La investigación aplicada orientada a resolver problemas abarca todos los ámbitos de la naturaleza, la sociedad y el propio pensamiento humano. Veamos algunos interesantes ejemplos.
El pasado 13 de diciembre el Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore en California EE. UU. informaba que en un experimento de fusión nuclear se había generado por primera vez más energía que la empleada. La fusión nuclear es una forma de generación de energía como se produce en el Sol, mediante una muy alta temperatura convirtiendo hidrógeno a helio y liberando energía nuclear no radioactiva. Es apenas un primer paso, pero indica un camino para producir energía limpia de forma prácticamente inagotable.
Sabido y vivido fue por todos que en diciembre de 2019 apareció una enfermedad contagiosa en Wuhan, China, causada por el virus SARS-CoV-2, extendiéndose en todo el planeta. Las ciencias médicas no tenían respuestas y de ahí que se inició un muy activo, competitivo e intenso proceso de investigación para producir vacunas.
La investigación aplicada fue la respuesta exitosa ante una pandemia de alcances no vistos en más de 100 años. Con respuestas desde una vía conocida a partir del uso de virus como vectores lo cual requiere la eliminación de los genes que los dotan de su capacidad infecciosa; hasta innovadoras respuestas como las vacunas de ARN mensajero que referido en forma directa son aquellas en las que se emplea el ácido ribonucleico que contiene información copiada del ADN, diferenciándose de las anteriores en que no se administran agentes vivos atenuados ni fragmentos de este.
El ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter cumplió 99 años en octubre pasado; pero a los 90 por problemas de cáncer los médicos le habían extirpado parte del hígado, pero además le habían encontrado cuatro focos del cáncer en el cerebro. Por lo cual se consideraba que solo le podrían quedar algunas semanas de vida. Sin embargo, se sometió a un tratamiento con un medicamento entonces en prueba llamado pembrolizumab, el cual prepara al sistema inmunológico para combatir tumores. Cuatro meses después se sorprendía al mundo con la noticia de que no tenía rastros de cáncer.
El 1 de octubre de 2019 se concedía el premio Nobel de Medicina a Tasuku Honjo y James Allison por sus investigaciones sobre pembrolizumab. Un paso ante la tan aún más que compleja y desafiante enfermedad.
La ciencia y la tecnología en general, con sus expresiones dinámicas en investigación e innovación tecnológica -I+D-, que se caracterizan por la integralidad e interdependencia, tienen en la investigación aplicada, que todo lo abarca, respuestas de las más grandes dimensiones y perspectivas.