El término “Inteligencia Económica” fue acuñado por primera vez en el año 1967 por Harold Wilensky en su obra conocida como “L’intelligence Organisationnelle”. Posteriormente, el Ing. Henri Martre llevó a cabo un informe llamado “Inteligencia Económica y estratégica de las empresas” el cual arrojó un diagnóstico de la situación financiera de Francia en el que se destacaron tres carencias básicas:

  1. La información económica se practicaba únicamente por y para el Estado.
  2. La inteligencia económica era atendida esencialmente por las empresas públicas.
  3. Este sistema carecía de coordinación.

A partir de esto, es que surge la necesidad de implementar una Inteligencia Económica / Financiera en el sector privado, la que podemos definir como la habilidad y capacidad que se desarrolla para optimizar y multiplicar los ingresos de una organización. Además, se relaciona con los niveles cognitivos que poseen las personas al estudiar, analizar y comparar las oportunidades de una inversión, para de esta forma optimizar las potenciales fuentes de ingresos. Ésta, aparte de asegurar una estabilidad y un crecimiento económico, también permite controlar nuestras finanzas personales ya que dispone de las herramientas necesarias para mantener una relación sana entre ellas, planificar estrategias de ganancias, resolución de problemas financieros y, en el ámbito gubernamental, es posible organizar la economía de un Estado.

Un apoyo económico es primordial para la existencia de cualquier entidad u organización, lamentablemente, también lo es para el crimen organizado y las agrupaciones terroristas nacionales e internacionales, carteles, etc. Por consiguiente, una forma de contrarrestar su mal uso es llevando a cabo un correcto programa de cumplimiento tal y como está establecido en nuestra Ley 155-17 y su reglamento, de igual forma, se debe conocer la proveniencia y ruta del dinero, esto ayuda a los gobiernos a poder comprender, detectar, frenar y responder a las diversas redes que hoy son consideradas amenazas transnacionales.

El cumplimiento de estas es una de las más importantes herramientas financieras en todos los países, que, sumándole la Inteligencia, hace que sea posible identificar a los cabecillas en las redes delictivas para quienes recaudar dinero es un factor prioritario en el mundo del crimen organizado, así como en el terrorismo.

Desde el año 2008 tras el colapso financiero los Estados Unidos de Norteamérica, así como otros países de Latinoamérica y el Caribe, reforzaron sus capacidades para combatir el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo transnacional, por ello, el financiamiento es comprendido como el combustible para este tipo de redes.

Los estándares internacionales nos exigen tener altos niveles de transparencia en los que se incluye una Debida Diligencia a las personas que se benefician económicamente de los vehículos jurídicos, ya sea una sociedad mercantil, un fideicomiso o una Asociación sin fines de lucro, todo esto ayuda a proteger las actividades económicas legítimas del sector privado y garantiza una competencia justa entre los empresarios.

La economía, progresa basada en la información y en la garantía de la propiedad industrial. El bienestar económico de las naciones depende cada vez más de la capacidad que tienen para salvaguardar sus secretos comerciales, tales como las informaciones de valor económico ajenas al conocimiento general del público, de las comunidades de negocio, científicas y educativas.

Financiando el Terrorismo, Crimen contra la humanidad.

Como bien su nombre lo dice, en palabras propias, es todo el apoyo económico que reciben los terroristas a través de uno o más individuos.

Nuestra Ley 155-17 Contra el Lavado de Activos, el Financiamiento del Terrorismo y la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva en el Art.5 lo define de la siguiente manera:

Art. 5 Ley 155-17: Todo medio directo o indirecto de acción, ayuda o mediación que facilite el financiamiento de costos operativos y logísticos para actividades, desarrollo y mantenimiento de individuos y/u organizaciones terroristas, aún en la ausencia de una relación directa con un acto terrorista.

El Yihad no lo detiene las fronteras, debemos tener claro que riesgo de terrorismo y financiamiento de terrorismo son dos cosas diferentes, en la República Dominicana ambos crímenes son bajos o nulos, no obstante, un país con bajo riesgo de terrorismo puede tener riesgos significativos de Financiamiento, se debe asumir el riesgo aun en ausencia de evidencias, los organismos de Inteligencia del país se encuentran en constante alerta debido a que el éxito en esto consiste en la prevención y no en la reacción.

Cualquier persona puede motivarse a financiar estos tipos de actos con fondos tanto lícitos como ilícitos y lo que lo hace aún más preocupante es que los costos de estos son relativamente bajos en comparación al daño que generan. Un ejemplo de esto fue el atentado del 11 de septiembre del año 2001 (9/11) en el que los costos operativos se estiman en unos US$500,000.00 dólares, más, sin embargo, paralizó la economía de Manhattan y del mundo, Miles muertos y heridos, su equivalente en pérdidas económicas sobrepasa los US$120,000,000,000.00. Posteriormente a esto inició la guerra con Afganistán en la cual el proyecto de “The Costs of War” de Watson Institute (EE. UU.) estima más de 900,000 muertos entre civiles y militares y más de 2 Billones de dólares invertidos, a esto sumándole el daño ambiental que se provoca.

Estamos atravesando una crisis económica a nivel mundial, es en estos momentos en que suele aumentar el blanqueo de capitales ya que se disminuyen las oportunidades de inversión lícitas, así como la necesidad de encubrir dichas ganancias, por lo que los ciudadanos debemos estar siempre alerta para que todo lo relativo a la Debida Diligencia y el Cumplimiento, sea efectivo.