Mucha gente se toma una copita de cuando en vez. Creo que se ha hecho una encuesta para catalogar la cantidad de dominicanos que toma todos los sábados “su cervecita o su ron”.

Hay una palabra dominicana que se usa para significar cuando una persona se bebe o se beberá un trago de ron: es el famoso “petacazo”.

En los años pasados, debe haberse hecho una encuesta, un estudio mercadológico, que descifre las variables del comportamiento del consumidor dominicano de ron por día: sábado, domingo o lunes.

Creo que se ha hecho una investigación para descifrar cómo se comportan los extranjeros en sus hábitos de consumo de bebidas alcohólicas en el país: los españoles e italianos, vino. ¿Nada de ron? “Si ombe, los españoles beben vino, eso lo sabe todo el mundo”, sería la respuesta de un apresurado. Pero, ¿Hay un auge del ron dominicano? ¿Se siente un cambio en la percepción de los consumidores de bebidas, ante las marcas tradicionales? ¿Ha habido un aumento en la participación que puede ser relacionado con mayores inversiones en el ámbito publicitario, correlación que tanto nos gusta hacer para demostrar la efectividad de estar en los medios?

Para poner más claras las cosas, es bueno que se sepa que actualmente se producen 6 millones de cajas de ron, de las cuales 2.5 millones son destinadas a los mercados internacionales: Rusia, Japón, Italia, España, Chile, Estados Unidos y otros 75 países.

La Asociación de Productores de Ron tiene un código de autorregulación publicitaria que incluye las siguientes directrices: referencias al consumo y consumo responsable, edad legal para consumo, conducción de vehículos y consumo de alcohol, información del etiquetado, publicidad exterior.

Entre otras variables, sería interesante seguir el filón temático de las bebidas extranjeras, su nivel de ventas: una cosa es comprar una bebida y otra es tomársela. Por ejemplo, podemos comprar en navidad una botella de whisky o regalarla y no tomarla.

En sentido general, el ámbito de estudio se ensancha cuando analizamos las variables que nos dicen que en otros países, quizá espoleados por el frío, toman whisky, coñac, vodka y otras variantes. ¿No hablaremos de la cerveza? Diremos, por lo pronto que ha habido un reposicionamiento de la cerveza, en sentido general, una bebida que le va bien a nuestro clima.

En años recientes, lo que sí se ha estudiado es la participación de mercado de las diversas marcas de ron, así como otras bebidas alcohólicas, algo que reposa en los analíticos escritorios de los ejecutivos. La participación de mercado de cada bebida alcohólica se hace cada vez más un dato que se quiere tener en las manos, sobre todo en un mercado donde se incorporan nuevas marcas. Ojo: como todo el mundo es consumidor de ropa, autos y bebidas, comida, zapatos y libros (estos en menor medida) entre otros bienes, todo el mundo tiene una opinión y se cree mercadólogo o mercadóloga, publicista y administrador de empresas, escritor y literato.

Como todo el mundo maneja sus recursos económicos, y tiene derecho a arreglar el mundo como pueda, a construirse un universo interpretativo de lo que ve, siente y oye e imagina, aparte de que vivimos en democracia y hay libertad de pensamiento, todo el mundo se cree economista como Samuelson, Krugman o Schumpeter.

A través de los años, las bebidas que importamos engrosan las góndolas de los supermercados y los lugares de expendio: hay que reconocer que en algunos colmados, hay un afán notorio por tener la mayoría de las bebidas que se ofrecen (es decir, varias para no tener las tramerías desiertas), que se producen en el país y en el extranjero.

Conozco supermercaditos, o sea no son de las grandes cadenas, donde hay un abastecimiento notable, lo que indica que estos productos tienen una notable salida. Para estar claros, indagar en qué época del año se consume más es algo interesante y la respuesta casi inmediata será: en los tiempos de navidad.

Para los análisis posteriores y la toma de decisiones, es notable que los dominicanos de cierta edad tienen sus hábitos de consumo bien cartografiados en estas investigaciones de mercado, una importante asignatura que se da en la universidad a los mercadólogos. Así como se investiga la penetración en los colegios dominicanos, de la costumbre y la instalación de prácticas de fútbol, así también se estudia la capacidad y la concurrencia de las bebidas alcohólicas en nuestros supermercados, los que están en una ardua y voraz competencia los unos contra los otros.

La pregunta que se hacen algunos es por qué si una bebida está en dos supermercados a la vez, por qué un consumidor se anima a ir a uno en lugar de ir a otro, y así sucesivamente.

La mentalidad de los mercadólogos está muy refinada y como diría Milton Friedman, una de las herramientas de la moderna administración y el marketing es el servicio postventa y el análisis de costos.

Entre otros factores, mucho del proceso de compra en el tema de las bebidas está determinado en el ámbito promocional y la magia de la publicidad, la construcción de una marca sólida y el posicionamiento, así como en el insobornable axioma del precio: los consumidores analizan precio y calidad y asuntos tan interesantes como el ambiente de compra, uno de los agregados del marketing moderno: eso que hace del ambiente del súper algo más amable y atractivo, entre esto la gran variedad de marcas, algo que vemos en algunos establecimientos.