Desde 1945 los factores de poder dominantes en Argentina han sido el peronismo-en el gobierno o en la oposición- y los militares. Los delitos cometidos desde el poder casi siempre han gozado de impunidad, pero en muy escasas y honrosas excepciones ha habido fiscales que han acusado valientemente a gobernantes civiles y militares por graves faltas cometidas al amparo del poder.

 

Desde hace tiempo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ha enfrentado múltiples cargos, pero ha podido salir intocada hasta del culposo caso de los “Cuadernos de la corrupción” en que la acusaban de recibir en su casa millones de dólares en efectivo como pagos hechos por contratistas del estado.

 

Aun en medio de ese ambiente de impunidad sempiterna, el fiscal Diego Luciani no se ha dejado amedrentar y el 22 de agosto en el “Juicio de la obra pública de la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015” o “Juicio de la Vialidad” pidió una pena de 12 años de prisión efectiva  para la vicepresidenta y su “inhabilitación especial perpetua” para el ejercicio de funciones públicas. Señaló que se trata de… “la mayor maniobra de corrupción que se haya conocido en el país” orquestada por Cristina como “jefa” de un entramado encabezado por ella y su ya difunto esposo y que abarcó 51 licitaciones en 12 años.

 

Luciani enfatizó que “la corrupción era la regla” y prosiguió diciendo: “El estado es la víctima de los abusos del poder. La sociedad indefensa mira hoy a los fiscales y jueces como la última esperanza frente a estos atropellos. El fiscal es garante del estado de derecho”.

 

Cristina presentó sus alegatos ante el tribunal en forma virtual desde su despacho de presidenta del Senado. Rememorando a Fidel Castro proclamó: “La historia me absolverá”. Luciani replicó: “Cristina Fernández de Kirchner desafió a este tribunal cuando dijo que la absolverá la historia. Pero en un sistema republicano, es el Poder Judicial quien absuelve después de un proceso penal respetuoso de todos los derechos y todas las garantías”.

 

Siguiendo el ritual de moda los presidentes de Argentina, México, Bolivia y Colombia defendieron a Cristina diciendo que la acusación por “supuesta corrupción” busca apartarla de la actividad “publica, política y electoral” para implantar un “modelo neoliberal” en Argentina

 

El presidente de Argentina fue interrogado con antelación como testigo ante el tribunal y, al cruzar palabras, Luciani le llamó al orden diciéndole dos veces: “No me falte el respeto”. Meses después, al conocerse las acusaciones el propio Presidnte difundió un comunicado oficial del Gobierno Nacional argentino condenando “la persecución judicial y mediática contra la vicepresidente” y que la justicia se ha puesto “al servicio de poderes fácticos”

 

Hebe de Bonafini presidenta de la organización “Madres de la Plaza de Mayo” llamó a una “pueblada” y la CGT amenazó con una huelga nacional en apoyo a Cristina sobre lo cual el Presidente argentino expresó: “No me preocupa que la gente salga a la calle. Creo que tenemos que generar una gran movilización para defender la democracia, los derechos humanos y la justicia independiente. A los peronistas nunca nos preocupó estar en las calles”. Recuérdese que cuando el expresidente Zuma iba a ser apresado acusado de corrupto ocurrió en Sud África la mayor sublevación desde los tiempos del apartheid, que provocó saqueos y unas 80 muertes. Confiemos en que eso no ocurriría en Argentina si Cristina fuese condenada en el veredicto de los jueces este fin de año.

 

Alberto Fernández agudizó las contradicciones diciendo en la televisión: “Nisman se suicidó espero que no haga algo así el fiscal Luciani”. El fiscal Alberto Nisman estaba acusando a Cristina de encubrir el mayor ataque terrorista en la historia argentina y apareció muerto en su apartamento. Los organismos de seguridad dictaminaron que fue un suicidio, pero la sociedad no creyó eso.

 

Luciani tiene una carrera judicial de más de 30 años y ascendió a Fiscal Federal por concurso. En este caso lo acompaña como fiscal adjunto Sergio Mola. Cristina dice que los demandará por “mentiras en el acta de acusación” y que ella, al haber sido electa democráticamente, no puede constituir una asociación ilícita. Desesperada, y con ironía, dijo: “Si fuera jefa de una asociación ilícita Luciani no podría ser fiscal porque se lo firmé yo”

 

Según Luciani la vicepresidenta “defraudó a los ciudadanos que la votaron” y por ello “Hoy más que nunca la sociedad reclama justicia y ustedes, señores jueces, son los encargados de dar a cada uno lo que corresponde” “Una sentencia ejemplar puede ser el primer paso para restaurar la confianza de la sociedad en las instituciones”. “Señores jueces este es el momento. Es corrupción o justicia. Y ustedes tienen la decisión”.