La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que está transformando la forma en que vivimos y trabajamos, cambiando el mundo empresarial y educativo, pero también plantea desafíos sociales, éticos y legales.

Según un reporte del diario The Guardian, las universidades australianas se han visto obligadas a cambiar la forma en que realizan los exámenes y otras evaluaciones en medio de la preocupación colectiva sobre la capacidad de ChatGPT –y tecnologías similares, para evadir el software antiplagio.

Aunque muchos profesionales no lo quieran reconocer, la minoría que tiene acceso a herramientas de código abierto para acelerar su trabajo rutinario.

A medida que la IA se vuelve más avanzada, se requerirá un contrapeso de la academia para fomentar las habilidades criterio y capacidad de razonamiento en lugar de enseñar conocimientos. Recordemos que tanto la academia como el sector privado también tienen un papel importante en ayudar a defender las conquistas de la economía tradicional mientras se adopta dicha tecnología.

Según el reporte de industria de Inteligencia Artificial de la firma Tabuga, las nuevas empresas de dicho sector han recaudado acumulativamente alrededor de 188 mil millones de dólares en fondos durante los años 2015 a 2021.

Recientemente Microsoft Research AI, reunió a investigadores y más de 5.000 informáticos e ingenieros para ampliar los esfuerzos de inteligencia artificial de la compañía, la división del gigante de software planea invertir hasta 10.000 millones de dólares en la empresa emergente de inteligencia artificial OpenAI -plataforma de código abierto propietaria de ChatGPT, que ha recibido previamente inversiones de Amazon Web Services, Y Combinator, Peter Thiel, Elon Musk, Infosys y Sam Altman.

El debate sobre la ética de la IA será uno de los temas más importantes en los próximos años. Querer atribuirnos habilidades extraordinarias que son generadas por un computador. Es crucial considerar cómo utilizamos esta tecnología y cómo garantizamos que se aplique de manera responsable y ética, ya que puede ser aprovechada de manera inapropiada, similar a los múltiples casos de uso de sustancias prohibidas (dopaje) en el deporte.

La adopción exponencial de estas herramientas plantea una problemática importante en cuanto a la originalidad de los contenidos generados en sectores de la economía naranja. Si bien estas herramientas pueden ser muy útiles para automatizar procesos y generar contenido de manera rápida y eficiente, también existe el riesgo de que se aplique para generar contenido que carece de originalidad o creatividad.

Esto puede generar un impacto negativo en la calidad del contenido y en la percepción del público ante el uso de indiscriminado de herramientas de IA.

Paralelamente, puede catalizar un abaratamiento masivo de los servicios creativos, lo cual puede desincentivar iniciativas de fomento como la Estrategia Nacional de Servicios modernos de la República Dominicana.

Socialmente debemos asegurar que estos avances tecnológicos no se utilicen para desplazar a los trabajadores existentes o para socavar las industrias existentes. El ecosistema de negocios debe trabajar juntos para encontrar soluciones equitativas considerando que deben ser integradas con precaución debido a los riesgos éticos y legales asociados con su uso.

Este es el mejor momento para crear conciencia sobre cómo la tecnología de Inteligencia Artificial está afectando a las nuevas generaciones.

Hemos compartido a través de los años cómo los jóvenes están expuestos a una gran cantidad de información en línea, lo que a veces se conoce como infoxicación. Este fenómeno puede dificultar su capacidad para comprender este mundo en constante cambio y al mismo tiempo, afectar el desarrollo de su criterio profesional.

Sin embargo, esta situación también representa una oportunidad para fomentar el pensamiento crítico y la capacidad de análisis en las nuevas generaciones.

Recordemos que la tecnología es una herramienta, pero es el uso que le demos lo que realmente importa. Es responsabilidad de todos, desde los estudiantes hasta las empresas, garantizar que la Inteligencia Artificial se utilice de manera justa y beneficiosa para todos.