En Florida, Estados Unidos, una bebé llamada Theresa fue diagnosticada con anencefalia (ausencia de partes fundamentales del cerebro y del cráneo), lo que imposibilitaba que la recién nacida pudiera tener una vida sostenible y con autonomía. Debido a que las probabilidades de que una bebé anencefálica sobreviva son muy bajas y, en ningún caso podría llevar una vida consciente, sus padres decidieron donar sus órganos para la contribuir a la sobrevivencia de otros niños.

Como el sistema legal de Florida prohibía quitar los órganos de un ser vivo, los trasplantes no pudieron realizarse. Cuando Theresa murió, nueve días después, los órganos se habían dañado.

El caso generό un interesante debate sobre el carácter ético de quitar los órganos a una bebé para salvar otras vidas. ¿Es legítimo salvar la vida de un ser humano, convirtiéndolo en un medio para la felicidad de otras personas? ¿Qué sentido tiene intentar perpetuar una vida condenada a no pensar, ni sentir? ¿Se violentaba el principio de respeto a la dignidad de la persona con la decisión de los padres de Theresa? ¿Se usa a un individuo como medio si carece de autonomía?

El caso que les comento ocurrió a inicios de la década de los 90 y es una de las situaciones que forman parte del libro de James Rachels, Introducción a la filosofía moral. (Disponible en https://www.docdroid.net/OhBKwBO/rachels-introduccion-a-la-filosofia-moral-rachels-1-pdf).

Durante varios años, he empleado este libro del profesor Rachels en mis clases de Ética. El libro contiene muchos casos como el compartido en este escrito y que propician un debate sobre temas como: el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, la felicidad, la relación entre ética y religión, la universalidad de los valores morales, entre otros problemas cruciales de la vida humana.

El texto nos muestra cómo las respuestas a las preguntas sobre estos temas están condicionadas por el enfoque filosófico desde el cual interpretamos el mundo, lo que no significa que todas las interpretaciones sean validas y que todas las decisiones en tópicos de ética sean un asunto de gusto personal.

Pues, los asuntos fundamentales de la vida práctica requieren encontrar principios básicos de convivencia que no se reduzcan a las leyes, costumbres y subjetividades de un lugar o de un tiempo particular. La historia nos muestra que prácticas aborrecibles, como la esclavitud o el racismo, fueron aceptadas por sistemas legales y tradiciones particulares. El hecho de que unas personas consideren una práctica como legítima, no significa que lo sea intersubjetivamente.

De ahí, la importancia de realizar un ejercicio común de reflexión sobre los principios que guían nuestras acciones. En el caso de las clases con jóvenes, además de propiciar ese necesario ejercicio, el libro del profesor Rachels, con su método basado en casos, contribuye a desarrollar la habilidad para la toma de decisiones y el pensamiento situacional, habilidades necesarias en esta época donde, cada vez más, la racionalidad, el sentido común y la democracia se ven amenazadas por las polarizaciones emocionales y los fundamentalismos.