El hallazgo de una bomba de 500 libras en Pinalito de Bonao, y la participación de la Defensa Civil en el traslado de ese artefacto explosivo, generó una serie de opiniones sobre si la institución de socorro debía participar o no en ese proceso. Algunos se preguntaron si estaba la Defensa Civil preparada para ese tipo de intervención o trabajo.

Las opiniones emitidas reafirman lo que internamente conversamos en la organización: la población desconoce cuál es el radio de acción de la institución.

La mayoría ve a la Defensa Civil como un grupo de jóvenes voluntarios/as que salen a las calles cuando hay peligro de huracán, en los días festivos, el tiempo de recogimiento cristiano tales como: Navidad, Semana Santa, la Altagracia y Reyes. Tal vez sea así, sin embargo, debemos aclarar que la Defensa Civil es mucho más que eso.

¿Por qué la institución estuvo presente en el levantamiento y movimiento de la bomba de 500 libras de Maimón?

Primero, hay que partir que el artefacto explosivo fue lanzado en el 1959 por la Aviación Militar Dominicana en la época de la dictadura de Leónidas Trujillo. Y el objetivo del lanzamiento de esa bomba fue el de sofocar la llegada de los héroes de Maimón y Estero Hondo que vinieron a derrotar el régimen de opresión del dictador.

Cientos de patriotas exiliados entraron al país a través de distintos medios con la firme determinación de derrocar al tirano Trujillo.  A la misión se le recuerda como la “Gesta de Luperón”. Una de las epopeyas más hermosas escrita a sangre y fuego en el siglo veinte en favor de la libertad del pueblo dominicano

Segundo, la población de aquel entonces y donde aparece la bomba era en ese tiempo pequeña. Si la comparamos en el día de hoy se trata de una población más grande, con un número de familias importante.

Tercero y último, la ley que crea a la Defensa Civil instruye a que la entidad vele por la protección y seguridad de la población en sentido general, ya sea por un hecho natural o humano. Por consiguiente, la bomba es un artefacto elaborado por seres humanos y por esa razón se debía actuar enviando a una misión del organismo de protección civil.

Con esa decisión se buscaba no poner en riesgo a la población frente al escenario especial que se presentaba. Hubo que establecer un perímetro de distancia entre población y la ruta de transportación del objeto era lo correcto y responsabilidad de la entidad.

En la definición de la ruta la Defensa Civil hizo contacto con las Fuerzas Armadas. El ejército envió de inmediato a un equipo para desenterrar y movilizar la bomba. Mientras ocurría la preparación para el levantamiento la Defensa Civil se mantuvo al lado apoyando y luego en el traslado del objeto.

Es apremiante que la sociedad esté al corriente de que la organización cuenta con una unidad de manejo de materiales peligrosos. Que la misma está preparada para actuar, y que tal vez no disponga de algunos equipos necesarios, pero tiene conocimiento y experiencia.

La unidad está formada en NBQR, siglas que hacen referencia a ataques terroristas en los que se utiliza material nuclear, biológico, químico o radiológico.

Dicho lo anterior, entiendo que debemos insistir en la necesidad de superar el “supremo complejo de Guacanagarix” de creernos que los de afuera lo saben todo y los nativos tienen mucho que aprender. Los del predio también tienen vasta experiencia en muchos campos de las emergencias.