En sentido histórico,

el liberalismo alude a una transición de pensamiento

que pone el acento en la tolerancia en el respeto a los derechos individuales,

y que se extiende desde John Locke, Immanuel kant hasta John Stewart Mill.

Michael Sandel.

En este artículo de varias entregas pretendo hacer un análisis de tres variables posteriores al proceso electoral recién finalizado. Un eje es analizar la institucionalidad democrática, el segundo es hurgar en la data de las elecciones nacionales reflexionado sobre el comportamiento electoral, y tercero sintetizar los principales aprendizajes de las elecciones nacionales para  futuros procesos, así como un marco  propositivo de cara al fortalecimiento institucional democrático de nuestro país.

La República Dominicana continúa, transitando por el camino de la institucionalidad democrática; a pesar de un relativo debilitamiento de la participación electoral conforme a los datos desde  la ola de democrática iniciada en 1978.

El histórico de la  abstención  de las elecciones presidenciales  desde 1996 hasta el 2024 marca un abstencionismos creciente. En  1996 un     22.57%, en el año    2000 un 23.86% , en el año    2004 un 27.16%, en el año    2008 un    28.56%, en el año    2012 un     29.85%, en el año    2016 un     30.40%, en el año    2020   44.71%  y  en el año    2024 un   45.63%.

Para el nivel presidencial el total de inscrito fue de 8,145,548 electores, votos válidos emitidos 4,365,147, votos emitidos  4,429,079, para un 54.37% .

En el año 2020, la razón por la que hubo una abstención tan alta con respecto al período anterior fue el COVID, al decir de politólogos, analistas, comentaristas, sin embargo, los datos del pasado 19 de mayo plantean una reflexión sobre la verdadera casusa de la abstención.   ¿Por qué en 2024 tantas personas deciden no ir a votar, si antes del Covid la abstención se mantuvo  30%?

El análisis de estos datos inmediatamente introduce la primera reflexión sobre el sistema democrático, la alta tensión del proceso electoral del 2024, tiene causas más profunda que la referente a las que a las elecciones más cercana del año 2020, toda atribución al COVID-19, es parcialmente cierta, más otros componentes están operando sobre una alta extensión en nuestro país.

Tal vez sería necesario hacer una introspección de nuestro sistema económico y la forma en que seguimos distribuyendo la riqueza. Cabría sopesar sobre ese 45.63%  ¿Por qué seguir fidelizando un sistema que para los ciudadanos de pie, sencillamente no representaría ningún cambio en sus vidas. ? ¿Por qué sigue una gran parte subsumido en la cultura clientelar ?

Y es que entre los años del 2016 hasta el 2024 la tendencia en materia de abstención electoral se disparó con relación a un comportamiento más o menos estable del 30%. Es decir, que hubo en los últimos ocho años un 16% que ha sufrido un desencanto democrático y no tiene interés en participar en los procesos electorales.

Llama la atención poderosamente la abstención del voto dominicano en el exterior, primero porque se ha constituido en la segunda región de votación más importante, después de la provincia del Santo Domingo, sin embargo el hecho de que sólo el 13% participara en estas elecciones es también causa de análisis, en relación al voto dominicano y el posible desinterés real de la gran mayoría a la hora de elegir autoridades nacionales.

Mejorado los aspectos de transparencia, inclusión, equidad y accesibilidad por el órgano electoral ( JCE), la OEA, en su informe completo está disponible del 21 de mayo, destaca  la mejora sustancial en el proceso y la institucionalidad electoral en República Dominicana y felicita al órgano electoral al establecer lo siguiente: La MOE/OEA felicita la gran labor de la Junta Central Electoral (JCE) por la exitosa organización de los comicios y saluda la contribución del Tribunal Superior Electoral (TSE) al buen desarrollo de este proceso. La Misión reconoce especialmente el compromiso decidido de la JCE por implementar las recomendaciones formuladas por la OEA luego de las elecciones municipales de febrero. La JCE incluso sistematizó estas recomendaciones y entregó a la Misión una respuesta detallada sobre las mejoras realizadas en las diferentes áreas. Esto constituye una buena práctica que la OEA respetuosamente insta a replicar en otros países.

Los partidos quedan con la responsabilidad  de introducir las mejoras pertinentes, sobre todo en el marco de la legislación electoral y la ley de partidos políticos. El Senado no se equivocó cuando eligió a los actuales miembros titulares y suplentes.