La casa de Craig Ellwood en Los Angeles, California, conocida como Casa Salzman de 1952,  fue en cierta medida el inicio de un proceso de experimentación por parte del autor en cuanto a arquitectura habitacional se refería.

 

Esta vivienda, que siendo aún muy racional tiene un interesante juego de texturas y acabados, fue la primera de los tres proyectos con los que el arquitecto participó en el CSH (Case Study Houses). Las divisiones interiores estaban hechas de bastidores de acero visto que dan al espacio interior una interesante sensación de levedad combinada con la masividad del ladrillo.

 

Esta combinación de arquitectura masiva con elementos industrializables confieren a la casa un estilo atemporal que sigue resultando atractivo a más de 50 años de su concepción.

 

Como en muchos otros casos de las CSH el hormigón resulta ser el elemento pesado presente, en un tipo de construcción que combina materiales como el acero, madera y el vidrio.

 

También la casa contaba con varios muros de ladrillo interiores un muro de ladrillo exterior que conformaba la fachada sur. (AA.VV. Art and Architecture 1952).

 

Esta construcción se levanta sobre una solera de hormigón desde la que se proyectan los pilares de acero que conforman, predominantemente, la estructura de la casa y soportan la cubierta de la misma.

 

Incorpora además un sistema de calefacción radiante por circulación de agua que combinado con superficies opacas y otras reflectantes climatizan los ambientes interiores activos. El combustible tanto para este sistema como para el de A.C.S. es el gas e incorpora un sistema de encendido automático con termostatos para optimizar los rendimientos. (AA.VV. Art and Architecture 1952).

La iluminación natural es uno de los aspectos relevantes de la vivienda incluso incorporando superficies translúcidas, con propiedades termo absorbentes, en parte de la cubierta (en la parte del vestíbulo o logia).

Recurrentemente volvemos a los modelos de las CSH nos parecen unos ejemplos que todos los arquitectos del orbe deben manejar y conocer. Un arquitecto que conozca este fenómeno, va con ventaja, por lo menos a nivel de acervo cultural.

Quien suscribe queda a la orden de quien lo necesita para ampliar y/o debatir sobre los modelos más emblemáticos de esta serie, y si no le hace falta al lector usarnos como vicario para sustituir su propio esfuerzo de estudio, pues adelante; que la bibliografía al respecto está servida.

Saludos y hasta la próxima.