En mi larga vida laboral (62 años para ser exacto) en el sector público, organismos internacionales y el sector privado, he conocido toda clase de funcionarios y gerentes, desde dentro y desde fuera. Me aventuro a clasificar a los altos funcionarios de gobierno en 7 categorías:

  1. Los buscadores de imagen: Tratan siempre de figurar en los medios haciendo declaraciones o poniendo a su equipo de prensa a mantener constantemente a la institución en el centro de atención. Generalmente, hacen un buen trabajo, pero a veces, por hablar tanto, un día la cagan.
  2. Los bondadosos y confiados. Son los funcionarios que delegan todo, el personal lo adora y confía en que nadie meterá la pata. Y cuando se descubre que, si la metieron, el funcionario sale en su defensa. Gran error porque lo correcto es patearle el trasero y cancelarlos de inmediato. Siempre chequeé sus cartas.
  3. Los de bajo perfil. Son mudos y hablan en susurros. Pueden ser buenos en su trabajo, pero también los hay muy incompetentes. Su objetivo es mantenerse en el cargo a toda costa.
  4. Los Ingratos. Generalmente mediocres y traidores. Mientras están en el cargo aparentan ser leales al presidente de turno y solo se preocupan por nombrar amigos. Pero cuando salen, se convierten en críticos acérrimos del presidente que lo premio y lo hizo rico.
  5. Los tecnócratas. Tienen un alto perfil profesional, hablan cuando tienen que hablar, lo hacen con datos en la mano y no les temen a las críticas. Pero algunos son un poco teóricos y hay que aterrizarlos.
  6. Los discretos: Son los funcionarios que ocupan altos cargos en el sector monetario, financiero, fiscal y regulatorio, como el BCRD, la DGII, el banco del Estado, los Superintendentes y los gerentes de empresas públicas. No tienen espacio para cometer errores y hablan en circunstancias especiales.
  7. Los independientes. Son los mas leales al presidente, y no temen decirle la verdad, ni se dejan llevar de chismes ni maquinaciones palaciegas. Es la clase de funcionario que en una reunión de gabinete se atreve a levantar la mano y decirle al presidente ¨Señor, eso que le están informando es falso¨. Le temen y lo repudian dentro del gobierno, aunque todo presidente necesita esa clase de persona.

¿Qué tipo de funcionario es el más apetecido por los presidentes?

Es difícil saberlo. Algunos prefieren los de bajo perfil y los bondadosos, que lo molesten lo menos posible. Otro se inclina por los tecnócratas, pero hay que saber lidiar con ellos y analizar sus opiniones dentro de un contexto político.

No faltan los presidentes que se alegran al oír a sus funcionarios hablando casi a diario de sus logros.

El independiente es el menos atractivo. Es raro que a un presidente le guste que le contradigan porque piensa que está mejor informado que cualquiera otra persona.

La realidad es que detrás de la puerta del despacho presidencial hay muchas mentiras o verdades a media porque la complacencia y poner música en los oídos de los presidentes, es una práctica muy generalizada.

ANÉCDOTAS. Un Subsecretario de Agricultura en la época de Balaguer le declaro a un periodista que la sequía estaba afectando seriamente la producción de alimentos, por lo que había que tomar decisiones urgentes.

Al día siguiente, Balaguer, muy molesto por esa publicación, pidió un helicóptero y recorrió todo el Cibao para ver con ¨sus ojos¨ lo que estaba pasando.

Al otro día dijo ¨La sequía es un mito porque todo el Cibao se ve verde desde el cielo¨. A los 4 meses estábamos importando de urgencia plátano desde Ecuador y gran cantidad de arroz de Estados Unidos.

Un Secretario de Finanzas declaro en el 2002 que habían 120 mil empleados públicos en exceso. Lo llamaron del Palacio y por un pelo no lo fusilan. Quizás fue una declaración desafortunada, aunque hoy el exceso supera los 300 mil empleados.

COROLARIO: Si quiere sobrevivir en el cargo, aprenda a gerenciar, hable poco, presente resultados concretos, rodéese de un buen equipo de profesionales y ejecute el 95% de su presupuesto.