En las últimas semanas, los diarios digitales y la opinión pública en general, se ha interesado por discutir y comprender el nivel de participación política de la juventud en la sociedad dominicana. A decir de algunos, la participación es muy baja o nula, pues existe un enorme escepticismo y antipatía de los jóvenes por la política. Para otros, la responsabilidad de la desafección política de los jóvenes, recae en la vieja generación que no ha sabido interesar o involucrar a los jóvenes en los asuntos políticos.

Al margen de las consideraciones anteriores, voy a tratar de argumentar dos supuestos: primero, que los jóvenes siempre han participado y participan en política, aunque se le nombre de otra manera: como movimiento obrero, campesino, popular, ecológico, feminista, influencer, youtuber, pues las mayorías de estas acciones colectivas, están representadas por jóvenes, trabajadores, estudiantes, de los sectores populares entre 18 y 35 años de edad. Lo segundo, es que, la nueva generación participa en política de manera diferenciada que la generación anterior, pues hacen usos de los recursos culturales y mediáticos que le provee la sociedad dominicana en la actualidad.

Ahora bien, si entendemos la política como el ámbito de lo público, el espacio donde se construye y, disputa el poder de decidir sobre los asuntos que nos conciernen y vinculan a todos. Podemos distinguir entre lo público estatal y lo público civil. En ese sentido, es muy evidente que se ha producido una desvinculación, una desafección de los jóvenes de la política estatal-partidaria y, un fortalecimiento de la relación política de los jóvenes en la esfera civil, es decir en las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación, las redes y los movimientos sociales.

En ese sentido, habría que cuestionar el tipo de relación (instrumental, utilitaria) entre las cúpulas de los partidos y la juventud, pues la desafección viene porque los primeros no consideran a los jóvenes como actores políticos, con su propia agenda, que puedan aportar al cambio social, sino como masas, clientes, objeto de un proyecto de un líder o partido político. Mientras que, en la esfera civil, los jóvenes participan como actores, activistas que construyen sus propias narrativas y sus códigos de comunicación.

Por otro lado, se hace necesario entender que vivimos en una sociedad dominicana más compleja y diversificada, con mayor nivel de incertidumbres políticas. Donde las grandes certezas de las ideologías políticas emancipatorias, de los grandes partidos como maquinarias electorales se han derrumbados. La nueva generación es hija de la caída del muro de Berlín, del fin de la guerra fría y, la crisis de representación de los discursos socialistas, neoliberales y, neopopulistas.

Los jóvenes que hoy tienen 35 años, nacieron en la era del escepticismo político, del declive de las utopías políticas, de las crisis de las instituciones partidarias y el auge del individualismo moderno, por eso viven la política democrática de manera escéptica, des-institucionalizada e individualizada.

Con el desarrollo de la democracia neoliberal, el deterioro de las instituciones públicas y la corrupción política, las élites de los partidos han dejado de representar los intereses y, aspiraciones de los jóvenes. La política de la gobernabilidad se ha vaciado de todo contenido ético y moral de una sociedad justa y, se ha convertido en una pura racionalidad burocrática, orientada a la (re)producción del poder político y la búsqueda del bienestar económico de las cúpulas políticas.

Frente al deterioro de las instituciones públicas y la crisis de legitimidad de los partidos, se ha producido el auge de la esfera civil, de los nuevos movimientos sociales, los medios de comunicación y, las redes sociales. De manera que, en este nuevo contexto sociopolítico, los jóvenes construyen nuevas modalidades de hacer política, más individualizada, subjetiva, lúdica, estética y emocional, una política significativa a sus aspiraciones de autorrealización personal y, reclamaciones de cambios sociales y culturales.

Los jóvenes se articulan a la política a partir de una narrativa que incorpore códigos éticos y estéticos significativos para ellos, a través de los nuevos movimientos y las redes sociales que, diferentes a las normas y reglas de las instituciones partidarias, poseen formas más flexibles, relaciones de mando más horizontales y, con una enorme solidaridad con las minorías sociales y culturales excluidas.

Por eso, ha sido notable la participación política de los jóvenes en las luchas por la ampliación de la democracia, por el 4% a educación, por la defensa de lomas mirandas, las luchas en contra de la corrupción, contra el fraude electoral, por la igualdad de derechos de las mujeres y las minorías culturales, étnicas y sexuales.

Los jóvenes desarrollan nuevas estrategias de participación política, con los recursos que les provee la cultura mediática. Construyen sus críticas, relatos y códigos de comunicación, con la mediación de los medios de comunicación, la música popular y las redes sociales. Notas de Instagram, memes, programas y videos de youtuber, son parte de las nuevas estrategias de participación política de la juventud dominicana.

En ese sentido, la nueva generación construye y participa en la diversificación de las formas de hacer política en la sociedad dominicana, una práctica política menos ideológica, que ya no se reduce a lo público estatal, o ser miembro de una institución partidaria, que no se limita a esperar cuatro años para salir a votar por algún candidato menos corrupto y, alguna promesa electoral de adecentamiento en la administración pública.