¿Qué le interesaba a David Dixon Porter ver y qué vio en su viaje por la Geografía Dominicana del 19 de mayo al 13 de junio 1846?

En esta y en otras entregas que compartiremos de la visita del teniente Dixon Porter, enviado secreto del jefe del Departamento de Estado de EEUU, Buchanan en 1846 a República Dominicana, veremos tres aspectos importantes que nos llaman la atención: primero, el trayecto que recorrió de nuestra geografía que, según su informe, pudieron haber sido distancias aproximadas con detalles interpretativos; segundo, a cuáles lugares prestó más atención por la relación con sus objetivos; y tercero, algunas apreciaciones de los aspectos socioculturales de los dominicanos.

El propósito manifiesto de Estados Unidos era conocer la situación  política de Dominicana como nueva República,  conocer la riqueza mineral y el potencial de los terrenos agrícola, para fines de cultivos, que poseía esta media isla; ya que Estados Unidos perdía la fertilidad de sus suelos, causando grandes problemas en la agricultura, situación que llevó al Congreso Norteamericano, varios años después de la visita de Dixon, a aprobar la Ley del Guano o Ley de islas Guaneras de 1856, cuyo objetivo era ocupar las islas “abandonadas” que tuvieran guano (abono orgánico producto de excrementos de las aves marinas muy rico en fosfato),   para extraerlo y llevárselo a Norteamérica, en muchas ocasiones de manera irregular, violando la soberanía de decenas de naciones que tenían guano, incluyendo a República Dominicana.

Según el sacerdote de Cotuí para la época, Estados Unidos estaba interesado en la “hoya de carne” que era la nueva República, preguntándole por qué dicho país no se interesó por ayudar a la república a liberarse de los haitianos. (Ver El Sacerdote y El Espía 2 de 2,https://acento.com.do/autor/index.htmluser_slug=pedrotaveras)

La zona de desplazamiento del norteamericano tiene en la actualidad suma importancia para el desarrollo del país, por geofactores como la minería, la hidrología, la producción agropecuaria y los recursos naturales renovables.

Dixon Porter, nació y creció en el seno de una familia de marines, fue hidrólogo, geógrafo y escritor de gran espíritu aventurero, cuya vida estuvo llena de acontecimientos nacionales e internacionales que podemos conocer consultando los medios modernos electrónicos, ya que, con solo poner su nombre y apellido, aparecerían cientos de páginas escritas por él y sobre él.

En este trabajo nos limitamos a contar la impresión que nos dejó en el primer día del recorrido Santo Domingo-San Cristóbal, del 19 de mayo y; en la próximas entregas continuaremos con su trayecto por  Azua, Cotuí, La Vega, Moca, Santiago y otras localidades hasta llegar a Puerto Plata.

Dixon Porter viajó cabalgando desde la madrugada hasta avanzadas horas de la noche, en algunos casos.

El marine arribó a República Dominicana con un mapa bastante completo de los que existían para aquella época, con pueblos, ríos y caminos que comunicaban a las 5 provincias en la que quedó dividido el país en su fundación.

Dixon Porter esperó por 13 días “el pasaporte de viaje hacia el interior” de la nueva república y las credenciales del Ministerio de Estado, Comercio y Relaciones Exteriores, que le permitían  internarse en el seno de esta geografía, que tanto quería reconocer.

El pasaporte para viajar al interior del país estaba autorizado por el General y presidente Pedro Santana, con carta firmada por el Ministro Ricardo Miura, el 14 de mayo, donde le recordaba que Estados Unidos tenía un representante en el país, además de “saber a qué punto podría dirigirse sus pasos… (para) poder tratarle igual que en Santo Domingo y darle todos los informes que le sean necesario…” (Diario… Pág. 33, Negritas y paréntesis, pt.)

Según dice la misiva, el gobierno estaba dispuesto no solo concederle el pasaporte que había solicitado, sino  también,”…facilitarle todo lo que  usted pueda considerar necesario para ayuda de su empresa.” (Diario… pág.32) Además de ofrecerle guía para que le acompañara; aunque el mismo General Santana no estaba conforme con su visita, según escribiera él mismo Dixon Porter en su Diario.

Las facilidades que le ofrecieron  resultaron ser un acicate para Dixon Porter en tan difícil empresa de rendir un informe al jefe del siempre poderoso Departamento de Estado en su “misión secreta”.

En algunas localidades el recibimiento no fue halagüeño, porque su visita no generó el entusiasmo entre muchos de los jefes de los pueblos, a pesar de ser un viajero con autorización presidencial.

Salió hacia San Cristóbal a las 4:00 am del 19 de mayo, para continuar para Bani y Azua, pero 13 días antes, el día 6 de mayo, al ver los barcos cargar maderas en el puerto de Santo Domingo, le interesó recorrer el río Ozama, motivado en conocer 70 millas hacia el interior pero de eso no quiso escribir en ese momento (Diario…pag.1).

¿Tenía Dixon Porter conocimiento que las estribaciones noroeste de la Sierra de Yamasá, cuenca alta del Ozama, estaban llenas de minerales, principalmente oro?  La actualidad no desmiente su interés por la pensada ruta, porque  todavía (Siglo XXI) en esa zona se “lava” oro de manera artesanal.

Pero la ruta fue hacia San Cristóbal

Se suponía que debió salir tomando los caminos por Caballona, Los Alcarrizos o y Palavé para cruzar el río Haina, que tenía “… una corriente bastante pequeña,… por la falta de lluvia”. Pero salió Cruzando el Haina no muy lejos de su desembocadura en “una barca de la construcción más primitiva” (Diario, pags.50-51), tomando el  camino que salía de  Santo Domingo hacia el sur.

Luego de su cruce en una barca por el  río Haina vadeó varios ríos temporales, como el Itabo y el Madre Viaje, hasta llegar a San Cristóbal.

El marine estadounidense escribió sobre la gente que encontró en el camino, las primeras personas que conoció del interior del país: “… Tenían un aspecto contento y alegre, la mayoría limpiamente vestido, corteses y civiles; todos los que pasábamos nos deseaban un feliz viaje con mucha apariencia de sinceridad”. (Diario… pag.51).

“…Grandes trozos de tierra estaban cercados por arboles ahora medio siglo de viejos; plantados sin dudas, por los esclavos que llegaron a ser amos…” (Diario…pag.52)

Llegó a San Cristóbal alrededor de las 10 de la mañana y describe  esta ciudad:

“… protegida al frente por el bello río Nigua, que a veces forma una barrera impasable debido a la velocidad de la corriente; la ciudad como carente de planes urbanos y cada cual  levanta su casa donde le parece” . Solo “…La calle principal, sin embargo parece estar hecha con alguna atención al orden, pero la gran iglesia de piedra redimen la ciudad. (Diariopág. 55)

De San Cristóbal, como ciudad, escribió anécdotas y jocosidades de sus autoridades, pero no se detuvo en ella, ya que su misión era, “aunque tuviera que perder dos días por ello,…visitar las minas de San Cristóbal…” (Diario… pag.56), es decir, subir a las lomas de Cambita Garabito, en especial al Tablazo.

 Fuente

Diario de una misión secreta a santo domingo (1846), Traducción por P. Gustavo Amigó Jensen, S. J. Editora de Santo Domingo, S.A. Santo Domingo, República Dominicana 1978. Presentación de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, INC.