incontenibles.
Lo que quiero resaltar es que nunca había tenido la oportunidad en el teatro de ver desde la perspectiva del escenario como se veía los asientos del público. A ver las repeticiones de los pequeños con horas y horas de trabajo, para hacer una actuación perfecta, unidos a los actores, fue una oportunidad única de seguir actuando. El público realmente se unió a los actores, fue una ovación de pie, un éxito rotundo y, sobre todo, haber podido durante dos horas compartir alegrías, distracción. Felicito a todos los actores que participaron con su actuación brillante, y espero que podrá presentarse esta obra muchas veces más, ya que no puede ser cuatro representaciones en tantos meses de dedicación, de ensayos. Desde los más pequeños operarios, luces, decoros pintados a mano, vestuario, efectos secundarios.
Hoy es la Cenicienta, y espero que en el futuro habrá otros cuentos de hadas para enseñar a los niños a apreciar el teatro y evaluar a los artistas, conocer la gran diferencia entre el cine y el teatro. Gracias por todo su esfuerzo.