La inversión en Inteligencia Artificial (IA) en la República Dominicana representa un caso interesante de estudio dentro del contexto latinoamericano y global. Aunque el país ha iniciado con una inversión modesta, las proyecciones sugieren un crecimiento significativo hacia 2030. Este panorama revela tanto desafíos como oportunidades para el país en su camino hacia la adopción tecnológica.

Según el informe de Tabuga Intelligence sobre IA, hasta el año 2020, la inversión en IA en la República Dominicana era casi inexistente. Desde 2021, se ha notado un incremento gradual, comenzando con 10 millones de dólares y esperando alcanzar hasta 80 millones de dólares hacia el final de la década. Este crecimiento, aunque modesto en comparación con los gigantes tecnológicos mundiales, es significativo para un mercado emergente como el dominicano.

El aumento en la inversión refleja un creciente interés por parte de las empresas locales y el gobierno en integrar la IA en sectores clave como turismo, servicios financieros y telecomunicaciones. Estos sectores pueden beneficiarse enormemente de la automatización y la optimización de procesos que la IA puede ofrecer, resultando en una mayor eficiencia y una mejor experiencia para el consumidor.

Según un estudio publicado por la Cámara de Comercio y Producción de República Dominicana (CCPRD) del primer trimestre de 2023, solo el 65% de las empresas dominicanas habían implementado o planeaban implementar soluciones basadas en inteligencia artificial en los próximos tres años.

Una de las principales barreras para la adopción de la IA en la República Dominicana es la falta de infraestructura tecnológica avanzada y de talento local especializado en IA. La formación en ciencias de la computación y tecnologías emergentes es limitada, lo cual restringe la capacidad del país para desarrollar proyectos internos de gran escala.

Otro obstáculo es la presión tributaria a través del mecanismo de pagos al exterior. En nuestro libro Economía Digital motor de cambio para la República Dominicana (segunda edición), exploramos cómo la tecnología que no producimos —como la digital– tiene gravámenes que afectan la competitividad de los negocios dominicanos.

No obstante, estas barreras también presentan oportunidades significativas. Por ejemplo, la creciente demanda de soluciones basadas en IA puede impulsar la creación de programas educativos y de formación técnica que preparen a la próxima generación de ingenieros y científicos de datos dominicanos. Asimismo, la colaboración entre universidades, el interés comercial de las empresas tecnológicas y la necesidad de un tópico innovador para el gobierno puede facilitar el desarrollo de un ecosistema de IA robusto.

La integración de la IA tiene el potencial de transformar la economía dominicana, haciendo las industrias más competitivas a nivel internacional. En el sector turístico, por ejemplo, la IA puede utilizarse para personalizar las experiencias de los visitantes y optimizar la gestión de recursos. En el ámbito financiero, puede mejorar la precisión de la evaluación de créditos y la detección de fraudes, lo cual es esencial para un mercado en desarrollo.

Además, la IA puede jugar un papel crucial en la inclusión social mediante la mejora de los servicios gubernamentales. Aplicaciones en salud pública, educación y seguridad pueden ser mejoradas significativamente, ofreciendo a los ciudadanos acceso a servicios más eficientes y efectivos.

Para maximizar los beneficios de la IA, la República Dominicana necesitará implementar políticas claras y efectivas que promuevan la inversión en tecnología y formación. Esto incluye incentivos para empresas que inviertan en IA —a través de un fondo de I+D que facilite a las empresas de tecnología de crédito fiscal o facilidad de categoría de 'zona franca especial', así como el desarrollo de normativas que aseguren el uso ético y responsable de estas tecnologías.

La inversión en IA en la República Dominicana está en una fase inicial, pero ascendente. Aunque los desafíos son notables, las oportunidades para transformar y modernizar el país mediante la tecnología son enormes. La República Dominicana busca establecerse como un líder en la adopción de IA en la región del Caribe y Latinoamérica; este reto es ambicioso y debe estar soportado por una integración real de los actores del ecosistema, más allá de una narrativa innovadora.