El siglo XIX fue de mucha trascendencia para el país y donde se produjeron tres guerras, como fueron: la guerra contra Haití, de 1844; la Guerra Restauradora de la República, de 1863 y la Revolución contra el gobierno dictatorial de Buenaventura Báez, de 1866.
En dicho siglo Puerto Plata tuvo su mayor desarrollo y esplendor en toda su historia, en lo económico, social, cultural, político, medios y vías de transporte, etc. Su puerto se convirtió en el más importante del país desde 1844 hasta el 1880, por la exportación del tabaco cosechado en el Cibao con destino hacia Hamburgo y Bremen.
Puerto Plata era dirigido desde 1843 hasta el 1844 por el Comandante General Cadet Antoine
Juan Pablo Duarte, fundó el 16 de julio de 1838, la Sociedad Secreta La Trinitaria, siendo sus miembros fundadores nueve en total.
Como dice el Lic. Pedro Troncoso Sánchez:
“La labor de adoctrinamiento y conquista de adeptos se realizaba sigilosamente y poco a poco se extendía a todo el país. A medida que los trinitarios informaban a su jefe las adquisiciones, Duarte las anotaba en forma enigmática. Como a cada trinitario se le había asignado un determinado color, él anotaba: “tantos amarillos, tantos azules, etc., es decir, tantos conquistados por Pérez, tantos por Sánchez, tantos por él mismo, y así sucesivamente”.
Aunque no existen pruebas documentales, se tiene la certeza de que Puerto Plata fue uno de los primeros sitios en formar una célula de la Sociedad Secreta La Trinitaria, dirigida y orientada por el presbítero doctor Manuel González Regalado y Muñoz, quien a la sazón regenteaba la iglesia San Felipe, desde el año 1820. El padre González Regalado logró integrar a varios puertoplateños a la célula de La Trinitaria. Pedro Eduardo Dubocq, ayudó económicamente a la misma en sus actividades y participó muy activamente en el movimiento de la Independencia Nacional. Este llegó a ser un gran amigo de Juan Pablo Duarte.
Entre los puertoplateños participantes en nuestra Guerra de Independencia, estuvieron, los siguientes: Pedro Eduardo Dubocq, Manuel González Regalado, Luis Arzeno, Francisco Javier, Antonio López Villanueva, Santiago López, Toribio López, Gregorio de Lora, Juan Laffite Noesí, José Secundino, Dámaso Mañón, Benito Martínez, Andrés Soriano, Pedro Prud Homme, Federico Peralta, Telésforo Pelegrín, José Tejera y otros tantos más.
Tanto el padre González Regalado como Dubocq le dieron demostración a Duarte de que estaban con él, cuando visitó por primera vez a Puerto Plata, el 10 de julio de 1844. Al llegar el Padre de la Patria, general Juan Pablo Duarte, a Puerto Plata, procedente de Santiago de los Caballeros, fue proclamado como presidente de la naciente República. Ya el día 4 de julio de 1844, Juan Pablo Duarte había sido aclamado en Santiago, presidente de la República por Ramón Mella.
Al otro día de su llegada a Puerto Plata fue celebrado un tedeum en su honor en la Iglesia San Felipe de Puerto Plata, por el padre y seguidor del fundador de la Nacionalidad Dominicana, Manuel González Regalado, quien en pleno púlpito exhortó a la feligresía presente a adherirse en torno a la egregia personalidad de Duarte y a los verdaderos trinitarios.
De la iglesia se pasó al Ayuntamiento de Puerto Plata, para celebrar un acto. En el mismo el Comandante de Armas de la Plaza, general Antonio López Villanueva, leyó y entregó al patricio Juan Pablo Duarte el acta de proclamación de Puerto Plata a su favor como presidente de la recién iniciada República.