Acaba de salir en la prensa una vez más aunque esta es una vez muy gorda que han desmantelado o algo así una red de tráfico de personas ¨al por mayor¨ pues afectan a nada menos que ochenta mujeres, la mayoría colombianas, que fueron traídas al país ¨engañadas¨ para trabajar y como siempre acabar en centros de prostitución con las consabidas deudas a los explotadores por pasaportes, gastos de viaje, manutención y otras, las cuales tardan años o siglos en saldarse a base de lo que ustedes y yo sabemos, de cama, cama, y más cama.

Hemos puesto comillas a la palabra ¨engañadas¨ a propósito pues uno se pregunta si en realidad si ellas lo sabían bien cierto o por lo menos lo intuían a qué venían a República Dominicana. Nos surgen serias dudas para creerlo.

Una de ellas que es raro que mujeres sin estudios y sin oficio definido vengan a trabajar a un país con igual o menor nivel de desarrollo que el suyo como los es la República Dominicana. Si fueran los Estados Unidos, aún podríamos entenderlo por lo del sueño americano con la creencia tan generalizada de que no importa de que se comience, con trabajo y unas gotas de suerte se puede mejorar y hasta acabar de presidente.

¿A trabajar en nuestro patio de qué, a qué? ¿De ingenieras, de dentistas, de oculistas, de programadoras informáticas? Segurísimo que no. En oficios menores, cuidadoras de ancianos, muchachas de servicio, meseras en bares y barras, segurísimo que tampoco, para eso, para pasar trabajo como decimos por aquí, se quedan en su tierra natal.

Otra duda muy razonable es que en esos niveles sociales bajos de los que proceden estas mujeres nadie se chupa el dedo de la inocencia o en la ignorancia en estas cuestiones de a qué se va a trabajar a otro país de manera ilegal, sin contratos ni otras condiciones que las amparen.

Hoy en día hasta los coqueros de nuestras calles tiene celular, y es muy extraño que estas señoras no se informen sobre este delicado asunto ¿No leyeron nunca noticias sobre trata de personas y cómo se acaba con drogas o prostitución? ¿No consultaron a amigas o familiares? ¿No pudieron conocer a otras ¨rescatadas¨ en ese tipo de experiencias? ¿No dudaron de los turpenes de mal talante y peores intenciones con quienes negociaron estos viajes?

Y una última duda más ¿De verdad en un año, dos de permanencia en el ¨oficio¨ o los que sean, no se han podido escapar y pedir ayuda a las autoridades? ¿Ninguna de ellas se ha podido agenciar un teléfono?¿Ninguna de ellas ha podio tirar al mar un mensaje en una botella al mar como las de Pedro Conde? ¿Ninguna de ellas ha podido traspasar una puerta por muy cerrada o vigilada que estuviera? Hasta de Alcatraz lograron fugarse.

Creemos que para caer en ese gancho hay que ser de una ignorancia supina, tan supina que nos hace ¨supinar¨ que no existe. Tal vez hace cuarenta o cincuenta años esto pudiera pasar, pero hoy día en que el que no corre vuela… ¿Inocentes? ¿Ignorantes? Mete el dedo ahí, que la cotorrita no está aquí, como decía el merenguito aquel.