El proceso electoral entra en su etapa final. Los partidos políticos y candidatos apuran el paso para sorprender a sus contrincantes y crear un nuevo escenario. Por el momento, es imposible declarar a un ganador cuando no se han producido las votaciones y los colegios electorales permanecen cerrados. Hay que esperar el escrutinio del sufragio y la proclamación del ganador por la Junta Central Electoral (JCE).

El ganador tendrá que obtener el cincuenta (50) más uno (1) de los votos emitidos. De ahí la importancia de ir a votar, no quedarse en la casa, para que se cumpla lo que estable la ley. Además, ignorar el proceso electoral, con todas las irregularidades que le caracteriza, es marginarse de una coyuntura política y electiva en que se va a disputar vía elecciones el poder político.

Oportunamente, impulsé la unidad de izquierda y progresistas para aprovechar la coyuntura en desarrollo e ir creando, en el fragor del proceso electoral, una alternativa política y electoral nueva y diferente de los partidos políticos que se disputan el poder. Obviaron la propuesta para ir en «alianzas puntuales« en las municipales y congresuales con el PRM, PLD y FP y algunas entidades denominadas minoritarias. Peor aún, en las presidenciales van separados, cada uno por su lado, debilitando la presencia progresista y de los revolucionarios. Hay que destacar la participación independiente del PPT y los aliados de la unidad democrática y de izquierda (UDI).

Para crear una alternativa política y electoral progresista y de izquierda se debe marcar diferencia con los partidos tradicionales y mayoritarios. Alejarse de sus costumbres y «malas mañas» para hacer política, llegar y conservar el poder. Es una degeneración política y deshonora a nuestros héroes y mártires verlos detrás de ellos por cargos públicos, personalidad jurídica, ventajas y privilegios del gobierno de turno.

En la democracia capitalista se llega, en estos tiempos, al poder por vía electoral. Muchas veces con un sistema electoral creado y puesto en ejecución por representantes del grupo social dominante. Por consiguiente, las reglas del juego las imponen ellos. Saber manejarse con inteligencia, creatividad y sagacidad política para aprovechar la coyuntura electoral sin caer en los brazos de esa derecha insaciable e implacable.

Hay sectores de la izquierda y el progresismo que se sienten asombrado y muy satisfecho cuando se acercan a la derecha. Su incapacidad para llegar al corazón de la población los hace pensar que pueden atrapar la simpatía y militancia de ellos. Al fin y al cabo, terminan siendo devorados por sus instintos de clase, por ascender social y económicamente.

Aunque no se pudo materializar el polo progresista y de izquierda, en otra ocasión será. Seguiremos insistiendo. Existen miembros de los sectores populares, sociales y profesionales que participan en el nivel congresual que requieren de nuestros votos para llevarlos al Congreso Legislativo de la República y no podemos desaprovechar la ocasión para intentarlo.

La abstención electoral, no votar, profundiza el aislamiento de la izquierda. Y limita el porcentaje requerido por la ley para alcanzar el 50 más 1. Vota por los alternativos progresistas y de izquierda que no tengan ninguna vinculación con los partidos tradicionales y mayoritarios. Llevarlos con nuestros votos a competir en un sistema electoral excluyente, mañoso y discriminatorio. A salir a votar por los muchachos el próximo 19 de mayo.