El 28 de septiembre de 1966 en la provincia de Barahona fue, según la policía, “accidentalmente” asesinado el agricultor Hilario María Fernández, conocido como "Españita", tal como se recoge en la nota de prensa publicada en el periódico El Caribe del día siguiente, véase del 29 de septiembre de 1966, firmada por Rogelio Vásquez Acosta.

En la crónica se establece que Fernández fue muerto por un disparo que le hiciera el raso P.N., Ramón Sierra Castillo, quien le provocó una herida que tuvo “orificio de entrada a nivel del ángulo interior escapular izquierdo y orificio de salida al nivel del cuarto espacio intercostal del mismo lado”. De acuerdo con el testimonio del homicida, el incidente supuestamente se produjo al entablarse “una lucha cuerpo a cuerpo”, y según manifestó “en el forcejeo se disparó un tiro que alcanzó a Españita produciéndole una herida mortal por necesidad”.

En su alegato de defensa, Sierra Castillo mostró “varios botones de su uniforme (que) se hallaban desprendidos corno resultado de la lucha sostenida”. Al momento del hecho, Españita se encontraba con sus compañeros José Pérez, bracero, y Juan Matos “Clerén”, los cuales estaban siendo fuertemente perseguidos por la Policía. Vale recordar que en la República Dominicana post-intervención militar norteamericana de 1965, la dictadura yanqui-balaguerista se caracterizó por la violación sistemática de los derechos humanos y la represión contra la disidencia política.

Españita.

El asesinato de Hilario María Fernández, residente en el Municipio de Jaquimeyes de la referida provincia, no solo fue un acto de violencia policial, sino que también marcó el inicio de una práctica despreciable por parte de las autoridades en esa etapa oscura de nuestra historia, véase la atribución de actividades delictivas a dirigentes populares con el fin de justificar su persecución y asesinato.

En ese sentido, a la víctima y sus compañeros se les atribuyó el robo de dos becerros, cinco chivos de distintas propiedades, así como un cerdo y siete racimos de plátanos, entre otros delitos. A pesar del paso del tiempo, nombres como el de Hilario María Fernández “Españita” merecen estar vigentes como recuerdo de lo que le ha costado al pueblo dominicano su lucha contra el autoritarismo y la violencia policial.