Soy escritor, no historiador. Pienso que uno del oficio debió escribir “Morir en Bruselas” en mi lugar. Pero existe, lamentablemente, una incapacidad para escribir sobre los hechos políticos recientes y sobre sus protagonistas de forma ponderada y equilibrada. En nuestro país, la política y la ideología lo han invadido todo. La pasión usurpa el lugar de la razón. La polarización campea por sus fueros. Es imposible matizar, atenerse a los hechos. Se está a favor o en contra, al margen de estos. Cada uno cree poseer el monopolio de la verdad. Por eso debo escribir de Historia.