Como se sabe, al concluir la Segunda Guerra Mundial los países y los gobernantes que auspiciaron este magnicidio global “fueron criticados por los jóvenes cuyos padres, tíos, primos, novios y hermanos murieron en la Guerra” (Estudio realizado por la Escuela de Sociología Universidad LAVAL, Quebec, Canadá, 1999).

Según los estudios realizados por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chile en el período 1950-1990, los dueños del gran capital “diseñaron y pusieron en marcha un Plan para sacar de circulación a lo mejor de la juventud latinoamericana y caribeña en el marco de la Guerra Fría” (Perpers de la Escuela de Sociología de la Universidad de Chile, 1993).

Por su parte, los datos extraídos de los documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano (2001) refieren que el Plan al que hicimos referencia en el párrafo anterior fue “diseñado y liderado por los USA, teniendo como cómplices, entre otros, a los gobiernos tiranos de España, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay” (Hallazgos de los estudios de Maestrías en Ciencias Políticas de la UNAM, período 1971-1989).

Por otro lado, al producirse la caída del Muro de Berlín en el año 1989, los dueños del gran capital decidieron incluir en su Plan, “la desinformación y  la manipulación para imponer el modelo económico que Globalizó la Economía y Liberó el Comercio” (Estudio realizado por la Escuela de Sociología Universidad LAVAL, Quebec, Canadá, 1999).

Según los estudios realizados por la Escuela de Psicología Social de la UNAM en el período 1990-2014, el Plan de control social de los jóvenes latinoamericanos y caribeños contempló “la no inversión en el fortalecimiento de los sistemas de educación y de salud como estrategia para ralentizar” el desarrollo cognitivo de los adolescentes y los jóvenes” (Estudios realizados por la Escuela de Psicología Social de la UNAM, 1962-1990).

Asimismo, “dicho plan contempló la introducción sutil y perversa de todos los tipos de estupefacientes para desmoralizar y doblegar a los jóvenes latinoamericanos y caribeños con ideas revolucionarias” (Estudios sobre impactos sociales del uso de psicóticos, Universidad de Chile, 1966-2002).

Por su parte, a raíz del derrocamiento del dictador Fulgencio Batista por el grupo de guerrilleros que lideró Fidel Castro, “los dueños del gran capital diseñaron el Programa “Alianza para el Progreso”, a través del cual se distribuyeron miles de toneladas de alimentos gratuitamente en toda América Latina y el Caribe, liderado por los USA (Hallazgos de los estudios de Maestrías en Ciencias Políticas de la UNAM, período 1962-1989).

Como es sabido, en el contexto de la Guerra Fría, el gran capital “empujó a miles de jóvenes latinoamericanos y caribeños a consumir alcohol, sustancias prohibidas, pornografías, la ingesta excesiva de alimentos chatarra y fomentó el sedentarismo, lo que ha dado origen a lo que la Psicología Social denomina la pandemia de la mortal obesidad” (Informes Estudios realizados por la OMS y la OPS, 1991-2011).

Además, a partir del año 1981, el gran capital invirtió en el desarrollo de los teléfonos celulares, cuya tecnología sincroniza luz, sonido y movimiento, lo que secuestra los cerebros de los niños, los adolescentes y los jóvenes en proceso de desarrollo y maduración” (DTGM, 2019).

De su lado, la Psicología Social sabe que las letras y los ritmos de la música de calle “son distractores psicosociales, diseñados maliciosamente por el gran capital para distraer, desmoralizar, manipular y manejar a los adolescentes y a los jóvenes, como si estos fuesen objetos o borregos” (Estudios del IPIL, Suecia, 2019).

Según consta en los documentos desclasificados del Departamento de Estado de los USA en el año 2001 “el gran capital no solo ha invertido en los celulares y la música de calle para castrar las iniciativas revolucionarias de los jóvenes latinoamericanos y caribeños, sino que los manipula y los controla a través de las redes sociales” (DTGM, 2022).

En tal sentido, nos corresponde a los dominicanos conscientes pasar las antorchas a los jóvenes para que estos/as asuman el liderazgo político y, desde esa posición de relevo, logren concebir, discutir, consensuar y realizar los cambios estructurales que necesitan los partidos y los movimientos políticos, las instituciones públicas y, la sociedad dominicana, en sentido general (DTGM, 2023).

Desde nuestro punto de vista, los jóvenes dominicanos están llamados a reivindicar “servicios de educación y salud de calidad, empleos dignos, seguridad y protección, viviendas dignas, agua potable y energía eléctrica 24/7, transporte eficiente y, al mismo tiempo, circular y vivir en un ambiente seguro y digno” (DTGM, 2023).

En tal sentido, la Psicología Social sabe que el liderazgo político no se mendiga, se gana mediante la concientización y el trabajo duro y, cuando se niega democrática y legítimamente, se arrebata.

“Si realmente quieres entender algo, intenta cambiarlo” (Kurt Lewin).