En mi artículo anterior sobre “Democracia y malabarismo político” me preguntaba: ¿Hasta cuándo los ciudadanos latinoamericanos y caribeños vamos a seguir creyendo y confiando en la democracia, la política y en los sistemas y los procesos electorales?.

Como respuesta a mi pregunta anterior expresé que estaba esperanzado en que “la juventud latinoamericana y caribeña rescatara la “democracia”, la justicia y los sistemas electorales y, le devolviera a la política su categoría de ciencia social”. 

En relación a mi expectativa sobre la Juventud, el escritor y político Miguel Espaillat Grullón expresó lo siguiente: “Hermano Telésforo, específicamente con la actual juventud dominicana yo no tengo esa expectativa”, cierro la cita.

Por su parte, los estudios realizados sobre “participación política por parte de los jóvenes” realizados por las prestigiosas Universidad de Cambridge y Harvard en América Latina y el Caribe refieren que, “el setenta y tres (73%) de los seiscientos dos mil (602,000) jóvenes consultados, expresaron su desafección por la política, los partidos políticos y sus líderes”  (Estudios sobre participación política de la Juventud, período 1999-2018).

Como se sabe, “a los jóvenes se les exige responsabilidad y capacidad en las áreas en las que éstos se involucran, pero la mayoría de los adultos, los movimientos, los partidos y  dirigentes políticos,  no los involucran en la toma de decisiones a nivel municipal, regional y nacional” (Estudios referidos en el pis del párrafo anterior, Cambridge y Harvard, 1999-2018).

Según los datos ofrecidos por la ONU, “el mal manejo de la crisis financiera mundial del 2008 y la forma como los gobiernos, los partidos políticos y sus líderes manejaron la pandemia del covid-19, profundizó la desafección de los jóvenes latinoamericanos y caribeños hacia la Política, los movimientos y los partidos políticos” (INFORMES ONU, 2009 y 2022).

En tal sentido, los estudios realizados por la CEPAL sobre la crisis financiera del 2008 y el impacto del covid-19 refieren que, “los gobiernos y los líderes políticos excluyeron a los jóvenes, cuando éstos decidieron restringir las actividades educativas, económicas, sociales, deportivas y culturales, lo que provocó que la mayoría de los jóvenes perdieran una serie de derechos que todavía éstos no han podido recuperar” (Reportes CEPAL, 2010 y 2022).

La desafección política expresada por los jóvenes de América Latina y el Caribe consultados el Instituto de Política Liberal de Suecia, período 2009-2022, “debería preocupar a los movimientos, partidos y a sus líderes, ya que la “Política, la Democracia y los Sistemas electorales, están siendo cuestionados por la Juventud” (IPIL, Suecia, 2022).

Como se conoce, en el caso de nuestro país, “la mayoría de los dirigentes y líderes políticos, ya pasan de sesenta (60) y setenta (70) años y, sus respectivos discursos, no sintonizan con las expectativas y las aspiraciones de la mayoría de los jóvenes dominicanos con edad para ejercer su derecho al voto” (Discursos PC y Marcha Verde, 20014-2022).

Por lo antes expuesto conviene que, los movimientos y los partidos políticos, estructuren y pongan en marcha, un Plan para atraer a los jóvenes e inyectarle sangre fresca a la Política, ya que el ejercicio político en nuestro país debe reivindicarse y hacerse creíble ante la Juventud Dominicana de todos los estratos sociales.

Por su parte, la Psicología Social sabe que, “la desafección de los jóvenes por la Política, los empuja a refugiarse en la música de calle violenta, en el consumo de alcohol y sustancias prohibidas, a la pornografía, al sexo promiscuo y, a la adicción a las redes sociales sin control, ya que, en su mayoría, éstos no tienen un compromiso político-social-cultural que los comprometas” (CODOPSI, 2022).

Como se sabe, la Política es la Ciencia Social que tiene como propósito, “trabajar por el bienestar de las personas, el desarrollo y transformación de los sistemas educativos y de salud, propiciar la generación de empleos, garantizar la protección y la seguridad para todos los ciudadanos y, mantener el statu quo de la Sociedad” (Tratado de Sociología de la UNAM, 2011).

Según los estudios realizados en doce (12) países latinoamericanos y caribeños, período 2004-2016 por la ONU, la desafección de los jóvenes por la Política, “ha perpetuado un liderazgo político que no ha asumido compromisos para enfrentar las causas que generan pobreza y exclusión social en la región (Informes ONU, 2004-2017).

Quienes hemos trabajado con jóvenes, sabemos que “éstos están preñados de valores, utopías, talentos y, tienen la capacidad para liderar y gestionar los cambios sociales, políticos, económicos, educativos y culturales que necesita nuestro país” (DTGM, 2023).

Desde nuestro punto de vista, la política que se ejerce en nuestro país necesita un liderazgo político refrescante y esperanzador que motive e inspire a lo mejor de nuestra juventud a incorporarse a la política y rescatar la “Democracia”, la Justicia y los sistemas electorales y, devolverle a la Política su categoría de Ciencia Social”.

“Los políticos y los pañales se tienen que cambiar a menudo, por la misma razón (Mark Twain).