LA ÚLTIMA INTERVENCIÓN DISCURSIVA DEL DR. JOAQUÍN BALAGUER RICARDO ANTE LAS CÁMARAS LEGISLATIVAS DE LA NACIÓN, PARA JURAR COMO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA POR SÉPTIMA OCASIÓN.

16 DE AGOSTO DE 1994

Una parte significativa de la sociedad dominicana, sobre todo, aquellos ciudadanos de la segunda mitad del siglo veinte, conoce muy bien y recuerda con la gallardía con que el Dr. José Francisco Peña Gómez enfrentó en esa ocasión y otras, las claras y oprobiosas intenciones del Dr. Balaguer por mantenerse al frente del Estado dominicano, sin importarle las consecuencias que ese incontenible deseo pudiera ocasionar al bienestar del país.

Fueron muchas y contundentes las batallas que estos dos audaces políticos llevaron a cabo, sorteando en la mayoría de ellas la estabilidad política, social y económica de la nación. En la mayoría de los casos el líder negro de Mao Valverde, y del Partido Revolucionario Dominicano, doctor José Francisco Peña Gómez, terminaba más como mediador que como adversario del Dr. Balaguer. El Dr. Balaguer, quién conocía el corazón sensible y las amplias virtudes democráticas del Dr. Peña Gómez, condición que lo situaba en cierta ventaja estratégica ante el máximo líder de la Internacional Socialista para América Latina.

Durante el proceso electoral del año 1994, aunque desde el gobierno del Partido Reformista Social Cristiano se empeñaron en difundir y mantener una consigna de corte racista, la sociedad dominicana no la aceptó del todo y mantuvo firme su intención del voto hacia la candidatura del Partido Revolucionario Dominicano, esta vez encabezada por su máximo líder, el Dr. José Francisco Peña Gómez.

Las elecciones se llevaron a cabo en fecha 16 de mayo del 1994, y el Dr. Balaguer resultó reelecto con una minoría de votos de diferencia sobre su máximo contendor. Diferente a como sucedió con el PLD en 1990, cuando el triunfo de ese partido fue escamoteado por las huestes del Partido Reformistas Social Cristiano y el Dr. Balaguer, esta vez el Dr. Peña Gómez no aceptó tranquilamente el resultado de las urnas ante la opinión pública nacional e internacional, cuyo resultado lucía fuertemente maquillado por sectores vinculados a la dirección del Estado en ese momento.

Como casi era común en todo proceso electoral nacional cuando el Dr. Joaquín Balaguer Ricardo era candidato desempeñando la presidencia de la república, la sociedad dominicana vivió otra crisis post-electoral. Esta vez el Dr. Peña Gómez y la dirección alta, media y baja de su partido no estaban en condición de aceptar por “la estabilidad del país”, otra afrenta del Dr. Balaguer y sus acólitos por alzarse fraudulentamente con el poder.

El Dr. Peña Gómez, conociendo las habilidades del viejo caudillo al que se enfrentaba por sexta ocasión, desplegó una campaña nacional e internacional contra el fraude que desde el poder del Estado se había montado en su contra. A ello sumaba el Tribuno de la Loma del Flaco en Mao, Valverde, las fuerzas militantes de su organización, cuyo disgusto era de conocimiento público, y prefería inmolarse en las calles, a que le desconocieran el triunfo obtenido en las urnas.

Esa realidad que presagiaba un baño de sangre en el país, obligó al anciano presidente a salir de su cómodo laberinto y atender los reclamos que con sobrado derecho hacía el Dr. Peña Gómez en aras de mantener la estabilidad democrática del país.

El Dr. Balaguer, sus asesores y militantes entendieron que una postura inflexible podría provocar un conflicto de graves consecuencias sociales y económicas, por lo que, deciden concertar decisiones políticas de alto nivel con el Dr. Peña Gómez y su equipo estratégico, cediendo cada cual posiciones fundamentales dentro de la crisis post-electoral, quedando las mismas consensuadas en un documento denominado “Pacto por la Democracia”, firmado por ambos líderes en los salones de la Biblioteca República Dominicana el 10 de agosto de 1994.

La parte más significativa de ese documento lo constituye la supresión de los dos (2) años al período presidencial de cuatro (4) años para el cual correspondían esas elecciones. Bajo fuertes críticas y sinsabores de ambas partes, más las opiniones, comentarios y análisis de la vida política nacional, el país pudo retomar lentamente su ruta institucional de nuevo, teniendo muy presente que el Dr. Balaguer debía entregar el poder dentro de dos (2) años a quien resultara electo en esa próxima contienda comisial pautada para el 16 de mayo del año 1996.

Dentro de los conceptos integrales del Pacto por la Democracia, el doctor Balaguer estuvo de acuerdo en dividir la gobernanza de la nación en dos (2) años para cada uno de ellos, propuesta que el Dr. Peña Gómez no aceptó por sus profundos principios democráticos. Entendía y así lo mantuvo hasta su muerte, que el poder político debía ser dado por el pueblo en un libérrimo proceso electoral.

Dejando atrás ese difícil percance político nacional, el nonagenario gobernante, acude ante la Asamblea Nacional a presentar su último juramento presidencial.

Sus palabras iniciales en esa memorable ocasión, prácticamente son una despedida de la vida política y de la existencia biológica, y cito:

“Comparezco por séptima vez para juramentarme como presidente de la República ante los representantes de la Nación en las Cámaras Legislativas. En esta ocasión mi tarea no será menor, ni menos difícil que en las seis ocasiones anteriores, pero estoy consciente de que sabré cumplir mis deberes para con la patria y para con todos y cada uno de mis conciudadanos.”

“Un juramento implica una invocación a Dios, a quien se toma como testigo de algo que se compromete a realizar un ser humano. En esta ocasión, por mi edad y por razones obvias más cercano el día que debo comparecer ante la presencia Divina, este acto excluye todo sentimiento de vanidad y todo asomo de perjurio.”

El líder reformista traído de vuelta al país tras el conflicto de la guerra de abril del 1965, ahora se presentaba a la Asamblea Nacional como el político sagas  y avezado que había logrado en tan solo dos (2) años convertirse en un ser esencial para la vida política dominicana, cuando dentro de las negociaciones y conjeturas post-guerra Patria su nombre salió a relucir entre los estrategas que el presidente norteamericano Lincoln B. Johnson había desplegado frente a las negociaciones que la ONU y la OEA llevaban a cabo con las partes en conflicto en nuestro país.

Ante la que fue su última comparencia ante las cámaras legislativas, el longevo presidente habló de un tema clave tratado en la campaña:

“Hoy se inicia para la República una nueva etapa, la iniciación de un período de Gobierno en cualquier sociedad democrática despierta en la ciudadanía muchas esperanzas y genera en ella grandes expectativas. En las pasadas elecciones se habló mucho de la palabra cambio, se prometió en ella inclusive demagógicamente, eliminar en nuestro país la pobreza. La eliminación de la pobreza es sin embargo un mito, pobres hay y habrá en el Mundo mientras el Mundo exista. Pobres son todos los que no trabajan y todos los que no saben trabajar. El mismo Jesucristo legitimó la pobreza cuando se dirigió a los pobres de espíritu y cuando saludó como bienaventurados a los que lloran.”

“Estas palabras no quieren decir que la pobreza sea inevitable, sino que su eliminación en cualquier sociedad democrática tiene que ser obra de todos, pero principalmente de los pobres mismos.”

“¿Por qué Taiwán, por ejemplo, se ha convertido en unas cuantas décadas en un país próspero y casi en una potencia mundial?, porque ese es un pueblo que trabaja, un pueblo que ha hecho del trabajo no sólo una religión, sino también un arte.”

“Decía Martí, que los que dirigen a los pueblos, sobre todo aquellos que se hallan en vía de desarrollo, no deben hablar de lo que han hecho, sino de lo que se proponen hacer: "No me hables de lo que has hecho en el pasado, sino de lo que estás dispuesto a hacer en el porvenir", decía el apóstol de Dos Ríos.”

Sin reparo alguno en el pequeño período gubernamental que iba a desarrollar, el Dr. Balaguer empezó a nombrar una serie de obras fundamentales para el desarrollo del país, obras de una envergadura extraordinaria, dejando en los espectadores de la solemne ceremonia, con la terrible idea de que podía tratar de extender su mandato a los cuatro (4) años del periodo establecido por la ley electoral, y no a los dos que había acordado de manera pública con el Dr. José Francisco Peña Gómez, mediante la firma del “Pacto por la Democracia”. De ese momento es importante citar los siguientes aspectos de su discurso:

“De acuerdo con estas palabras deseo hacer una síntesis de las obras que me propongo realizar en este corto periodo de transición de apenas dos (2)  años, de un máximo de dos (2) años.”

“Me propongo en primer término, construir a partir de pasado mañana la Presa de Monción, en Santiago Rodríguez. La obra ha sido contratada, después de un concurso público, ton el Consorcio Agromán-Conde-Fenosa.”

“Esta obra, de suma importancia para esa región, irrigará 21 mil 340 hectáreas, es decir, irrigará 395 mil tareas. Además incorporará a nuestro sistema energético, la cantidad de 140 millones de kilovatios al año. La obra también tendrá importancia suma, porque garantiza agua potable a la ciudad de Monte Cristi, a Guayubín y a todas las poblaciones intermedias.”

“En segundo lugar, me propongo construir en ese corto período de transición de apenas dos años, la extensión del aeropuerto de Arroyo Barril, para hacerlo apto para toda clase de vuelos internacionales, es una obra impuesta por el prodigioso desarrollo que ha adquirido la provincia de Samaná, uno de los polos turísticos más hermosos del.”

“En tercer lugar, me propongo reconstruir todos los muelles y los principales puertos del país, especialmente el de San Pedro de Macorís, el de Barahona y el de Manzanillo; el área portuaria de Puerto Plata comenzará a ser rehabilitada en las próximas semanas, con el dragado del puerto contratado con un consorcio holandés y dominicano.”

“Desde hace muchos años acaricio la idea de que el puerto ideal para Puerto Plata deber ser construido en Maimón, porque allí existen todas las condiciones y todas las facilidades necesarias para un establecimiento portuario de primera categoría.”

Hace cinco (5) alusiones a obras claves para el desarrollo del país, para aterrizar en el aspecto que desde el punto de vista político resulta de su mayor interés: golpear la cabeza del líder de la oposición que lo ha enfrentado durante toda su existencia post-dictadura, la persona que lo saca del poder durante ocho (8) años y el hombre que lo obliga a firmar un acuerdo de retirada política bajo condiciones protocolares muy distantes de lo que a su juicio merece un estadista de su estirpe ante la sociedad dominicana y el mundo.

En ese momento inicia una perorata racista, pero velada, al utilizar argumentos supuestamente manejados y puestos a circular por organismos internacionales financieros y diplomáticos. También se refiere a mecanismos locales de seguridad e inteligencia, que supuestamente habían hecho referencia a los casos que deseaba contarle ahora al país, debido a que achaca las conjeturas a rumores:

“Pero la construcción más importante de este programa, es la de la construcción de la paz y la armonía que necesita hoy la familia dominicana.”

“Esta última construcción no puede ser obra exclusiva, tiene que ser obra de todos, de todos sin excepción, para beneficio de todos.”

“Concibo la paz como un estado físico y espiritual que reposa, como quería el Benemérito de Las Américas, don Benito Juárez, en el respeto —tanto en el orden nacional como en el internacional— al derecho de los demás.”

El Dr. Balaguer mantuvo siempre una feroz oposición a que el Dr. Peña Gómez ocupara la primera magistratura del Estado. Por eso aprovecha el momento para traer a escena el tema racial nueva vez, de modo que la sociedad dominicana, ante su ausencia física, mantuviera latente su rechazo al hombre que le hizo probar el polvo de la derrota en tres ocasiones:

“Formalmente, Señoras y señores, he concluido, sin embargo pido permiso a esta concurrencia para referirme a algunos temas de actualidad, "fuera de récord", como dicen los entrevistadores de los medios de comunicación.”

“En los últimos días, o en los últimos meses, ha aparecido en el escenario nacional un movimiento nacionalista. ¿A qué obedece este Movimiento?, obviamente a la intromisión foránea en los asuntos domésticos, en los asuntos domésticos de la República Dominicana. ¿Qué pasa hoy —me pregunto yo— en el mundo con la República Dominicana? ¿Qué está pasando?”

“Lo que está pasando nos obliga a todos los dominicanos a hondas reflexiones. Voy a mencionar algunos datos significativos sobre los cuales llamo también la atención de todos mis compatriotas.”

Llega en su intervención a hacerse el inocente ante la audiencia, cuando externa que la firma de un contrato para la cancelación de la deuda pública con empresas norteamericanas, no son conocidas por su gobierno. Los tratos que lamentablemente él, los señores senadores, diputados y todo el personal del Ministerio de Finanzas y el Ministerio Técnico de la Presidencia de la República, desconocían. Explica que en los mismos existen cláusulas que ofenden el interés de la nación:

“En el contrato que se firmó recientemente para la cancelación de la deuda pública con empresas privadas, principalmente norteamericanas, se insertó la siguiente cláusula, cito: "Este contrato se ejecutará en los mismos términos aun en el caso en que la República Dominicana concerniente pactos de integración económica con otros países ven el caso en que la República Dominicana se fusione con otro país del Hemisferio Americano.”

“Este contrato fue sancionado por el Congreso Nacional y me ha extrañado muchísimo que ni los diputados, ni los senadores hayan fijado su atención en esa cláusula, que pasó para todos inadvertida.”

El presidente al convertir el chisme en política de Estado, agrega más adelante en su intervención discursiva aspectos traídos a colación de manera interesada y que corresponden al año 1984, en obvia alusión al pésimo gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización que lideraba desde 1973 el Dr. Peña Gómez. Su intención era hundir profundamente la daga en la espalda del líder negro para que sea borrado mentalmente del subconsciente del pueblo dominicano y de toda posibilidad de ocupar la presidencia de la república:

“Otro dato también significativo; el 27 de diciembre de 1984, bajo el gobierno del doctor Salvador Jorge Blanco, el gobierno británico suprimió su embajada y su representación consular en la República Dominicana, pocos días después, el Foreign Office declaró ante al parlamento de su país que la supresión había obedecido a razones económicas y que también se había suprimido la embajada británica en la capital de Laos.”

“Pero Laos tiene apenas en su capital 200 mil personas, 200 mil habitantes, miembros que la muestra tiene 2 millones. Para obtener una visa durante ese lapso, habría que trasladarse a Puerto Príncipe o a otro país extranjero.”

Y concluye ese odio acérrimo contra su principal contrincante de toda su vida política, estableciendo criterios metodológicos en las decisiones de política exterior de otros países:

“Es extraño este dato, porque fue seguida de la conducta de Gran Bretaña, por el Canadá, que suprimió también en nuestro país su embajada y su consulado rentado.”

“Durante mucho tiempo habrá que ir a Puerto Príncipe para obtener una visa para ese país, como para cualquier operación comercial u otra tal del mismo género. Para mí, me llama a profunda reflexión como debe llamarle a todos los dominicanos, porque Gran Bretaña es un país habitado por gente pragmática, un país que se precia de decir, que en el mundo sólo existen dos razas: la rama inglesa y la raza humana.”

De repente el anciano mandatario cambia diametralmente su punto de vista discursivo, pues ha logrado ante una audiencia cautiva exponer los dardos mortales que eran de su interés fijar en la conciencia de la sociedad dominicana sobre su opositor a ultranzas. Se refiere ahora a aspectos esencialmente financieros que economistas y sectores del área han puesto a circular sobre las finanzas del país luego del proceso eleccionario. Como fue su costumbre en todos sus mandatos asume la responsabilidad total sobre esos entuertos circunstanciales, que según él serán resueltos de manera satisfactoria en los próximos días, debido a que el país cuenta con suficientes recursos en el Banco Central y en el Banco de Reservas para hacer frente a esas nimiedades económicas momentáneas. En lo que no reparó públicamente en ese momento el Dr. Balaguer fue que a su edad y salud, ya no podía contener las manos habilidosas de algunos de sus más cercanos colaboradores, quiénes al parecer habían tomado decisiones financieras al margen de los criterios de su líder y guía.

Sus palabras dejan claramente establecido que en esa administración existe un mal de fondo con los recursos del Estado:

“Deseo ahora referirme a otro hecho de poca importancia, pero que está íntimamente vinculado a la crisis post-electoral.”

“En los últimos días se han registrado varias alzas en la prima de la moneda dominicana en relación con la  divisa norteamericana. Algunos economistas, varios de sólida reputación como Hugo Guilliani Cury, atribuyen esas alzas y bajas a la aparición en el mercado nacional de las emisiones inorgánicas. Dudo que eso haya podido ocurrir, porque aquí todos saben que el Gobierno es opuesto a ese tipo de emisiones, contando con la experiencia de los días en que la inflación nos azotó severamente, además el Gobierno ha hecho su política pública mediante el envío al Banco Central, mes tras mes, de lo que se recauda por concepto de los impuestos sobre la gasolina y sobre todos los hidrocarburos. Además, con el producto de lo que se recauda por vía del recargo cambiario que es alrededor de una suma de 209 o de 211 millones de pesos mensuales. No hay pues razón alguna para que en el país se emitan emisiones inorgánicas, para que caigamos en el gran pecado que cometimos en años ya pasados.”

Balaguer continúa dando detalles al respecto para dejar bien claro que en cuanto a los fondos manejados directamente por él, no existe preocupación alguna:

“Otro hecho relacionado también con la crisis post-electoral, y que ha causado preocupación en algunos sectores, sobre todo en los comerciales y en los empresariales, es la aparición o el descubrimiento de un supuesto déficit fiscal.”

“Este déficit, sobre la pista del cual no hallamos, se debe necesariamente a un descuido o a una delegación imputable a la Contraloría General de la República, a la Tesorería Nacional y a la Dirección General del Presupuesto. No tiene nada que ver absolutamente con el manejo del fondo 1401 que dirijo yo personalmente y que controlo yo personalmente; se debe en caso de que exista, a un abuso de las cargas fijas del Estado: sueldos, subsidios, pensiones, jubilaciones, etc.”

El gobernante admite de forma pública que los funcionarios y técnicos del área financiera de su gobierno, no estaban observando las disposiciones recomendadas por él para conciliar los libros bancarios de los distintos organismos recaudadores del Estado:

“Sin embargo, y de todas maneras, no hay motivos para la preocupación, porque el Gobierno mantiene en el Banco de Reservas de la República —depositario de los fondos del Estado— la suma de mil dos millones de pesos, esa suma de 1,002 millones de pesos es suficiente para enjugar cualquier déficit que se produzca en la administración pública, no hay pues motivo para preocupación, pero sí debe tomarse en cuenta la recomendación que he hecho insistentemente sobre la necesidad de que todos los meses o que cada lapso de tres meses se concilien los libros de la Contraloría General de la República, con los libros del Banco de Reservas, con los libros de la Tesorería Nacional, con los libros de Dirección General del Presupuesto.”

“Tenemos en una palabra, una administración clara y sólida, no hay motivo de preocupación en ese aspecto, el país avanza y constituye con recursos propios, obras que otros no hubieran jamás construido sino apelan al crédito internacional, al crédito foráneo. Debo hacer una última observación.”

El líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) llega finalmente a la parte de su discurso que deseaba escribir, pero no quería exponer públicamente: los criterios referidos a la real crisis post-electoral y los acuerdos arribados con el Dr. José Francisco Peña Gómez, los que le permitieron jurar por séptima vez como presidente de la República, aunque tan sólo por dos años, y cito:

“En mis conversaciones con el máximo dirigente del Partido Revolucionario Dominicano José Francisco Peña Gómez, en los últimos días, hemos coincidido en cuanto a la necesidad de que se reúna en un momento adecuado una Constituyente que introduzca a la Constitución de la República, las reformas que sean aconsejables. Esas reformas deben hacerse con prudencia y previo un estudio hecho por técnicos en la materia, por juristas dominicanos de reconocida capacidad y de reconocida imparcialidad.”

“Esas reformas tendrían también, a través de esa Constituyente, a suprimir algunas cosas que se incorporaron a la Constitución de la República en la última Asamblea Revisora, por ejemplo, la que se refiere al porcentaje de un cuarenta por ciento para los ganadores de la segunda vuelta de las próximas elecciones.”

“En todos esos puntos y en otros de la misma índole, coincido totalmente con el máximo dirigente del Partido Revolucionario Dominicano, y creo que ambos, de común acuerdo, podemos llevar a cabo las reformas que el país necesita para afianzar su democracia y para seguir la corriente hoy imperante en el mundo sobre la convivencia pacífica y sobre la convivencia civilizada.”