Los principales temas de la actualidad en los Estados Unidos son la inflación, Rusia y el logro del Proyecto de Infraestructura nacional. Son los asuntos que acaparan la atención de los diferentes medios. Aunque son problemas diferentes, el escenario es el mismo, y se pone al país en una encrucijada. Según datos del Departamento de Trabajo, la inflación se sitúa en un 7.5% motivada por la fuerte crisis del Covid-19 y sus variables.
Debido al cierre de las economías durante la etapa más dura de la pandemia, se ha afectado la cadena de suministro.
Por otro lado, está la situación de Rusia y su presidente Vladímir Putin, una persona que padece con sueños de grandeza, cual Napoleón. Y EE.UU asume una posición del 1949 cuando se creó el Acuerdo del Atlántico del Norte (OTAN por sus siglas en inglés) para contrarrestar la amenaza de Unión Soviética. Pero ese no es el escenario ahora.
Ya que Rusia solo busca justificar una invasión. Y no representa en la actualidad el “peligro” de ese entonces. En tanto, lo que si representa un problema ahora es que luego de la firma del Proyecto de Infraestructura por un valor de 1.2 billones de dólares, ahora debe agilizarse el plan de reconstrucción nacional por el avanzado defecto estructural en edificaciones, carreteras, puentes, etc.
Los tropiezos para avanzar en este proyecto de reconstrucción mediante un acuerdo bipartidista retrotrae a la idea de que para lo único que los congresistas logran consenso es para la guerra.
Estados Unidos no termina de aprender de la lección de Afganistán, una derrota después de veinte años de la invasión y la ocupación de ese país asiático. Ahora desea seguir actuando como el súper héroe que nadie desea pero que “todos necesitan”. El presidente Biden, en declaraciones esta semana, reafirmo su postura de que “los Estados Unidos no planean contraatacar a Rusia”.
Esta nación debe de concentrarse en resolver la creciente ola de problemas, y desistir de seguirle el juego a un autócrata.
Mientras la inflación encarece la vida a la ciudadanía, el bombardeo de información que proviene desde Rusia seguirá aumentando la tensión. Mientras los edificios, carreteras y puentes siguen cayéndonos encima.
Y la crisis que dejará esta guerra es algo que se ve venir. Es tiempo de apelar a las medidas diplomáticas y ocuparse de lo que aquí está sucediendo primero. Ni los estadounidenses ni el mundo desean que los EEUU continúen alimentando las ansias de los congresistas de llevar a este país a guerras sin sentido.
Ahora es tiempo de usar la expresión del presidente Biden “Let’s get it done”, es decir, dejar que se suceda!. Y que con las sanciones que Rusia ha tenido desde que invadió a Ucrania, Putin deberá seguir pidiendo ayuda al presidente de China y al de Bielorrusia, o terminar de usar su patrimonio personal. Por cierto que los medios occidentales acusan a Putin de valerse de la corrupción para acumular una gran fortuna.
Es tiempo de que EEUU madure y se ponga más en contacto con la realidad; realidad que se esconde tras el título de “superpotencia”, cuando en realidad, si continuamos por este derrotero, no tendremos nada que envidiarles a los países del tercer mundo.