No puede haber final para las almas
para los tiempos
sin importar la dureza, la superficialidad.
No puede haber final ni para Macondo
ni en los sueños.
Existe la imaginación
y la ternura.
Por el amor, no hay final
para eso están las manos, l
la briza, las nubes, las aguas, el sol, la luna…
Para que todo permanezca
están los recuerdos, el perdón…