Mi amigo Koen Hendrickx anda ocupadísimo. Como miembro del Bureau Federal del Plan –versión belga de ONAPLAN–, debe evaluar la factibilidad de las propuestas de los partidos que participarán en las próximas elecciones. El Estado destina una parte de los impuestos que capta para informar a los contribuyentes si las promesas de los partidos son serias o si son embustes que el papel aguanta. Koen y sus colegas no son políticos sino funcionarios; sus veredictos son, pues, acatados.
He aquí una iniciativa que podríamos implementar fácilmente. Después de todo, nosotros, como los belgas, tampoco somos suizos.