La figura de Joaquín Balaguer, tres veces presidente de la República Dominicana, se alza como una pagina oscura, llena de sangre y todavía con vigente controversia entre historiadores y politólogos.

Para algunos, representó la cruda continuidad del régimen de Rafael Leónidas Trujillo, heredando el apelativo de "asesino tiránico" que resuena aún en los oídos de quienes vivieron aquellos oscuros días.

Para otros, Balaguer es un icono de la democracia dominicana. Pero, ¿es Balaguer realmente un baluarte de la democracia?

Joaquín Balaguer se plantó de manera oportunista en la escena política dominicana en una época de tensión y cambio. Sin embargo, sus métodos autoritarios y las violaciones de los derechos humanos que pesan en su contra, colocan una sombra ominosa sobre sus supuestos logros.

Durante su mandato, se conoce una lista sombría de asesinatos y desapariciones, censura de la prensa y la eliminación de opositores políticos como Orlando Martinez, que son trágicos testimonios de su despiadada administración. Este tipo de comportamiento, lejos de ser democrático, fue más bien la reminiscencia de una dictadura feroz.

Joaquín Balaguer permaneció en el poder durante más de dos décadas, marcando con ello la vida política y social de la nación durante buena parte del siglo XX. Durante ese periodo el país se caracterizó por crímenes políticos y acciones anti-democráticas.

Para comprender el gobierno de Joaquín Balaguer, es necesario entender el contexto en el que se desenvolvía. Balaguer asumió primero la presidencia en 1960 tras la muerte de Rafael Trujillo, quien fue su mentor. Un dictador cuyo régimen de terror sembró cientos de miles de muertes. Balaguer, atesoro y perpetuó muchos de los comportamientos de Trujillo, operando en múltiples ocasiones fuera de los límites de la democracia.

En las elecciones de 1978, muchas acusaciones de fraude y supresión electoral empañaron el legado de Balaguer. Estas prácticas ayudaron a mantener a Balaguer y su Partido Reformista en el poder. La imposición de un “toque de queda electoral” en las elecciones del 1986 también generó críticas de la comunidad internacional señalando las faltas a la democracia.

Violencia política

Los años bajo el gobierno de Balaguer estuvieron llenos de violencia política. Esta violencia se llevó a cabo en gran parte por bandas paramilitares y los llamados "Escuadrones de la Muerte," que eran grupos de seguridad compuestos por militares y civiles que perseguían y asesinaban a los opositores del régimen Balaguer. Se estima que entre 1966 y 1978, más de 3,000 personas murieron en este tipo de violencia política.

Los crímenes de los 12 años

Entre 1966 y 1978, periodo conocido como “los 12 años” de Balaguer, su gobierno fue señalado por crímenes políticos y violaciones a los derechos humanos. La “Noche de los Santos” y la “Masacre de la Universidad” son dos de los episodios más recordados de esta etapa, marcados por la represión violenta y la censura a la oposición política.

Balaguer también es recordado por su represión a la libertad de expresión y prensa. Durante su gobierno, numerosos periodistas y escritores fueron amenazados, arrestados o asesinados, mientras publicaciones disidentes fueron clausuradas, conformando un escenario ominoso para la prensa.

El legado político de Balaguer está plagado de crímenes y actitudes anti-democráticas. Sus acciones fortalecieron a la dictadura personalista y generaron la represión de derechos humanos en la República Dominicana.

Con su muerte en 2002, se cerró uno de los capítulos más oscuros de la historia dominicana, aunque los efectos de su liderazgo y sus políticas se sienten aún hoy. Joaquín Balaguer no fue, desde ningún punto de vista, un facilitador de la democracia dominicana. La democracia fue un logro popular que el pueblo dominicano le arrebato al regimen de Balaguer.

En contraposición, figuras como Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez fueron pioneros de una democracia más pura en la República Dominicana. Bosch, fundador del Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Dominicano, es recordado por su corto, pero significativo, período presidencial en 1963. Este período estuvo marcado por intentos de implementar una reforma agraria y establecer una democracia constitucional.

Peña Gómez, por su parte, es quizás mejor conocido por su lucha incansable por los derechos humanos y la democracia social. Su liderazgo en el Partido Revolucionario Dominicano ayudó a formar la oposición a la tiranía balaguerista y, a pesar de los numerosos intentos de silenciarlo y menospreciarlo, nunca se rindió en su lucha por una República Dominicana libre y democrática.

Estos hombres aportaron mucho al sustento democrático de la República Dominicana, fomentando la participación popular, la apertura política y la institucionalización de los derechos humanos. Y, aunque su influencia y contribución a la democracia dominicana puede ser subestimada en comparación con la permanencia en el poder de Balaguer, es innegable que su visión de justicia, libertad y equidad fue el factor más determinante para el actual panorama de democracia política que hoy en día disfruta el país.

Resultaría una locura y un intento problemático considerar a Joaquín Balaguer como el "padre" de la democracia dominicana. Sus acciones y políticas, marcadas por el autoritarismo y el desprecio por los derechos humanos fundamentales, fueron contrarias a los ideales democráticos de representación, libertad y justicia.

Así pues, es imprescindible reconocer el legado de Juan Bosch y Peña Gómez como verdaderos pilares de la democracia dominicana, hombres que, a pesar de las adversidades, lucharon por una nación inclusiva, libre y justa. Sus nombres deben resplandecer en la matriz de la historia dominicana como los verdaderos padres de la democracia.

En esta época es menester mantener la memoria contra el olvido y rendir homenaje a los familiares de las familias de los siguientes héroes nacionales, asesinados por el régimen de Joaquín Balaguer:

1. Amín Abel Hasbún

2. Amaury Germán Aristy

3. Bienvenido Leal Prandy (La chuta)

4. Eberto Geordano Lalane Jose

5. Eladio Peña de la Rosa

6. Flavio Suero

7. Florinda Soriano (Mamá Tingó)

8. Francisco Caamaño Deñó

9. Francisco José Alcántara

10. Gregorio García Castro

11. Guillermo Rubirosa Fermín

12. Guido Gil Díaz

13. Henry Segarra Santos

14. Homero Hernández

15. Héctor Santiago

16. José Vizcaíno

17. Juan Rafael Bisonó Mera

18. Luis de Peña

19. Luis Martínez

20. Maximiliano Gómez

21. Miguel Reyes Santini

22. Modesto Rodríguez

23. Narciso González (Narcisazo)

24. Omar Almonte

25. Orlando Martínez

26. Orlando Mazara

27. Otto Morales

28. Rafael Ernesto Custodio

29. Rafael Guillén

30. Rafael Mota

31. Rafael Vargas

32. Radhamés García

33. Roberto Basilio Perdomo

34. Roberto Nivar

35. Sagrario Díaz

36. Salomón Lama B

37. Silvio Abud

38. Ulises Cerón Polanco

39. Vidal Peguero

40. Vinicio Antonio Franco

41. Virgilio Perdomo Pérez

42. William Jiménez

43. William Mieses.