El domingo pasado, junto a unos amigos, fuimos a almorzar a un restaurante de cierto prestigio. Para el malestar nuestro notamos que en la mesa de al lado uno de los clientes estaba un poco fuera de tono, se disparó de forma irrespetuosa al llamar al camarero. A su juicio el camarero no acudió con la premura que el cliente deseaba.
El camarero, a quien conozco desde hace años, siempre brinda un tratamiento correcto a todos los clientes, le contestó:
"Señor, le pido excusas, es que hoy por ser domingo nos encontramos cortos de personal, pero dígame en qué le puedo ayudar". Al individuo no le bastó la explicación, y empezó a quejarse en voz alta peleando hasta por el pan, el cual a su juicio tenía mucho ajo.
Una de las enseñanzas que mis padres nos inculcaron fue que, a qué mientras más alto habla la gente, más baja es su autoestima.
La relación entre la autoestima y la mala educación es un tema muy interesante y complejo. Las personas que tienen baja autoestima tienden a ser las que más alto hablan, son los que exigen derechos y atributos que no poseen.
La autoestima se refiere a la valoración y percepción que una persona tiene sobre sí misma, eso incluye la confianza, el respeto por uno mismo y la auto aceptación. Las personas con una estima saludable se comportan de forma respetuosa y correctas hacia los demás y, sobre todo, con ellos mismos. Suelen ser más simpáticos y educados; mientras que los poseen menos autoestima, muestran inseguridad, agresividad y, por lo general, carecen de buenos modales, es decir son mal educados, y tienen tendencia a comportarse de forma irrespetuosa, inapropiada y a ser desconsiderados con los demás. Esto puede incluir falta de modales, agresividad verbal, comportamiento de menosprecio a otros tratándolos de manera despectiva para compensar sus inseguridades y debilidades. Por lo regular este tipo de comportamiento puede ser un mecanismo de defensa cuando tratan de sentirse superiores o que mantienen el control.
La mala educación puede ser debida a varios factores, los más comunes son:
- 1- Poca formación en el hogar
- 2- Falta de control emocional
- 3- Estrés
- 4- Temas de su infancia no resueltos y otros.
Para vencer eso es necesario fortalecer su estima con la educación emocional y el desarrollo de habilidades sociales.
La autoaceptación: se logra con programas de autoayuda y terapia psicológica; la autoevaluación: el autorespeto se logra cuando se fomenta el pensamiento positivo.
La autoestima y la educación están intrínsecamente relacionadas. Fomentar una autoestima saludable es importante tanto para usted mismo, como para su convivencia con los demás.
Si tiene problemas para contener la ira, si se siente a menos que los demás, no siga perdiendo tiempo vaya a un profesional de salud mental para que trabajen sobre este tema, le aseguro que su vida va a cambiar para mejorar.
Merliz Rocio Lizardo Guzmán.
Aprendiz de la conducta humana.