El pasado martes 18 del mes en curso, falleció a la edad de 101 años, en Tlalpan, Ciudad de México el destacado intelectual mexicano Dr. Pablo González Casanovas. Nacido en Toluca, Estado de México el 22 de febrero de 1922. De joven cursó estudios de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México para después ingresar a la maestría en Ciencias Históricas en el Colegio de México. Posteriormente partió hacia Francia donde obtuvo el doctorado en sociología a los 28 años. En dicha casa de estudios llegó a tomar clases con el afamado historiador Fernando Braudel.  Influenciado por March Bloch y Lucien Fevre, el profesor trascendió las barreras disciplinarias puesto que con el conocimiento interdisciplinario podría interpretarse mejor la realidad de un mundo en constante movimiento. De ahí, en 1952, junto a Max Aub, se tradujo al Español la Introducción a la Historia de March Bloch donde se hacían estos novedosos planteamientos interdisciplinarios.

En su meteórica carrera, fungió como director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, posteriormente fue rector de la misma (1970-1972) en cuya gestión promovió la autonomía de esta y llegó a fundar el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Aun así, acosado por el gobierno de Luis Echeverria Álvarez; González Casanovas renunció al rectorado.

Con una incansable labor intelectual, González Casanovas se distinguió por su defensa incansable de los pueblos originarios. Como intelectual, su largo peregrinaje por las ciencias sociales está pavimentados por la búsqueda continua del pensar con rigor, de una nueva manera de explicar la realidad.  De sus cátedras y escritos aprendimos que los conceptos y categorías utilizados en la lucha política también deberían ser armas que se utilicen en la lucha tanto teórica como en la praxis.  De ahí que nuestro querido profesor fue fuente de inspiración del hilo solidario entre los diferentes movimientos encabezados por los desposeídos, aquellos sin voces y oprimidos del planeta.

Como ensayista y riguroso investigador, nos introdujo a temáticas tan variadas como el imperialismo, el colonialismo interno, las relaciones sociales de explotación, la democracia de todos. Las tecnociencias, la ética, dignidad, la justicia social, la universidad, la izquierda, el socialismo y las alternativas ya que según su perspectiva otro mundo es posible. De ahí, que pudiera llegar con su hacer a la máxima aspiración de todo intelectual revolucionario: la compenetración de la teoría y la praxis, la reflexión y la acción.

Sin buscar la erudición, su propuesta intelectual se extendió por más de 32 libros y 24 de su autoría. Los mismos con propuestas concretas propositivas como La ideología norteamericana de las inversiones extranjeras (1955), La democracia en México (1965), Sociología de la explotación (1969), Imperialismo y liberación (1969); El Estado y los partidos políticos en México (1981); La nueva metafísica y el socialismo (1982); La hegemonía del pueblo y la lucha centroamericana (1988); En las nuevas ciencias y humanidades. De la academia a la política (2004) y otros…

Su compromiso no solo se centró en la palabra, desde sus primeros pasos, el profesor se comprometió con la lucha de los pueblos y particularmente con el rechazo al golpe de Estado en Guatemala en 1954, su apoyo a la Revolución Cubana y su larga lucha en contra las diversas formas de agresión imperial. También sus pronunciamientos se hicieron sentir en su defensa de las propuestas emitidas por el EZLN. En el 2003, este defendió a cuba de una feroz campaña urdida desde Miami que invocaba la invasión primero a Iraq y después a Cuba.  El primero de mayo del mismo año; en la Plaza de la Revolución, pidió a todos los pueblos, incluido al de Estados Unidos, detener “la ofensiva temeraria contra Cuba, que es una ofensiva contra la humanidad”. Humilde, hogareño, su primera esposa (ya fallecida) lo fue Natasha Henríquez Lombardo, hija de nuestro Pedro Henrique Ureña.

Mientras muchos colegas se callaron para no ofender a la clase política reinante, vasalla de los intereses foráneos neocoloniales y adeptos al canon neoliberal y de este modo poner tener acceso a los fondos de las multimillonarias fundaciones donantes de becas y subsidios para la investigación; el profesor González Casanovas fue coherente con su compromiso y fustigo en sus escritos, libros y en las tantas conferencias magistrales que pronuncio el injerencismo imperial,  los excesos neocolonialistas , al saqueo de los recursos más allá de toda avaricia por el capital.   A pesar de haber sido sugerido como candidato a la presidencia, no acepto.

El profesor González Casanovas pertenece al panteón de los intelectuales latinoamericanos forjadores del pensamiento social de América Latina y en donde encontramos a pilares como: Jose Carlos Mariategui, Julio Antonio Mella, Luis Emilio Recabarren, Juan Bosch, Sergio Bagú y Rodolfo Stavenhagen entre otros.

A lo largo de su fecunda carrera, el profesor González Casanova mantuvo una trayectoria coherente y fiel a sus principios, mismos que hoy día se vuelven indispensable en el ejercicio profesional del cientista social. Por su legado, por su encomiable hoja de servicio, su internacionalismo y por abrirle las puertas a tantos intelectuales comprometidos con las mejores causas y el bienestar de nuestros pueblos; brindamos con júbilo y aplaudimos su vida. Hasta siempre profesor González Casanova…