La educación, elemento vital para lograr el desarrollo del país, no sale de una "cuando no es Juan es Juana y si no su hermana",  la penosa realidad es que por una razón o por otra no avanzamos en esa materia.

Durante largo tiempo creímos que la falta de recursos suficientes dedicados a la enseñanza era la principal razón del pobre desempeño de nuestros estudiantes, con la asignación del cuatro por ciento del PIB, que se convirtió en realidad después de una intensa lucha librada por casi todos los sectores sociales a favor de esta conquista, una enorme cantidad de dinero comenzó a llegar al Ministerio de Educación y una de las primeras medidas tomadas por esa institución fue la de incrementar de manera importante los salarios de los profesores de la educación pública, quienes pasaron a recibir en muchos casos sueldos superiores a los pagados en los colegios privados.

Este era uno de los principales reclamos de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y una vez logrado, creíamos que esta conquista impulsaría a sus integrantes a dedicarse de lleno a la enseñanza, logrando en un plazo razonable mejorar la calidad de la educación que estaban recibiendo sus alumnos;  pero nos equivocamos, ésta continuó tan pobre como siempre, tanto por culpa de los profesores, como del errático papel desempeñado por el Ministerio a cargo de esos menesteres.

El enfoque político de las actuaciones de la ADP, coloca a esa organización en una situación de confrontación frecuente con el Ministerio de Educación, que se agrava cuando sus dirigentes pertenecen a un partido diferente al de gobierno como ocurre ahora.

Desde el inicio de la pandemia a habido discrepancias entre las dos instituciones mencionadas acerca de la forma de enseñar e impartir clases. Los alumnos de las escuelas públicas han sido las víctimas en todo este desmadre, pues no han aprendido prácticamente nada, sufriendo un gran atraso en sus capacidades que no podrán recuperar en mucho tiempo. Un experto en esta materia vaticinó que los problemas ocasionados por la pérdida de clases durante esta crisis afectarán a toda una generación.

Algo que es importante destacar, es que los profesores en todo este largo período, que se alarga por más de un  año, nunca han dejado de cobrar sus salarios aunque se hayan pasado muchos meses sin trabajar.

En estos momentos, el enfrentamiento entre el sindicato de maestros y el Ministerio de Educación, que se resolvió el pasado día 19, se produjo como consecuencia de la negativa de ADP a retornar a las aulas a impartir clases, alegando que el alto nivel de contagios de la variante ómicrom impedía asumir con seguridad su rol.

Creo que la República Dominicana es de los poquísimos países en donde la educación presencial se ha dificultado, a pesar de que se ha comprobado que las aulas son sitios muy seguros y que allí se generan pocos contagios. En un país en donde todo está abierto y se permiten cualquier tipo de actividades, congregándose en alguna de ellas miles de personas, entre las cuales estoy seguro más de un profesor estaría dando brincos, resulta incomprensible que dé tanto trabajo normalizar el proceso educativo.

No sabemos lo que trataron a puertas cerradas el Ministerio y la ADP, pero lo que sí creemos es que el regreso a las aulas de los profesores no salió gratis.

Antes teníamos Maestros, personas dedicadas en cuerpo y alma a trasmitir sus conocimientos y valores morales a los estudiantes, hoy tenemos "profesores" muy preocupados por sus cheques y beneficios personales y poco por sus alumnos. Una gran diferencia.