Por coincidencias de la vida, he estado par de veces en el Haytt Ziva Cap Cana, en la provincia ganadera y turística La Altagracia, 156 kilómetros al este del Distrito Nacional, por la autovía del este.

Sin dudas, un ejemplo de estandarización de la calidad en todo el sistema, digno de emular. 

Mi nieta Amalia ha cumplido 10 años y, por segunda ocasión, ha quedado maravillada. Le sigue los pasos don Rodrigo, con dos y medio, un remolino.   

Este hotel de 375 habitaciones representa el componente familiar del All Inclusive Resort, perteneciente al Grupo Playa y Resorts. El destinado para adultos, Zilara, igual número de habitaciones. El complejo hecho en 16 hectáreas con 800 metros de franja costera, protagonizado por la playa Juanillo, bella, bien atendida, aunque no es la mejor ni la más natural del sur de la República. Fue inaugurado el 11 de diciembre de 2019 con la presencia del presidente Danilo Medina.

Ninguna queja, hasta ahora. Edificación contemporánea, habitaciones bien distribuidas y equipadas, pasillos amplios y abiertos que inspiran libertad; parque acuático, anfiteatro al aire libre; salones para congresos científicos, piscinas grandes y bien cuidadas; parque acuático, anfiteatro al aire libre, salones para congresos científicos…

El Mercado, restaurante para bufé, con amplísima oferta gastronómica, productos frescos y chefs laborando a la vista de comensales; un generador de confianza; bebidas diversas y originales; parque acuático, anfiteatro al aire libre, salones para congresos científicos; restaurantes Premium. 

Amalia y Rodrigo, así como cuatro turistas estadounidenses, a la mesa, en el Tempest Table, se pasmaron con las piruetas mágicas que, como ritual, escenificó el chef Arturo “Kawasaki” (dominicano de pura cepa) con cuchillos y espátulas en manos, previo a cocer a la plancha carnes, vegetales y arroz, y servir la cena japonesa. Igual con las atenciones de la camarera Yokasta. El mayordomo Martín, durante la estada, nunca nos quitó la atención.

La oferta de modernidad del Ziva sería nada, sin embargo, sin un personal trabajando en todo momento de manera armónica, con excelente actitud de servicio y respeto por el cliente, con singular trato humano desde el que recoge los desechos hasta las oficinas de recepción y gerencias, sin exhibir truño. 1,000 colaboradores trabajan para los dos hoteles, según informaron los dueños el día de la inauguración, en 2019.

El personal empoderado representa un factor determinante para el éxito de cualquier empresa, aunque, en parte del mundo empresarial y en el mismo Estado, se pase por alto. Pero Ziva logra la articulación que desean los huéspedes.

Se trata de una buena noticia para Pedernales, en el otro extremo del territorio, a 498 kilómetros hacia el sudoeste, a casi ocho horas en auto. 

El Gobierno ha informado que tal cadena administrará uno de los hoteles en construcción en Cabo Rojo como parte del Proyecto de Desarrollo Turístico orientado a convertir la provincia en destino.

Si al final será como han descrito las autoridades, el Grupo Playa y Resorts tiene desde ya un nuevo reto en la provincia de la frontera dominico-haitiana. Cierto, acumula suficiente experiencia en turismo masivo, pero ahora será parte de la construcción de un destino que, según el plan maestro, arranca de cero y será de turismo sostenible, no sólo de sol y playa. 

Durante las últimas dos décadas, pequeños empresarios de Pedernales han desarrollado ofertas hoteleras y gastronómicas que han servido a turistas locales y extranjeros. En 1968, el síndico Olegario Pérez fue apoyado por la Liga Municipal Dominicana para la construcción de un atractivo turístico, el balneario o Bar Típico Carey, que seguido se convirtió en el sitio de moda.          

Pedernales cuenta con una costa deslumbrante y larga. Pero también con al menos una decena de cenotes, cuevas con petroglifos, fauna y flora exclusivas, bosque nublado, islas, islote, cayo, lagunas, ríos, una especie de cañón, único en el país, lugares para buceo; sobre todo, una comunidad empobrecida que urge de integración a los procesos y desarrollo general. 

En el este, Haytt está muy bien. Veremos cómo le va en nuestras tierras sureñas.