A partir del triunfo de Giorgia Meloni se comenta que las feministas no hemos manifestado alegría porque ganó una mujer y que no lo hacemos porque somos hipócritas.

Algunas consideraciones sobre esto:

Premisa 1. Todas las mujeres tienen derecho al acceso a cargos públicos, independientemente de su ideología, eso no es solo prerrogativa de los hombres.

Esto es muy fácil de explicar, sí es por vías democráticas todas las personas tienen derecho a ocupar cargos públicos, eso no está en discusión. Claro debería ejercer la función con apego a los derechos humanos, y respetar los principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la multilateralidad que ello conlleva.

Premisa 2. Aunque la premisa 1 es cierta, eso no significa que las feministas tengamos que alegrarnos de que llegue a la máxima posición de un país una mujer que niega los derechos de las mujeres y otras poblaciones en condición de vulnerabilidad.

Esto no es difícil de explicar y comprender, pero la manipulación del discurso lo complejiza. La sociedad opera a partir de las latencias del saber, poder, deseo y discurso. Esto, quienes construyen imaginarios sociales de dominación lo tienen muy claro, así que tienen como uno de sus principales instrumentos la actuación, la naturalización e invisibilización de la negación de derechos, sobre la base de instaurar en el imaginario colectivo prejuicios y miedos. De esta forma logran que, aunque toda la evidencia demuestre la desigualdad, haya una resistencia cuasi absoluta a “darnos cuenta” de cómo opera la subordinación y la discriminación y cómo se ejercen los privilegios. Las feministas denunciamos esto, pero si a usted le interesa quedarse en el “no oigo nada soy de palo, tengo orejas de pescado” va a preferir enojarse, agredir, no aceptarlo o inventar falsedades en la vía de desacreditar lo evidente.

¿Qué hace el feminismo con esa realidad descrita en el párrafo anterior?

El feminismo es teoría y activismo a favor de la eliminación de la subordinación, la discriminación y la consecución de la autonomía de las mujeres, ergo, no puede estar a favor de una persona independientemente de su sexo o identidad de género si sus posicionamientos implican negación de derechos. Si bien es cierto de que propugnamos por la presencia corporal de las mujeres en todos los espacios políticos, institucionales y de cualquier naturaleza, y que eso es una condición necesaria para la democracia, esto no es suficiente, ya que por sí solo, no opera de forma automática para la consecución de derechos.

Así que no es cierto que las feministas tengamos que alegrarnos cuando mujeres que niegan derechos llegan a posiciones de decisión y ejercicio de poder. No tenemos que celebrar los triunfos de ninguna persona cuyo objetivo sea perpetuar el modelo de humanidad construido sobre la base de la desigualdad estructural.

Maritza Pérez Colina[1], realizó un estudio en Europa sobre mujeres políticas conservadoras y sus posicionamientos ideológicos, y nos informa que por lo regular son liderazgos únicos en sus partidos, así que su presencia no significa inclusión de las mujeres. La mayoría de sus liderazgos vienen dados por relación de parentesco con hombres lideres de los espacios que ahora representan. Niegan los derechos de las mujeres a decidir y ser autónomas. Son antiinmigrantes y racistas, sobre la base de una supuesta superioridad cultural. Defensoras de la hetero sexualidad obligatoria; y como si todo esto fuera poco, se dedican a labores de propaganda para continuar anclando la preeminencia de la autoridad masculina en las familias.

Los resultados que presenta Pérez Colina hacen notar que esos triunfos relacionados con un discurso que presenta como amenazas los esfuerzos encaminados a conseguir alcances civilizatorios hacia la igualdad real y cotidiana no nos alegran. El rol de las feministas es continuar exigiendo la igualdad material, (autonomía, igualdad de oportunidades, reconocer las diferencias para crear políticas que las superen, desaparición del racismo y la xenofobia…), en definitiva, erradicar la subordinación y la discriminación por todas las causas. De ahí, que necesitamos en la toma de decisiones mujeres y hombres que su ideología no sea profundizar las desigualdades y cuando llegan celebramos y felicitamos.

[1] aquí el enlace de la presentación de la investigación. https://www.youtube.com/watch?v=8hrRnfoZAa8&t=9s

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