En el libro “todo sobre el amor” bell hooks[1] afirma que hay espacio para la esperanza porque mucha gente seguimos creyendo en el poder del amor y en la necesidad de profundizar en su misterio. Aunque reconoce que en la humanidad hay un sentimiento de desamparo que se acompaña de una actitud de cinismo e indiferencia. Por eso es importante reconocer que solo el amor puede curar las heridas del pasado; aunque sean tan profundas que hayamos echado cerrojo al corazón. Así que, para poder abrirnos al poder del amor, a recibir su gracia, hay que tener el valor de reconocer lo poco que sabemos sobre el mismo y trabajar para aprehenderlo.

En mi caso, este 2022 ha sido interesante, profesionalmente retador en clave maravilla; pero, la salud ha sido precaria en pequeñas cosas cotidianas, unas que vienen con la edad, otras que sigo achacando al COVID largo que me agarró desde 2021; y algunas porque a pesar de los 56, y de que intelectualmente tengo muy claro lo que debería ser mi alimentación, sigo con una indisciplina atroz en mi ingesta de harinas refinadas, dulces y quesos. Pero, realmente, lo que más marcó este año, fue una gran desazón existencial/emocional. Si fue una lección, espero haberla aprendido… Me tocó vivir traiciones, robos intelectuales y espirituales, y pérdidas muy fuertes, algunas inesperadas, otras, solo mi constante candidez no quiso notar a tiempo lo que se gestaba… Nada de esto ha menguado mi férrea voluntad y convicción de que el ser humano tiene intrínseca la posibilidad de la bondad, eso hizo posible que no cayera en una depresión mayor o en el cinismo de considerar que nada vale la pena… Ahora bien, lo he vivido y se lo difícil que es…

He querido confesarles estas situaciones tan intimas y algunas angustiantemente dolorosas, porque sé que hay mucha gente que lo está pasando muy mal. Que está triste, que siente que no hay camino y que nada vale la pena. Estoy convencida de que tanta violencia además de los componentes estructurales que la propician, esta marcada por la desesperanza. Hay una expresión en el Barrio que lo refleja: “Morimos de bala y no de miedo”, creo que se explica a sí misma…

En esta fecha que me apasiona, que me pone contenta y me invita a cantar (como me pasó en el supermercado que arrastraba el carrito de la compra e iba bailando y cantando la música navideña y un señor no pudo contenerse, mirarme y decir, pero usted está muy feliz, jjjj) aprovecho la ocasión para decirles cosas muy cursis, pero que siento reales, porque siempre, siempre, siempre vale la pena la alegría, el perdón y el vivir sin ¨tener vergüenza de ser feliz[2]¨.

Quiero recordarles que muy cerca hay alguien en disposición de comprender, valorar y apoyar. Y si en algún momento no hay nadie, es posible reconstruirse y abrazarse en soledad; y volver a tejer nuevas redes de amor y solidaridad.

Sugiero que este 24 de diciembre aprovechemos la simbología de la natividad para expresar sentires, sanar heridas y continuar en el camino del amor, la bienaventuranza y la alegría.

He de recordarnos que la bondad, la misericordia y la compasión sigue aquí en esta humanidad, que no va como queremos, pero sigue ofreciéndonos la opción de construir belleza.

Toda la luz necesaria, toda la luz posible.

[1] File:///C:/Users/yildalina.tatem/Downloads/Todo%20sobre%20el%20amor%20(Spanish%20Edition)%20(bell%20hooks%20[hooks,%20bell])%20(z-lib.org).pdf

[2] https://www.youtube.com/watch?v=ufdx8PKqwkQ