“El número de malhechores no autoriza el crimen”.- Charles Dickens –
El enfoque integrador de la prevención del crimen a través de la planificación urbana busca disuadir a los delincuentes mediante la configuración del entorno de la ciudad. Las estrategias de diseño urbano se centran en influir en las decisiones de aquellos que están pensando en cometer actos delictivos. Esta práctica se aplica principalmente en entornos urbanos, alterando el diseño físico de las comunidades donde las personas residen y se reúnen con el fin de alejar a los delincuentes.
La idea de "LA CASA" representa un innovador enfoque para la creación de centros culturales, deportivos y de seguridad ciudadana en barrios deprimidos. Este complejo se concibe como un conjunto de actividades alojadas en 6 contenedores (containers) de estructura modular, dispuestos en pares desfasados en un eje vertical de 3 niveles. La intención es implementar estos centros a una distancia aproximada de 250 metros entre sí en los barrios necesitados, siguiendo un diseño cuadricular urbano que se extienda el territorio de manera estratégica.
Cada nivel de estos centros modulares está destinado a cumplir una función específica para atender las necesidades de la comunidad. En los pisos inferiores se promoverán actividades culturales y deportivas para fomentar la participación y el desarrollo comunitario y personal de los individuos de estas comunidades. Por otro lado, el tercer piso se reservará para albergar un mini destacamento policial, contribuyendo así a reforzar la seguridad ciudadana en la zona. Esta combinación de funciones busca crear espacios multifuncionales que no solo satisfagan las necesidades recreativas y culturales, sino que también fortalezcan la presencia policial y la prevención del delito.
Este diseño estratégico tiene como objetivo expandirse por el territorio y acercar los servicios ofrecidos a la comunidad, tales como charlas y cursos impartidos por expertos en los salones de conferencias del primer piso. Además, contará con un centro equipado con material deportivo, y adyacente a canchas de baloncesto y voleibol para fomentar la práctica deportiva entre sus usuarios. En el segundo piso del complejo se ofrecerán servicios de internet y se contará con una biblioteca para fomentar la educación y el acceso a la información. En el tercer piso estará ubicado un mini destacamento policial para controlar la violencia en la zona.
Los centros serán diseñados teniendo en cuenta todas las consideraciones funcionales, ambientales y culturales de cada comunidad. Serán un ejemplo de arquitectura sostenible y serán energéticamente autosuficientes gracias a sus paneles solares ubicados en sus techos y adyacentes a estos. Para proteger las instalaciones de la radiación solar y embellecer sus paredes metálicas, se emplearán paneles metálicos con obras pictóricas de artistas nacionales en sus brise soleils, los cuales representarán temas de promoción del arte, la cultura, el deporte y la seguridad urbana en la comunidad.
La intervención en los nodos de seguridad urbana implica una planificación cuidadosa y coordinada entre diferentes actores, como autoridades locales, fuerzas de seguridad, urbanistas y la comunidad en general. Al establecer un control efectivo en estos puntos clave, se puede reforzar la presencia policial, mejorar la iluminación, instalar cámaras de vigilancia, patrullaje aéreo con sistema de drones y promover la participación ciudadana en labores de prevención del delito.
El control de nodos de seguridad urbana también implica la implementación de tecnologías innovadoras y sistemas de monitoreo avanzados para detectar y responder rápidamente a situaciones de riesgo. La utilización de herramientas como el análisis de datos, el reconocimiento facial y la geolocalización permite optimizar la eficacia de las medidas de seguridad y anticiparse a posibles incidentes delictivos. Al combinar tecnología con estrategias tradicionales de prevención del delito, se crea un entorno más seguro y resiliente que beneficia a toda la comunidad. Esta estrategia integral busca no solo reducir la criminalidad, sino también fortalecer el tejido social y promover un ambiente urbano positivo y acogedor para todos.
La adopción de medidas preventivas en el diseño urbano y arquitectónico no solo contribuirán a disminuir los índices de criminalidad, sino que también impulsar el desarrollo de comunidades más resilientes y cohesionadas. Al fomentar la participación activa de los residentes en la vida cotidiana de sus entornos, se fortalece el sentido de comunidad y se establecen lazos de colaboración que favorecen la seguridad colectiva. La creación de espacios públicos acogedores y seguros no solo beneficia a los habitantes, sino que también atrae actividades positivas y promueve un ambiente urbano más sano y dinámico.
Al emplear contenedores como módulos de construcción, se aprovecha su estructura resistente, su movilidad y su versatilidad para crear espacios innovadores y funcionales. Estas estructuras modulares pueden ser personalizadas con facilidad para albergar actividades culturales, deportivas y de seguridad, contribuyendo a la revitalización de áreas urbanas y a la promoción de la participación comunitaria. Además, el costo relativamente bajo de esta opción hace que sea una alternativa atractiva para proyectos que buscan optimizar recursos sin comprometer la calidad y funcionalidad de las instalaciones.
El uso de contenedores como construcciones modulares para centros culturales, deportivos y de seguridad urbana será a un costo aproximado de US$27,000 cada centro, esto representa una solución innovadora y eficiente para el desarrollo de proyectos urbanos multifuncionales. Esta opción combina la practicidad, la versatilidad y la sostenibilidad, ofreciendo una alternativa atractiva para la creación de espacios dinámicos y adaptativos que respondan a las necesidades cambiantes de las comunidades urbanas.
La integración de estrategias de prevención del delito en la planificación urbanística y el diseño arquitectónico es esencial para construir ciudades más seguras, inclusivas y resilientes. Al considerar cuidadosamente aspectos como la accesibilidad, la vigilancia natural y la interacción comunitaria en el proceso de diseño, se establecen las bases para entornos urbanos que promueven el bienestar de sus habitantes y reducen las oportunidades para actividades delictivas. La colaboración entre urbanistas, arquitectos, autoridades locales, la comunidad es fundamental para implementar soluciones efectivas bajo un diseño participativo que contribuyan a la creación de espacios urbanos seguros y vibrantes.
Sobre el autor: Prof. Richard Moreta, Arquitecto, Urbanista del Mundo del Diseño. Nombrado por ARCH20 (2017) en su concurso Design Award Next_7 como uno de los arquitectos globales más influyentes. Ha enseñado en BAUHAUS University, University of South Florida, NABA, FUTURARIUM y otras universidades internacionales. Estuvo a cargo de la “Reconstrucción de Bosnia” por el US Army Corps of Engineers. Considerado por el CODIA como el arquitecto dominicano más laureado internacionalmente. Es un orador público frecuente en Congresos Internacionales de Arquitectura y su trabajo ha sido publicado globalmente, con obras arquitectónicas en los 5 continentes.