La primera guerra mundial le ofreció a Jabotinsky el escenario para actuar con el fin de lograr sus fines políticos, principalmente, el de establecer las bases políticas para crear un Estado judío.  Vio la oportunidad de poner en práctica su sueño de crear una fuerza militar judía, una especie de “Legión Judía”, que combatiera junto a los aliados liberando Palestina del dominio turco.

Reunió a  562 jóvenes voluntarios y puso al frente de los mismos como jefe militar a un antiguo oficial del ejército ruso y connotado socialista, Joseph Trumpeldor.  Jabotinsky se reunió con el general británico y comandante en jefe de sus fuerzas, el general Maxwell y, le propuso, poner su fuerza bajo su dirección para combatir en Palestina. La propuesta fue aceptada pero al contrario de lo que esperaba, le puso como misión que se ocuparan del transporte con mulas.

Jabotinsky estimó que esa misión era una ofensa y se negó a acatarla, pero Trumpeldor, más realista le convenció de que aceptasen, ya que lo importante era combatir a los turcos y eso era un paso hacia Palestina. Jabotinsky no se incorporó a esa fuerza. Lo que hizo fue viajar a Roma, París y Londres para tratar de lograr crear opinión pública en la diaspora judía sobre su soñada “Legión Judía”.

Empero los líderes del sionismo continuaban manteniendo la idea de que debían ser neutrales en el conflicto. Pocos meses antes de la Declaración de Balfour, el gobierno británico con el fin de ganarse el apoyo de los judíos, dio su visto bueno a la formación de un regimiento judío. El 38 Batallón de los Fusileros Reales se formó en 1918 y se unió al 39 (formado por estadounidenses), y al 40 (formado en Palestin).

Así se formó el Primer Regimiento de Judea, que tenía como insignia una Menorah? (un símbolo religioso judío). Jabotinsky formó parte del  batallón 38 con el grado de teniente e incluso fue condecorado por su participación en un combate en un vado del río Jordán. Más que los turcos el enemigo más mortal era para ellos la malaria.

El regimiento judío tenía en 1919 unos 5000 hombres, que era una sexta parte del ejército británico de ocupación. Sin embargo en la primavera de ese año y pese a todos los intentos de Jabotinsky de que los soldados judíos permanecieran en el regimiento como un medio de contención de los árabes, solo unos 300-400 hombres permanecían como soldados y el resto fueron desmovilizados al haber concluí do la primera guerra mundial. Los británicos no estaban interesados en mantener a esa fuerza judía.

Jabotinsky se dispuso a crear una fuerza militar clandestina que sería el núcleo del “Haganah”, de un ejército judío. El constataba que, a diferencia de la idea de Theodor Herzl de minusvalorar a los árabes como factor de resistencia al poblamiento judío en Palestina, éstos también habían desarrollado un espíritu nacionalista, aunque los judíos le llevaban en su idea nacional una ventaja de veinte años.

En 1891 un escritor judío que había visitado Eretz Israel (la tierra de Israel), Ahad Haam, había advertido que resolver el problema judío en Palestina iba a traer como consecuencia crear un problema árabe Y lejos de subestimar a los árabes recalcaba que, “el árabe, como todos los semitas, posee una inteligencia aguda y mucha astucia (…) ¡Debemos mostrarnos muy cuidadosos en los tratos con un pueblo extranjero en cuyo seno deseamos instalarnos!”. Y continuaba expresando que si los árabes percibían que se les trataba de oprimir o despojarlos de sus tierras, “la cólera será intensa en su corazón”. (Ahad Ha’am, en.m.wikipedia. org

Explica un periodista e historiador que: “el nacionalismo judío, o sionismo, fue parte del nacionalismo europeo, es decir de un fenómeno del siglo XIX. En cambio, los árabes fueron parte del nacionalismo afroasiático del siglo XX. Su movimiento nacionalista comenzó realmente en 1911, cuando un organismo secreto llamado Al-Fatah, los Jóvenes Árabes, fue fundado en París. Se ajustó al modelo de los Jóvenes Turcos y, cómo éstos, adoptó desde el principio una postura enérgicamente anti sionista”. (Paul Johnson, 1991, La historia de los judíos).

Al concluir la primera guerra  mundial los árabes esperaban que se crearía un gran Estado árabe, en lugar de ello, lo que hubo fue un reparto entre las potencias europeas ganadoras de la guerra.

Los franceses obtuvieron el protectorado de Siria y Líbano, y los británico un protectorado o mandato en Palestina, Transjordania e Iraq. Los únicos árabes beneficiados fueron los saudíes, que se quedaron con Transjordania.  El emir Faisal, jefe de los hachemitas, había visto con simpatía el establecimiento de los judíos en Palestina ya que consideraba que la presencia de ellos sería un factor de progreso para el territorio.

Los británicos encargados de Palestina tenían información sobre el descontento de la población árabe y que la creación de un Estado judío en el territorio de Palestina provocaría una fuente permanente de conflicto en Oriente Medio. La llegada de judíos de Egipto huyendo de la creciente hostilidad y, de Ucrania, que iban a Palestina para escapar de los pogromos de los rusos blancos, hicieron que los árabes de palestina se sintieran amenazados ante esa inmigración.

Entonces  en 1920 se produjeron ataques árabes a los asentamientos judíos en Galilea y fue muerto Trumpeldor. Uno de los jefes militares de las fuerzas de autodefensa judía. En Jerusalem también hubo disturbios. Jabotinsky con sus tropas de autodefensa del Haganah participaron en la lucha contra los ataques árabes. Como consecuencia –como ya se ha expuesto- fue condenado a quince años de cárcel y meses después abandonó la prisión al ser todos los apresados por los disturbios sangrientos- árabes y judíos-, amnistiados.

El primer ministro británico Lloyd George envío a Palestina al judío Sir Herbert Samuel como alto comisario en Palestina. Sin embargo, su preocupación esencial era tener en cuenta las reivindicaciones de los árabes y como les dijo a los líderes judíos: “El sionismo todavía no ha hecho nada para conseguir el consentimiento de los habitantes, y sin este consentimiento, la inmigración (judía a Palestina) no será posible”.(citado en E.Kedourie y S.G. Haim (comps.), Zionism and Arabism in Palestine and Israel, 1982)

Samuel  creó la figura de muftí de Jérusalem, antes inexistente y que sería seleccionada a través de la de una votación entre los árabes. Eligieron a un árabe moderado, pero la poderosa familia Al-Husaini ejerció todo su poder para que el joven de la familia Haji Amin Al-Husaini, un violento y extremista anti semita, ocupara ese cargo.

Poco tiempo después hubo disturbios y fueron asesinados 43 judíos. Y muchísimos árabes moderados y conciliadores también fueron progresivamente asesinados o aterrorizados para imponer la línea violenta del muftí de Jerusalem. Posteriormente éste hizo causa común con los nazis y apoyó explícitamente el holocausto nazi en Europa. ¿Ejemplo a imitar en Palestina?

Los Husaini dirigieron la estrategia política de los palestino hasta 1947 y fueron quienes impidieron cualquier tipo de acuerdo, negándose inclusive a tomar asiento en la mesa de negociaciones con los judíos durante la Conferencia Tripartita celebrada en Londres en febrero de 1939.

Con ello los palestinos perdieron la oportunidad de negociar. Se negaban a aceptar la fórmula de dos Estados. Y con esta actitud de exigir el todo o nada, como ocurre con mucha frecuencia en la historia, el resultado posterior ha sido que perdieron la mayor parte del territorio de Palestina a favor de los judíos.

La idea de Jabotinsky era muy clara, el camino hacia la creación de un Estado judío se fundamentaba en la inmigración masiva a Palestina. Y mientras el mayor número de judíos entrasen y de la manera más rápida posible, se podría organizarlos política y militarmente y más cerca se estaba de tener la base demográfica y la capacidad de defensa que justificará la creación de un Estado judío.

Para Jabotinsky la cuestión del número de inmigrantes era lo esencial y lo mismo le daba que fuera una inmigración de trabajadores dispuestos a trabajar la tierra, construir carretera y viviendas (como preferían los socialistas sionistas y laicos), que de gente más urbana con propensión a hacer negocios. Por las discusiones que se daban entre los sionistas a este respecto se retiro del ejecutivo sionista en 1923 y en 1925 fundó la “Unión de Revisionistas Sionistas”.

Puso su energía en lograr que los capitalistas judíos pusieran sus recursos para llevar a Palestina el mayor número de judíos y a la mayor brevedad, de los países de Europa oriental. En esa tarea el ala juvenil de los revisionistas, el Betar, contaba con la capacidad organizativa y oratoria del joven Menahem Beguin.

Sin embargo, la inmigración a Palestina no era tan masiva y no ayudaba que en 1929 hubo un pogromo de los árabes que mataron a 150 judíos. Lo cual creaba temor de emigrar a Palestina. Por otra parte, los británicos reaccionaron poniendo mayores controles a la inmigración judía. Pero el empeoramiento económico por el crack de 1929 alentó la inmigración y entre 1934-35 entraron más de 100 mil judíos en Palestina, superando las expectativas de Jabotinsky, que las cifraba en unos 30 mil anuales.

En 1939 había 500 mil judíos en Palestina, pero los árabes seguían siendo mayoría y, si se seguía el plan británico, ellos controlarían el Estado. Obviamente, los judíos de Palestina serían expulsados. Los “colonos” judíos no estaban dispuestos a permitir que eso ocurriera sin luchar. Y como toda lucha está se tendría que dar en la persuasión, ganando aliados para la causa, en la política y en la militar.