El pastor, ingeniero y candidato Carlos Peña reivindica como una victoria de la cristiandad criolla la lectura de la Biblia en las escuelas…, lectura que, a su juicio, el presidente Luis Abinader y su partido pretendían prohibir, por vía del Código de Ética que regula la relación estudiantes/profesores. Su oportuna denuncia, estima, habría empujado al gobierno a replantear el código, para incluir la anhelada lectura. No haberlo hecho, enfatiza, sería “una violación obscena” de la ley No. 44-00.

Resulta chocante que en un momento en que la escuela pública dominicana es objeto de preocupación nacional, en razón de los deprimentes bajos resultados arrojados por el proceso enseñanza/aprendizaje; en un momento en que abundan las críticas deletéreas por la pronunciada pérdida de docencia, y por el despilfarro inmisericorde del 4%, tengamos un candidato presidencial procrastinando en favor de que parte del ya menguado tiempo dedicado al objetivo de formar a nuestros hijos, se dedique a hablar de Dios y a leer la Biblia ¡Es escandaloso!

La malhadada Ley No.44.00 (junio 2000) consagra la susodicha lectura, y bien se sabe, en tanto que ley, está por encima de un código departamental cualquiera. De ahí que, desafortunadamente, su mandato impera. ¡Pero no basta; es preciso estrujarlo, batirlo, exprimirlo y politizarlo, para que no haya ni pizca de duda!

Estremece penetrar el grado de petulancia y desparpajo con que ciertos promotores de credos religiosos se abrogan el derecho de apropiarse del tiempo de nuestros menores, para inocular -en mentes maleables-, sus supersticiones. Tan poseídos y engreídos están, que pelean públicamente por ello. Sin más, consideran obligatorio el que se les escuche, y a quienes no quieran hacerlo, se les “concede libertad” de abandonar el recinto donde deben recibir formación. Ningún gobierno debería permitir semejante atropello.

La alienación obnubila. El pastor, ingeniero y candidato no para mientes en lo indecoroso y oportunista que resulta aprovecharse de los aportes del contribuyente -no siempre religioso- y de los esfuerzos del gobierno central en reunir a niños y adolescentes en las aulas para un fin predeterminado, y venir extraños, armados con el chantaje de Dios en la boca, a robarles tiempo, concentración y vida, y cargarlos de miedos e inseguridad. Genera sospecha legítima el desaforado empeño de mezclarse con niñas, niños y adolescentes….

A ojos vista, es privar a los alumnos de parte del menguado tiempo útil que deja la pugna ADP/gobierno, para inocularles supersticiones y fábulas, mismas que con frecuencia desatan histerias colectivas y hacen “ver el Diablo”. Hay casos recientes.

Para hablar de la Biblia y de Dios, con toda libertad, existen las iglesias; las reuniones familiares y las concentraciones al estilo Batalla de la Fe, del reverendo Ezequiel Molina, más todas las actividades que quieran y puedan realizar con esfuerzo propio y entre adultos, sin medrar en el esfuerzo ajeno.

El pastor, ingeniero y candidato sabe que sobreabundan los crédulos dispuestos a orar y dar ofrendas y diezmos. Sabe también que los credos religiosos gozan de amplia autonomía para promover el negocio de la fe. Querer más es empujar el Estado hacia la teocracia y el fundamentalismo. Da grima imaginar un gobierno de tal calaña

En voz de Albert Einstein, “la palabra ‘dios’ no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana;(y) la Biblia, una colección de leyendas…, bastante primitivas”.

Cachachean en la Biblia las truculencias y groserías que crearían graves trastornos en los alumnos. Por tal razón, en el Estado de Utah, EEUU, donde están prohibidos los libros “pornográficos e indecentes”, acaban de prohibir la Biblia en varias escuelas, por “vulgar y violenta”. Veamos algunos pasajes de ese “libro sagrado, revelado por Dios”:

Tras engañar a su hermano Esaú, el siervo de Jehová, Jacob, se refugia donde su tío Labán; allí se “tira” a las dos hijas de éste: Raquel y Lea, y a las criadas de éstas: Bilha y Zilpa. También se roba parte del ganado del tío, y huye. (Génesis 25 y ss)

“Clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, Aod, hijo de Gera…”. Este “libertador” se hizo un puñal de doble filo, que ocultó debajo de sus vestidos, y con engaño se presentó ante Eglón, rey de Moab, y se lo clavó en el vientre hasta la empuñadura “y salió el excremento”. (Jueces, 3:28 y ss)

El profeta Balaam golpea inmisericordemente a la burra en la que va montado, y ésta le habla: “Qué te he hecho, que me has golpeado…”. Núm 22:21 y ss. ¡Cuidado con dudar de la palabra de Dios…; es pecado mortal!

Jehová, dios repulsivo y cruel, se pone furioso cuando “se da cuenta” de que su pueblo, Israel, fornicaba con hijas e hijos del pueblo de Moab, y adoraba al falso dios Baal. Colérico, por encima del “no matarás”, ordena matar a 24 mil (Núm 25:4- 9). Obvio: no previó la máxima del filósofo griego Epicteto (siglo II a.n.e.): “El exceso de cólera engendra la locura…”; también al genocida.

Jehová ordena que la mujer no hallada virgen, en su noche de boda, sea apedreada hasta morir, frente a la casa de su padre. Deut. 22: 14 y ss. ¡El sadismo le está permitido!

Josué, siervo de Jehová, enfrentado a los amorreos en Gabaón, detiene el sol y la luna, para masacrar a sus enemigos (Jos. 10:12-14). Jehová no sabía que es la tierra la gira alrededor del sol….

En nombre de Jehová, el profeta Eliseo maldice a unos niños que le vocean: “¡Calvo, sube!”, “¡calvo sube!”, y Jehová manda dos osos que destrozan a 42 niños. 2R 2: 23 y ss.

Jehová ordena al profeta Ezequiel cocer sus alimentos con excremento humano (Ezq 4:12). Este mismo siervo se une a dos prostitutas: Ahola y Aholiba, y como éstas siguieran ejerciendo la prostitución, Ezequiel celoso las acusa de enamorarse de rufianes con ardor de burros y flujos de caballos (Ezq 23:21).

Jehová ordena al profeta Oseas buscar prostitutas. Cuando la llamada Gomer lo bota, Jehová lo manda buscar otra (Os. 1:2 y 3: 1)

En las Bodas de Caná de Galilea, Jesús, con fama de “comilón y bebedor de vino” (Mt- 11:19), abochorna a su madre, cuando ésta le dice: “No tienen vino”. Jn 2:3-4.

Jesús le dice a Pedro: “Quítate de delante de mí, Satanás; me eres estorbo;…”. (Mt 16:23). El Satanás de Pedro es figura central de todas las sectas cristianas.

El apóstol Pablo, misógino a carta cabal, dice: “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio…”. 1Tm 2:11 y ss. También en 1 Co 14:34-35.

Es solo una pequeña muestra. ¿Quién explicará, y para qué, pasajes como estos, a niños y adolescentes en las escuelas? ¿Se insinúa pagar a pastores y biblistas con cargo al 4%? ¡No juegues, Magino!