He observado con pavor la campaña desmedida en contra de periodistas que han asumido una posición crítica en este país como el caso de Huchi Lora, Edith Febbles, Marizo Zapete, entre otros.
Los periodistas y activistas sociales deben verse en el espejo de los hoy acosados. Como comunicadores muchas personas asumen causas de lucha y mientras eso ocurre hay personas y sectores que te admiran, te alaban, te comentan en sus redes cosas positivas y hasta los políticos de la oposición (dependiendo) te elevan.
Cuando ganó el PRM en el 2020, ese partido hizo un collage con la imagen de todos esos periodistas y tenía un titular que decía "Los periodistas que contribuyeron al cambio" y le daban las gracias.
Desde ese mismo momento entendí que habían entrado en desgracia, porque que un partido te vincule a su triunfo por las constantes denuncias y críticas a los anteriores es realmente funesto para cualquier periodista o activista social, hoy nadie sale a decir algo en favor de ellos y esos mismos que tanto se alegraban de sus denuncias a los gobiernos del PLD ni siquiera una carta, por eso yo me retiré de ese tipo de comunicación y de alguna manera también me retiré del activismo social.
Hace años que no participo de una manifestación social. No fui a la Plaza de la Bandera, ni a Marcha Verde ni nada de eso, en lo último que participé fue en la lucha del 4%, después de ahí jamás me han vuelto a ver. Aquí ni la sociedad ni muchos sectores agradecen eso, aunque luches por el país.
Los que más se han preocupado por la defensa de los Derechos Humanos, el combate a la corrupción, luchando por el bien del país hoy son declarados traidores a la patria por algunos sectores y la sociedad les ha seguido el coro.
Tenemos una sociedad anómica, la gente no piensa en causas sociales. Aquí teníamos muchos grupos juveniles con una fuerte inclinación social pero hoy no hay uno solo.
Las ideologías (políticas y sociales) hna dividido a todo el mundo y cada quien se coloca desde el interés que represente, lo social, lo colectivo dejó de importar hace mucho, aquí importa lo que me beneficie de manera individual.
La sociedad actual va hacia un derrotero que lo único que se puede decir es "Dios nos agarre confesados". Que cada quien haga lo que sienta y crea. Nuestros héroes de antaño hoy están bordados en trapos partidarios, la gente se indignó con Marcha Verde no por el movimiento en sí, sino por las decisiones de muchos de sus dirigentes una vez pasó la marea.
Luchar por causas justas ya es perder el tiempo, entrar en la denuncia de la corrupción o la defensa de los Derechos Humanos es una cosa de personas retrógradas que están al servicio de agendas globalistas y que sirven a intereses oscuros como USAID.
Hacerlo es exponerte al descrédito en algún momento, hoy más que nunca existen los recursos (tecnológicos y financieros) para destruirte sin siquiera saber quién lo hizo. Basta con poner a correr una información que despierte el morbo en redes sociales y sin importar quien hayas sido serás pulverizado en cuestiones de segundos.
¿En realidad quiere uno exponerse a eso? ¿Que tu dignidad e integridad se vaya a la M… por los intereses que afectaste con tus luchas o denuncias? Hoy no es un juego de niños lo que se vive.
Quizá lo mejor es callarse, no meterse en nada, que los gobiernos hagan lo que les dé su gana, no preocuparse por nada ni por nadie más allá que por tu familia y si sientes alguna pasión por causas sociales dedicarse a trabajar desde el silencio por lo que crees, ayudar a la gente, trabajar en tus proyectos y habrás aportado. Hacia ese modelo de sociedad es que vamos. Las voces críticas deben ser silenciadas.