Compatriotas Duartianos, en los actuales momentos se está debatiendo en tierras extranjeras nuestra soberanía nacional. Los actores que protagonizan las decisiones sobre el destino de la isla como tal, han resuelto la no participación soberana de ninguna de las dos naciones, República Dominicana y Haití. La ONU se ha atribuido el derecho de decidir por nosotros, e intervenir en los derechos contemplados en nuestra Carta Magna, lo cual atenta contra nuestra autodeterminación. Todo parece indicar que al plan siniestro de la unificación le llegó la hora.
Los amos del mundo han marcado la pauta esperada. Ha llegado el momento de que actuemos y nos levantemos a una sola voz para defender la patria, nuestra casa. Sentados en primera fila, observamos nueva vez una doble invasión con traje de humanidad. Por un lado, la de un imperio que no ha dejado de tener la bota encima de nuestra soberanía. Por el otro, la entrada anárquica de indocumentados haitianos, que huyen de su país, que se encuentra lejos de una solución viable para su terrible derrotero político de ingobernabilidad. El tráfico humano es de toda índole, mujeres, obreros, niños. A esto se agrega, además, el otorgamiento de miles de visas a diestra y siniestra.
Mueve a preocupación la peligrosa ayuda humanitaria que se planea realizar desde nuestro territorio. Los organismos internacionales quieren darle solución de la manera más expedita al gravísimo problema de Haití. El anuncio del puente aéreo propuesto por la ONU debe colocarnos en alerta y en actitud de trasmitir a nuestros representantes, los políticos nuestra posición; que sepan que decimos no, a tan riesgosa propuesta. No hay que descartar la posibilidad de que se trate de un pretexto para que acojamos a nuestros vecinos con el título de refugiados, con derechos y sin deberes, y luego no podamos dar marcha atrás.
Tenemos en estos momentos muchos distractores. La sociedad está envuelta en pachangas de premios, crisis de tránsito, carnaval, elecciones, ídolos de youtube, influencers de porquería. Mientras tanto, permea todo el plan de unificación en nuestra cara, y nos están tomando el pelo.
Es momento de unirnos y salvar este pedazo de isla, condenada y amenazada. La situación haitiana es penosa y degradante, pero los culpables no son los dominicanos. Vamos a comprometer a nuestros políticos ahora. Este es un momento propicio, por las elecciones que se avecinan, para exigir compromiso y actitudes consecuentes con respecto al tema en cuestión, para nuestro pueblo Duartiano. Queremos responsabilidad, queremos credibilidad, queremos honestidad, y queremos verdad de parte de quienes nos gobiernan y de quienes pretenden asumir los mandos de la nación. Basta ya de marionetas espúreas que traicionan la Patria que los vio nacer. La nave del Estado está haciendo aguas. El naufragio de nuestra hermosa Quisqueya es inminente.
Es hora de hacernos sentir. Somos los dueños de esta tierra. Digámosles a nuestros representantes, los políticos, como dijo Fray Antón de Montesinos, en el Sermón de Adviento, con qué derecho…, y yo le agrego, nos quieren robar nuestra soberanía.
Adelante, patricio constante,
por la Patria a vencer o morir,
es infame quien dude un instante
que sin Patria es mejor no vivir.
Juan Pablo Duarte.