Un grupo de legisladores del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, encabezado por el senador Yvan Lorenzo, ha planteado la necesidad de invitar a Sra. Gloria Reyes, directora general de Supérate, al Congreso para que se explique sobre el fraude cometido contra esa institución, al desviarse millones de pesos de ayuda a personas vulnerables, mediante la clonación de tarjetas de ayuda.
La invitación no deja de llamar la atención, ya que nuestras cámaras legislativas no acostumbran a impulsar interpelaciones a los funcionarios. Que recordemos, fue Felucho Jiménez (Agosto 2007) siendo Ministro de Turismo, el último en ser invitado. Grandes eventos se sucedieron en la administración pública, sin que nunca nadie fuera interpelado.
Es cierto que un Congreso que no ha sido capaz de eliminar el Barrilito, tiene poca autoridad moral para invitar a ningún funcionario a explicarse sobre casos de corrupción, y escándalos en las instituciones públicas.
Pero lejos de criticar, debemos alegrarnos de que nuestros congresistas, aparte de ir a legislar a los lujosos resorts entre sol y playa, inviten a los funcionarios a explicarse sobre su gestión. Y talvez se motiven a legislar en torno a una verdadera política social para sacar a millones de dominicanos de la pobreza.
Solo que en el caso de Gloria Reyes la invitación viene cargada de otros elementos, orientados más bien a tratar de socavar la imagen de esta joven dinámica y capacidad funcionaria del PRM, que parece ser la piedra en el zapato de la impoluta figura de Margarita Cedeño.
Creemos que es una excelente oportunidad para la Sra. Reyes: ir al Congreso a explicar lo que ha sucedido, y de cómo los liderazgos políticos de las dos últimas décadas, en este país, se han consolidado a través del clientelismo y el populismo más aberrantes, practicados en América Latina.
Ha sido el uso de la dádiva barata como efecto de seducción, y programas de gobierno basados en la narrativa y construcción de miserables para ser asistidos. Cualquier individuo personaliza la ayuda, la ofrece y reparte en su nombre.
Ocurre, dada la carencia discursiva, falta de preparación académica, poca credibilidad y ausencia absoluta de carisma, de la mayoría de los que aspiran a ser calificados de líderes o lideresas.
Una militante de la talla de Gloria Reyes, no se va a jugar su futuro político en un escándalo de corrupción tan abominable, como robarse las ayudas de los pobres. De aquí que quisiéramos hacer un llamado a la ciudadanía de estar alerta, porque si bien nuestros políticos han hecho lo suficiente para que dejemos de creer en ellos, siempre hay gente de valía, que defiende su integridad. Y valdría la pena escucharles.
Quiero y necesito creer en la valentía, capacidad y compromiso de esta mujer militante, y en su deseo de querer ser diferente a los que están dentro y fuera de su partido. Saludo su decisión de aceptar ir al congreso, a salvar su honor, sin temer a la fauna política, ella tiene suficiente material para enfrentar tal escenario.
Es hora de que la hipocresía de la clase política sea evidenciada, y que respecten un poco la pobreza y el sufrimiento de la gente. La construcción de ciudadanos votantes miserables, asistidos, dependientes e interesados solo en que le den algo, es muy peligroso para la democracia. De aquí que le tomó la palabra a la futura interpelada “…nosotros no usamos a los pobres como política, nosotros los estamos acompañando a creer en sí mismos y a superar sus limitaciones…”