Existen paradigmas limitantes que están afectando a la humanidad y que conviene enfrentarlos ya que nos mueven a actuar de forma no conveniente, uno de ellos es la declaración de que todos somos iguales. Ante ese paradigma sencillamente diremos que: NO SOMOS IGUALES. Y afortunadamente no es así, porque no me gustaría: que mi esposa fuera masculina, mis amigos idénticos a mí o que mi mecánico sepa de autos lo mismo que yo. Además, conocer gente diferente me permite analizar si deseo modificar mi forma de ser.

Nunca seremos iguales, porque somos libres y lo que disfrutemos en nuestras vidas normalmente dependerá de las elecciones que hagamos. La humanidad dejaría de desarrollarse el día en que los que no trabajen puedan disfrutar las mismas condiciones de vida que los que trabajen, por lo que siempre habrá pobres (Marcos 14: 7).

Nos destacamos como especie por ser racionales, pero estamos de alguna forma rindiendo culto a la estupidez, olvidando que lo que nos hace especiales es el pensar. Muchos están considerando muy divertido el comportarse, hablar y hasta cantar, como retrasados mentales.

Los Homo sapiens hemos logrado un nivel evolutivo que nos ha permitido formar grandes sociedades y convivir con una armonía bastante satisfactoria. No basta con calles asfaltadas, necesitamos puentes de comunicación y entendimiento. En una gran ciudad, un hombre se cruza diariamente con miles de individuos y a ninguno va a golpear, arrebatarle la comida o va a hacer sus necesidades en público. Tal vez me dirías que algunas personas sí son capaces de actuar de esa forma, precisamente de ellas hablaremos, pero comienzo diciéndote que no son como tú y debes recordarlo siempre. Porque en nuestra especie, no todos tenemos el mismo nivel evolutivo, ya que, a diferencia de otras especies, entre nosotros el desarrollo es más individual que instintivo o colectivo.

Sé que tienes un excelente nivel evolutivo porque estás leyendo estas líneas. Eso quiere decir que: 1) puedes leer y 2) tienes intereses superiores a simplemente satisfacer tus necesidades básicas y valoras la cultura. Es importante que sepas que eres diferente porque si te crees igual a los humanos retrasados, puedes caer en el error de presentar su misma conducta inadaptada. No tienes que asumir una conducta animal instintiva, aunque veas a muchos realizarla.

Un delincuente evidentemente tiene problemas adaptativos, pero cuando un grupo de personas atrapa a un ladrón y lo golpea hasta matarlo, los que se suman al grupo de golpeadores, son personas que tienen el “modo bestia” a flor de piel. Está bien que me cuide de un perro agresivo, pero no que le ladre.

Las personas poco evolucionadas son más fáciles de manejar, basta que utilices el estímulo adecuado: miedo, sexo, comida o ira, y realizarán lo que quieras. Los vendedores y políticos conocen bien esta realidad y, por ende, aprovechan ese adocenamiento progresivo que experimenta la humanidad para sus intereses personales. Es importante motivar a que las personas puedan tener pensamientos propios y no sean un simple eco de ideas ajenas.

No todas las deficiencias humanas podemos catalogarlas como retraso evolutivo, porque también existe un número importante de psicópatas, que, aunque saben lo que hacen, podrían ser peores que animales porque son humanos incompletos o enfermos.

En el proceso de civilización, primero aprendimos a valorar nuestra familia, luego nuestras comunidades, nuestras ciudades, países y ahora tenemos que valorar a todos los habitantes del Planeta, porque ya somos una sola familia y no nos hemos dado cuenta. Dado nuestro desarrollo actual, la única forma de que nuestra especie pueda continuar es si somos capaces de alcanzar la convivencia armónica entre todas las culturas.

Frente a quienes presentan trastornos conductuales antisociales severos, que podríamos catalogar como humanos en modo bestia, es de vital importancia que las personas verdaderamente humanas influyan en ellos y no a la inversa.

Algunas cualidades del Homo sapiens verdaderamente evolucionado: habita en comunidad y no de forma aislada, puede interactuar satisfactoriamente con miles de contactos, su vida es productiva ya que algo aporta a los demás, puede asimilar favorablemente las costumbres de la cultura en que vive, puede reflexionar, tiene capacidad para el pensamiento abstracto, gracias a su inteligencia tiene un alto nivel de adaptación, prefiere siempre los acuerdos pacíficos y utiliza la violencia sólo cuando no encuentra otra alternativa.

Es de suma importancia comprender que, en cada persona, independientemente de su grado de civilización o madurez emocional, subyacen las condiciones del animal que podrían aflorar ante alguna circunstancia determinada. La facilidad con que alguien recurra al “Modo Bestia” es de los mejores indicadores de su nivel evolutivo y su salud mental.

Uno de los factores esenciales en el desarrollo humano sería la expresión coherente y comprensible de las emociones, siendo uno de los fundamentos de la vida en sociedad. Una parte de ti es verdaderamente sublime y otra es puro animal, tú decides cuál desarrollarás a lo largo de tu existencia, eso determinará tu valor.