El 22 de julio del pasado año murió Esteban Díaz Jáquez, quien fuera presidente del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), diputado y un líder político sin tacha alguna; mientras que hace dos semanas fueron sepultados los restos de Raúl Pérez Peña (Bacho) y de Iván Rodríguez, dos revolucionarios ejemplares.

En nuestro país aún viven varios héroes anónimos, como es el caso de Napoleón Núñez Paulino, quien nació en Bonao el 16 de noviembre del año 1937, producto del matrimonio de Elías Núñez Pérez y Victoria Paulino Rosario.

Según consta, Napoleón Núñez estudió Locución en la Escuela Nacional de Locutores Héctor J. Díaz en el año 1958. Como joven comprometido, Napoleón incursiona en la política y se suma al naciente Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el día 5 de julio de 1961, junto a su amigo, José Francisco Peña Gómez. A partir de dicha fecha, Napoleón asumió la devoción patriótica que aún hoy, sesenta años después, muestra en sus emotivas y enérgicas disertaciones.

Según sabemos, a partir de la década del 60, Napoleón asume diversas funciones claves para el devenir histórico de la República Dominicana. Creó, en el año 1962 y junto a José F. Peña Gómez y Plinio Vargas, el programa radial Tribuna Democrática, mismo que se convertiría en el eje de comunicación esencial para sentar las bases de muchos de los cambios sociales que experimentaría en el futuro cercano nuestro país.

Dado sus compromisos patrióticos, Napoleón fue electo secretario de Relaciones Públicas del primer Comité Ejecutivo Nacional del PRD. Ya para el año 1962, Napoleón fue enviado por el PRD a San Francisco de Macorís, Provincia Duarte, con el objetivo de conquistar a los ciudadanos de esta zona del país, misma que a la sazón estaba mayormente vinculada al 14 de Junio y a la Unión Cívica Nacional, misión que cumplió  con alta responsabilidad.

Según se conoce, con el derrocamiento del gobierno de Bosch en el año 1963, Napoleón se mantuvo activo en los procesos políticos y sociales que reivindicaban el modelo de Constitución más progresista de la región, como ha sido calificada la Constitución del año 1963.

Por su parte, a partir del el 1965, Napoleón asume una activa participación durante la gesta patriótica de abril del ´65, cuyos anhelos fueron truncados con la segunda intervención estadounidense a nuestro país. Durante el conflicto armando, Napoleón fue designado el encargado de la seguridad de los comandos constitucionalistas junto a Diego Guerra, quienes debían garantizar la seguridad de la ciudadanía en general en el lado oeste de la ciudad capital.

Al ser impuesto por los USA el Dr. Joaquín Balaguer en las elecciones nacionales del año 1966, la vida de Napoleón queda en peligro, ya que los mecanismos de seguridad del Gobierno sabían que era miembro del PRD. Según narra Napoleón, en el 1968 viajó a Cuba tras ser requerido por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó como enlace de las operaciones que este estaba realizando para regresar a la RD liderando el grupo guerrillero que entró por Caracoles.

Según narra Napoleón, fue requerido otra vez por el coronel Caamaño con el fin de crear los aprestos para la misión de regresar a la RD con el propósito de derrocar al gobierno vigente que presidía Balaguer. A raíz de tal requerimiento, Napoleón viaja a Cuba y al reunirse con el coronel Caamaño le informa que en el país no estaban dadas las condiciones objetivas para continuar su operación insurgente.

En tal sentido y, pese a la información que le ofreció Napoleón al coronel Caamaño, este no obtemperó y continuó con los preparativos de la misión en proceso, misma que finaliza con el lamentable fusilamiento de Caamaño y la mayoría de los miembros de su aguerrido equipo de combatientes.

De acuerdo a la narración de Napoleón, los años subsiguientes a la Invasión de Caracoles  se vio en la necesidad de vivir una especie de “prófugo sin delito”, perseguido por el gobierno de Balaguer. Sin embargo, Napoleón tuvo la osadía de producir el programa radial de opinión pública “Analicemos”.

Al finalizar los doce años de Balaguer, cuando ya Napoleón estaba a salvo, fue contratado en Industrias Asociadas C.XA. (INASCA) en la que trabajó desde el 1982 hasta el año 2000; mientras que, desde el 2000 hasta el 2004, se incorporó a la Corporación  Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEE). Desde ese entonces, Napoleón no ha ejercido ninguna función pública o privada.

Napoleón perdió la visión hace seis años. El pasado 16 de noviembre cumplió 86 años. Pese a estar ciego, su deseo de vivir y de ayudar a su país a progresar sigue siendo el mismo del joven revolucionario cargado de valores morales y éticos, siendo uno de los “Héroes Anónimos”, tal y como solía decirle Hamlet Herman. A sus 86 años, Napoleón sigue creyendo que la nación dominicana es inmensamente noble y merecedora de un mejor porvenir, para todos.

Como ustedes han podido apreciar en el cuerpo de este artículo, Napoleón Núñez Paulino, quien aún vive, Esteban Díaz Jáquez, Raúl Pérez Peña, Iván Rodríguez, entre otros dirigentes políticos revolucionarios conocidos por usted, son héroes y patriotas a quienes debemos honrar, tanto las presentes como las futuras generaciones.

Ojalá que el Estado dominicano sepa valorar la vida en vida a Napoleón Núñez Paulino, quien requiere de su apoyo, pero sus estándares de ética y dignidad le limitan solicitarlo.